Ciudadanos sirios de regreso en ciudades que han quedado en ruinas.

Por Fátima Subeh Marzo

El octavo año de guerra en Siria termina con la inminente derrota del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y prácticamente todo el territorio del país bajo el control de las fuerzas gubernamentales, aunque todavía hay un frente abierto: la provincia de Idlib, controlada en gran parte por los insurgentes.


Ocho años después del comienzo de la revuelta contra el presidente Bachar al Asad, el conflicto "se encuentra claramente en sus últimas fases con el régimen de Al Asad como claro vencedor y un claro perdedor, que son las fuerzas rebeldes'', aseguró Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de estudios árabes e islámicos.


El experto afirmó que la derrota del EI "es un acelerador para el final de la guerra y también para la retirada de las tropas estadounidenses de Siria'', anunciada por el presidente de EEUU, Donald Trump, a finales de 2018.


Las Fuerzas de Siria Democrática, lideradas por milicias kurdas y apoyadas por la coalición internacional capitaneada por Estados Unidos, se disponen a tomar el control del último reducto del EI en Siria, la localidad de Al Baguz, situada en el este del país próxima a la frontera con Irak.


Según Álvarez-Ossorio, la toma de Al Baguz representaría "la derrota definitiva a nivel militar'' del grupo radical y el fin de ese "espejismo que fue el califato'' que proclamaron los extremistas en 2014 en los territorios que dominaban en Siria y en Irak, donde impusieron el terror en las ciudades y localidades que gobernaron.


Pese al inminente final del EI, el profesor advirtió de que cientos de combatientes han huido en las pasadas semanas de su último enclave y han buscado refugio seguro y "se han hecho fuertes en zonas del desierto contando con la complicidad de tribus locales'' en el centro y el este de Siria. 


Estos combatientes "pueden seguir haciendo daño, pueden dar algún golpe, perpetrar algún atentado o cometer alguna masacre'', agregó.


Para Elia Samman, asesor del ministro de Estado sirio para la Reconciliación Nacional, Ali Haidar, la próxima derrota del EI en Siria es "un paso hacia adelante'' en dirección al final de la contienda, pero "no va a acelerar'' su conclusión.


El asesor explicó desde Damasco que el Gobierno sirio continúa teniendo otros frentes abiertos como "el conflicto en Idlib, la intervención turca (en el norte del país) y la presencia estadounidense en el este''. 


Samman consideró que la única solución en la provincia de Idlib, último bastión opositor de Siria, es un "enfrentamiento'' porque "Al Nusra se niega a cualquier tipo de negociación'', en referencia al Frente de Liberación del Levante, denominado Frente al Nusra hasta que rompió con la organización Al Qaeda. 


"Todos esperamos que algo cambie, pero no soy muy optimista respecto a esta cuestión", dijo el asesor en relación a Idlib, que ha sido escenario de un repunte de la violencia en las pasadas semanas y las fuerzas gubernamentales han aumentado sus ataques contra el feudo rebelde. 


Un acuerdo alcanzado el pasado septiembre entre Turquía y Rusia paralizó una ofensiva gubernamental sobre Idlib, estableciendo una zona desmilitarizada en torno a la región, donde se han refugiado todos los rebeldes expulsados de otras zonas del país y se han hecho fuertes los más radicales, como la exfilial de Al Qaeda.


"Desde el punto de vista militar, el Ejército sirio ya se ha hecho con la victoria, la única área que queda (fuera de su control) es Idlib'', aseguró Samman, pero agregó que lo que importa a partir de este momento es "alcanzar la estabilidad y la seguridad en todo el país''.