Hay varias ideas innovadoras que se están estudiando, y que podrían ayudar a reducir la corrupción. Deberían ser ensayadas lo antes posible, para que la corrupción siga erosionando la democracia.

El escándalo de Odebrecht es una de las principales amenazas para la estabilidad política y económica de la región.
Un ex senador provocó un terremoto político en Colombia al afirmar que parte de los sobornos de Odebrecht terminaron en la campaña del presidente Juan Manuel Santos. Cargos similares surgieron en Panamá contra el presidente Juan Carlos Varela, y salpican al presidente brasileño, Michel Temer. En Perú se ordenó el arresto internacional del ex presidente Alejandro Toledo.

Odebrecht admite haber pagado 349 millones de dólares en sobornos en Brasil, U$S 98 millones en Venezuela, 92 millones en República Dominicana, 35 millones en Argentina, 34 millones en Ecuador, 29 millones en Perú, 11 millones en Colombia y u$s10,5 millones en México.

¿Qué podemos aprender de este caso de megacorrupción? En general, ha demostrado una vez más que la democracia y un sólido sistema de controles son los mejores antídotos contra la corrupción.

No es coincidencia que la mayoría de los sobornos de Odebrecht fueron pagados durante los gobiernos populistas de Dilma Rousseff en Brasil, Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y Rafael Correa en Ecuador. En estos países, había poca supervisión del Congreso o independencia judicial.

Pero, considerando que muchos de estos sobornos fueron a campañas políticas, hay nuevas tecnologías que se podrían usar para fiscalizar las contribuciones políticas.

Además de prohibir donaciones en efectivo, los países podrían exigir que todas las contribuciones políticas se realicen a través de Blockchain, la tecnología financiera para hacer pagos en monedas virtuales como Bitcoin.

Transparency International ya está experimentando esa idea que haría mucho más fácil rastrear las donaciones políticas. Bajo este plan, los políticos sólo podrían recibir donaciones en Bitcoins, u otra moneda virtual diseñada para contribuciones políticas.

Podrían usar este dinero virtual para pagar publicidad en camisetas, gorras o cualquier otro gasto de campaña, y sólo el último proveedor, el fabricante por ejemplo, podría cambiar la moneda virtual por dinero en efectivo.

Sería como las fichas de un casino: solo se pueden usar en ese lugar, dice el director de Transparencia Internacional en México, Eduardo Bohorquez. Con moneda virtual las transacciones se pueden rastrear fácilmente de principio a fin.

TI está trabajando en un sistema para señalar a las compañías multinacionales bajo investigación por corrupción, para que todos los países puedan estar informados antes de realizar un contrato con alguna de ellas.

Mi opinión: El escándalo de Odebrecht debería ser un llamado urgente a tomar medidas drásticas contra la corrupción. Y las nuevas tecnologías como Blockchain y los rankings de corrupción de empresas podrían ayudar mucho. ¡Vale la pena intentarlo!