La ciudad de Bonn, en Alemania, sede en estos días de la nueva Cumbre sobre ambiente.

La Cumbre del Clima de Bonn, la COP 23, que comienza esta semana en esta ciudad del oeste de Alemania, servirá para tratar de acordar "la letra chica del Acuerdo de París+ para combatir el calentamiento global.
Por eso, la cumbre pretende avanzar en el establecimiento de un consenso internacional sobre "el conjunto de reglas para poder implementar el Acuerdo de París'', acordado en 2015 y que ha suscrito a la mayoría de la comunidad internacional, en los escenarios políticos actualizados, por ejemplo Siria no lo ha firmado y EEUU anunció que lo abandonaría.


Estos instrumentos legales, que deben aprobarse en la Cumbre del Clima de 2018 en Katowice (Polonia), tratan de detallar cómo deben los países presentar sus compromisos de reducción de emisiones y qué estándares deben emplear para que los avances de unos y otros sean comparables.


Los términos más manejados por los negociadores son "transparencia'', "estándares comparables'' y "diálogo facilitador'' entre países para una revisión cada vez más ambiciosa de las denominadas "contribuciones determinadas nacionalmente''; las propuestas de reducción de emisiones contaminantes de cada país.


En mi carácter de Director Ejecutivo del CEDyAT, considero que el encuentro también debe servir para solucionar una de las potenciales dificultades de las negociaciones. Tanto la financiación de la lucha contra el cambio climático, como de la adaptación al aumento de las temperatura y de la mitigación de sus efectos.


Tras el anuncio de EEUU de que abandonará el Acuerdo de París y que dejará de contribuir financieramente a estos los esfuerzos internacionales, Berlín ha asegurado que el Gobierno alemán sigue comprometido en la lucha contra el cambio climático, pero que no cubrirá el "agujero'' que supone la marcha atrás de Washington.


Según fuentes del Gobierno alemán, lo necesario es un "aumento gradual de la ambición'' de los países firmantes, así como un "reparto justo de las cargas'' entre las partes.


Además, destacaron que el sector privado debe sumarse a los gobiernos nacionales en el esfuerzo financiero, pues son un importante emisor de gases contaminantes y cuentan una gran capacidad económica para contribuir a la lucha contra el cambio climático.


La cita de Bonn también será importante en términos de "tono+, según Berlín, pues será relevante ver si en las dos semanas que durará la cumbre, prevalecerá el espíritu constructivo y cooperativo que se vio en las dos últimas COP, la de París (Francia) de 2015 y la de Marrakech (Marruecos) de 2016, o si se impondrá la estrategia de confrontación y bloques que predominó en las reuniones anteriores.


El Ejecutivo alemán es consciente de que la Cumbre del Clima de Bonn tiene un carácter eminentemente técnico y que es una cita de transición entre París y Katowice, pero la considera "enormemente importante'' para que se avance en la lucha contra el calentamiento global.

Por Fabián Ruocco, Director ejecutivo del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT).