Desde mayo de 1809, el movimiento independentista hispanoamericano surgido en Charcas, tuvo una cara y una careta. La cara en el Río de La Plata fue la de los ideales realmente independentistas de Moreno, Castelli y Monteagudo; la careta la de Cornelio Saavedra y sus seguidores depuestos por el Segundo Triunvirato, cuando ya Moreno había sido asesinado por ordenes, precisamente, de Saavedra.

Esta cara y careta se pone de manifiesto, en varios aspectos de la realidad revolucionaria iniciada en Charcas, Chuquisaca, o Ciudad de La Plata, hoy Sucre, en Bolivia. Se inicia en Tucumán el 20 de agosto de 1789, cuando nace Bernardo de Monteagudo; continúa cuando este último junto a Moreno y Castelli se forman en la Universidad de San Francisco Javier (conociéndoselos como "Los Jacobinos Argentinos'') y terminará cuando el Dr. Monteagudo es asesinado en Lima el 28 de enero de 1825, aunque continuará con Bolívar, Ernesto Guevara, Lula da Silva, Chávez (con mis reservas) y con el Kirchner de la Unasur.

La cara era la verdad: queríamos independizarnos de España, política y económicamente. La careta, queríamos seguir siendo fieles a Fernando VII pero, hacer negocios, negocitos y negociados con el imperio británico, como siempre lo propuso Martín de Alzaga.

Entre caras y caretas la República Argentina demoró de 1810 a 1816 para decidir su independencia de España.

No obstante lo que ocurre en hispanoamérica y particularmente en el sur, va a seguir manifestándose la opción cara y careta. Aunque han cambiado los actores y parte del decorado, el escenario sigue siendo el mismo y los apetitos por devorarnos iguales, aunque los ingleses nos preferían al horno y con papas fritas y los yankees, más prácticos, a la parrilla vuelta y vuelta.

Volviendo a la genialidad de Monteagudo, esta se pone de manifiesto cuando en 1809 escribe, a los 19 años y recién graduado como abogado en la famosa y olvidada Universidad de San Francisco Javier de Charcas "Diálogo entre Fernando VII y Atahualpa'' cuando ante la perdida del poder ante Napoleón, "El Deseado'' Rey español, recibe las condolencias del mártir de la resistencia Inca, Atahualpa, que también perdió el poder, en manos del invasor Pizarro, a las ordenes, de un ascendiente de Fernando en 1531.

Monteagudo quiso ir mas allá de la cara de los sucesos de mayo. Quiso una Federación de Países Sudamericanos. Fue más allá de Bolívar, quiso constituirla, ponerla en ejecución, hacerla operativa, como en Europa, surgió en el siglo XX lo que hoy se denomina la Unión Europea.

Para ello se convocaría en Panamá a una reunión de todos los países que hoy constituyen la Unasur y esto comienza a preocupar seriamente al imperio Ingles, que había conquistado América sin armas bélicas, pero con las armas del poder económico, conquistando uno por uno los mercados que el librecambismo le había permitido, lo que se le complicaría al tener que negociar con un gobierno salido de una federación de todos los países, especialmente si tenían la tónica a que, conociendo a Monteagudo, perfilaba que tendría.

Algunos patriotas sudamericanos como Benjamín Vicuña Maquena, pensaron que muerto Monteagudo, la causa perdería interés y nunca tendría la operatividad que él estaba dispuesto a darle.

A todo esto, desde 1825 la historia se pregunta: ¿Quien fue el autor intelectual de la muerte de Monteagudo?

¿Habrá sido la corporación de intereses económicos del imperio inglés que veía peligrar su hegemonía?

¿Fueron órdenes de Bolívar que se sentía superado por Monteagudo? (Interrogante que se hace la historia luego de conocida, en 1833, la carta que San Martín le escribe a Mariano Alejo Alvarez.) ¿El abandono de Perú por San Martín, de quien Monteagudo fue ministro y hombre de su absoluta confianza, habrá tenido relación con alguna de las causas de esta muerte?

La ciencia de la historia, cuando se desentienda de los ideologismos y de los preconceptos, quizás pueda, algún día, descubrir a los autores intelectuales de la muerte de Monteagudo. Lo que si, fácilmente, la ciencia, pondrá en valor filosófico, político y económico, como, las ideas y los hechos, van relacionando a los protagonistas que desde Charcas, el 25 de mayo de 1809 vienen gestando la constitución de una gran nación sudamericana a imagen y semejanza de la Unión Europea.

En otras palabras poner operativo el "Asociativismo Internacional'' proclamado por una serie de ideologías, pero que solo la doctrina cooperativa con Edward Vanssitar Nale, en Inglaterra, y Charles Gide, en Francia, han logrado imponer en cada una de las miles de millones de cooperativas que accionan en el mundo actual y que han sido medio para facilitar la Unión Europea y que serán medio para concretar la Unasur.