El expresidente de Bolivia Evo Morales extendió su carta de renuncia diciendo en la parte dispositiva: "Hermano Álvaro (García Linera Presidente de la Asamblea Legislativa equivalente a nuestro Vicepresidente), ...el Primer Gobierno Indígena termina hoy con mi renuncia obligada a la Presidencia del Estado Boliviano...". Sigue una serie de argumentaciones propias de este tipo de decisiones porque, como diría un amigo, "el papel aguanta cualquier cosa". Se debe reconocer que su renuncia y fuga posterior a México ha logrado un resultado favorable, el público, como nosotros, ya no discute sobre el fraude electoral que él instrumentó sino sobre si lo que ocurrió fue o no un golpe de Estado. Como esa discusión es la que se sostiene hoy en todas las mesas de café, nos proponemos comparar con algunos hechos ocurridos en nuestro país en los últimos 50 años durante los cuales hubo verdaderos golpes de Estado.

a) - Las autoridades víctimas de golpes no renuncian, son depuestas por la fuerza.

1- Perón jamás renunció, y luego de que la Casa Rosada fuera bombardeada por la aviación militar, escapó a la muerte en una embarcación paraguaya llamada "La Cañonera". El gobierno fue tomado inmediatamente por las Fuerzas Armadas donde destacaron el Almirante Rojas y el General Pedro Eugenio Aramburu. Designaron presidente a Lonardi.

2- Arturo Frondizi no renunció, es más, frecuentemente anunciaba que pese a las presiones, no lo haría, "no renunciaré" decía. Fue encarcelado por las Fuerzas Armadas y trasladado a la isla Martín García. Su vice, José María Guido, ante el hecho consumado, asumió haciéndose tomar el juramento de rigor por la Suprema Corte de Justicia. Gobernó los pocos meses que quedaban bajo fuertes condicionamientos como fue el de intervenir todas las gobernaciones. En San Juan, fue desplazado Américo García. Ése fue un golpe de Estado.

3- Isabel Martínez tampoco renunció. El poder fue asaltado por la Junta militar de las tres fuerzas, la madrugada del 24 de marzo de 1976 y conducida a la residencia de Villa La Angostura en la Patagonia. Como titular del Ejército, asumió Jorge Rafael Videla, quien se autoproclamó presidente del Proceso de Reorganización. Fueron tomadas también todas las gobernaciones provinciales, disuelto el Congreso, encarcelados los principales líderes políticos y sindicales y puestos en comisión los jueces ordinarios.

b) - En 1973, dado que Perón había sido proscripto por una cláusula del gobierno del general Lanusse que le exigía un cierto tiempo de presencia física en el país, ganó las elecciones de marzo la fórmula Cámpora-Solano Lima. Al regreso triunfal de Perón se les exigió la renuncia por presiones partidarias, se envió de viaje al exterior al presidente Provisional del Senado Alejandro Díaz Bialet y se transfirió el mando presidencial al presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Lastiri, a la sazón, yerno de López Rega, hombre de confianza del líder justicialista. Se convocó a nuevas elecciones y en septiembre del mismo año ganó la fórmula Perón- Perón (Isabel, esposa del general). Si bien a todo ese movimiento se podría llamar conspiración interna de un partido, pero de ninguna manera se debería llamar "golpe de Estado".

- En 1989 se desató una tremenda crisis económica que terminó en hiperinflación con posteriores asaltos a supermercados y otros incidentes gravísimos. La administración de Raúl Alfonsín había cambiado sucesivos ministros de Economía así como de planes de estabilización que no funcionaron. La última estrategia fue adelantar para mayo las elecciones que debían realizarse en octubre. El gobierno perdió las elecciones con Carlos Menem y, dado que sería imposible mantener el gobierno durante 6 meses ya sin poder, Alfonsín decidió renunciar y entregarlo al presidente electo en julio en lugar de hacerlo el 10 de diciembre. No fue un golpe de Estado.

- El 20 de diciembre de 2001, el presidente Fernando de la Rúa renunció después de que una corrida bancaria obligara al ministro de Economía Domingo Cavallo a restringir la extracción de dinero de los bancos dando nacimiento al llamado "corralito" después devenido en "corralón". Regía la convertibilidad con el dólar y no podía haber en circulación billetes que no estuvieran respaldados por su equivalente en dólares-billete. Existía ya una razonable bancarización de la población y se permitía usar sólo tarjetas de débito o crédito pero no billetes físicos, que eran los que faltaban. Se produjeron desde comienzos de ese mes revueltas de todo tipo y episodios de violencia en los bancos. Tampoco fue un golpe de Estado. El vicepresidente Carlos Álvarez había renunciado mucho antes, se hicieron cargo el presidente Provisional Ramón Puerta, a su renuncia el presidente de Diputados Carlos Caamaño, luego el gobernador de San Luis elegido en Asamblea Legislativa y finalmente Eduardo Duhalde. Cinco presidentes en una semana. Tampoco fue golpe de Estado, hubo renuncia formal y sucesión constitucional por acefalía.

A veces hay algunas travesuras de ciertos sectores para mellar los gobiernos de turno.

Las autoridades víctimas de golpes no renuncian, son depuestas por la fuerza.

Como se ve con estos ejemplos, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. En Bolivia hubo renuncia y, luego, vacío de poder al no poderse resolver la sucesión dentro de las pautas constitucionales. La actual jefa del Ejecutivo debió autoproclamarse, no estaba en la línea directa de reemplazos y, en consecuencia debía tener la aprobación de la Asamblea Legislativa para la cual el partido de Evo no dio quórum.