La Selección argentina de fútbol campeona del mundo en 1986 festeja en el balcón de la Casa Rosada. El presidente Raúl Alfonsín permitió que todo el protagonismo fuera de los jugadores. Una conducta de humildad que hasta hoy es aplaudida.

Hoy da comienzo, en Qatar, una nueva esperanza para los argentinos. Los mundiales siempre han tenido esa característica, la ilusión de ganar el título y que con ese logro, como un imán, comiencen a venir las buenas noticias para un país que hace rato no las tiene. Si repasamos la historia, caeremos en la cuenta de que casi siempre hemos estado en crisis para la época de los mundiales. Y también casi siempre, los gobernantes han tenido la ilusión de que durante un mes la gente se olvide de los problemas y, después, la tentación de subirse al eventual logro deportivo.



El primer mundial

* 1930. Fue el primer mundial. Se disputó en Uruguay, cuya final perdió Argentina frente a los locales por 4 a 2, el partido se jugó días después del golpe militar del 6 de septiembre que comandara José Félix Uriburu y destronara la presidencia de Hipólito Yrigoyen. El país vivía un caos, pues sufría los remesones de la gran crisis mundial de 1930, aparte de conocer la primera embestida militar contra un régimen institucional.


* 1934. Se convocó para el mundial de Italia a una selección de jugadores del interior, entre los cuales estuvo nuestro comprovinciano José Nehín. Fue subcapitán de la selección, perdieron con Suecia y eliminados volvieron a un país que ya transitaba la llamada "década infame", durante la cual Argentina empezó una debacle, que aún hoy persiste. 


* 1958. Después de un largo período sin ir a los mundiales fuimos al de Suecia y un catastrófico 6 a 1 frente a Checoslovaquia nos devolvió a la realidad de que no éramos los mejores del mundo. Gobernaba Arturo Frondizi, con Perón exiliado y proscripto. 


* 1962. Mundial disputado en Chile. Ya había sido desalojado Frondizi y ocupaba la primera magistratura José María Guido, en medio de disputas internas de azules y colorados, de cuando los militares acicateaban al poder. En ese año, nuestro equipo sumó una decepcionante actuación.


* 1966. Para el mundial de Londres, aquí seguía todo convulsionado por las asonadas militares. La selección se fue con Arturo Illia como presidente y cuando volvió ya estaba en el poder el general Juan Carlos Onganía. En una tarde fatal el árbitro alemán expulsó a Antonio Rattin y facilitó el triunfo local. 


* 1970. No clasificamos.


* 1974. Mundial de Alemania. Ya estaba Juan Perón reingresado al país y era presidente. En pleno mundial, 1 de julio, falleció. Eso impactó fuerte en los jugadores, mucho de los cuales pidieron no jugar frente a Alemania Democrática, estando ya sin chances. 


La primera estrella

*1978. El primer mundial ganado. La dictadura trató de amigarse con la población y así disimular las atrocidades de la represión. Tenía un centro clandestino en el barrio de Nuñez, la ESMA, muy cerquita de la cancha de River, donde la selección daba la vuelta olímpica.


* 1982. Y, mientras se jugaba el mundial, en España, aquí se libraba la guerra en Las Malvinas. La tarde del debut perdimos 1 a 0 frente a Bélgica, el 13 de junio, coincidente con la rendición de nuestras tropas. Días después Brasil nos dejó fuera.


La segunda conquista

* 1986. El mundial en México trajo la segunda gran alegría para los argentinos. De la mano de Diego Maradona salimos campeones, y al regreso, al contrario de la actitud esperable en los políticos, Raúl Alfonsín cedió el balcón de la casa Rosada a los jugadores y él se fue a su despacho. Hidalguía. En economía, comenzaba a hacer agua el Plan Austral.


* 2002. Mundial de Corea y Japón. Se estaba aún en medio de la crisis de la salida de la convertibilidad del 2001 y Argentina fue con un equipo que estaba para ser campeón. Pero nos eliminaron en la primera vuelta.


* 2006. En Alemania, renacía la esperanza con la primera aparición de Messi en los mundiales. Pero jugó poco y en el partido clave contra los locales, no entró. Fuimos eliminados. Mientras tanto, Néstor Kirchner galopaba con el viento de cola del precio de los granos, y los consecuentes superávit gemelos.


* 2010. En Sudáfrica, Maradona fue el técnico de una selección que no definió bien su juego y fue eliminada. Aquí pasábamos por la crisis de la batalla del campo, y fue el comienzo de una secuela de desencuentros.


La que no fue

* 2014. Sólo el subcampeonato en Brasil dio oportunidad para que la dirigencia política tratara de apropiarse del fervor popular. La presidente Cristina Kirchner citó a su despacho a los jugadores, y mostró una pobre imagen dirigiéndose a ellos en tono festivo y campechano, mientras Messi y compañía la miraban con respeto, pero fríamente. Los jugadores no digerían que se les hubiese escapado de las manos ese mundial.


 * 2018.   Para el mundial de Rusia, Sampaoli armó un equipo poco equilibrado y fue eliminado en cuartos por el futuro campeón, Francia. Ese año, con Macri, comenzaba un largo periodo de inflación desmedida, pérdida de reservas y endeudamiento, que provocaron su derrota electoral en 2019.


Esa es la historia de los mundiales, las crisis y la tentación de los políticos de aprovecharse, donde lo rescatable fue aquella decisión de Raúl Alfonsín, que no aceptó el convite de Maradona de ir al balcón con ellos.