Los medios de la provincia lo veníamos diciendo desde principios de año, más o menos. El Gobierno había modificado la legislación para tener más espacio de maniobra en caso de querer llamar a elecciones en una fecha distinta a la Nación. Lo dijo el gobernador Sergio Uñac en el PJ el 17 de octubre, ya lo habían adelantado también varios medios nacionales luego de la reunión del mandatario sanjuanino con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Ese mismo ministro macrista se lo había mencionado a la oposición de la provincia en un mitín a mitad de año en Buenos Aires, donde también le pidieron/ordenaron a Marcelo Orrego que sea candidato a gobernador. Era un secreto a voces que se confirmó el jueves pasado con la firma del decreto 1979. El Gobernador decidió ponerle el pecho a las críticas y usó una facultad constitucional para llamar a elecciones en una fecha distinta a la contienda nacional. En el peronismo sanjuanino dicen que no adelantan ni modifican nada, aseguran que solamente fijan calendario ya que para los cargos provinciales, a diferencia de los nacionales, es el titular del Poder Ejecutivo local el que lo tiene que hacer. La legislación le otorga al mandatario plazos máximos y mínimos a partir de la finalización de los mandatos, prevista para el 10 de diciembre del año que viene. Pero claro, en términos políticos, es adelantar los comicios. No deja de ser una jugada arriesgada la del mandatario, quien tendrá varios posibles sobresaltos para llegar airoso a las PASO, escalón fundamental para hacer una buena elección y colarse en la discusión nacional, al parecer, un objetivo no olvidado por el pocitano.


Según el calendario electoral que distribuyó la Justicia en la semana, el 10 de enero los partidos políticos deberán inscribir frentes electorales y el 30 del mismo mes esos frentes o los partidos que compitan individualmente deberán anotar candidaturas, y eso será exactamente en el medio de la Vuelta a San Juan, que arranca el 27 de enero y termina el tres de febrero. Esos días serán de locura, al menos para quienes conducen el partido Justicialista, ya que deberán atar sus horas del día a la vorágine que implica la Vuelta y las negociaciones para conformar los frentes. Esas reuniones suelen ser complejas. Uñac no puede permitir que la comparación del frente que competirá el año que viene con el que armó en 2017 sea negativa, porque hablará de debilidad. Por lo que se ve desde afuera, es muy posible que termine sumando y no restando, pero a eso hay que asegurarlo con pactos, no con palabras. Las PASO serán el 31 de marzo. El artículo 45 del Código Electoral indica que 'Al que ejerce el Poder Ejecutivo Provincial le está absolutamente prohibido realizar propaganda sobre obras de gobierno durante los quince (15) días previos a cualquier comicio'. Es decir, el Gobierno ya no podrá publicitar sus actos a mitad de marzo, aproximadamente. Esas fechas electorales se mezclarán con el inicio del ciclo lectivo 2019, previsto para el seis de marzo. El problema no es el inicio de las clases, el problema es la negociación con los gremios estatales. Para esa fecha, el Gobierno ya debe tener cerrado o al menos comprometido un acuerdo con los maestros, y esperar que los caprichos del sindicalismo argentino no obliguen a UDAP a hacer paros en solidaridad con los docentes, por ejemplo, de la provincia de Buenos Aires. Eso puede jugar en contra. Aunque a la luz de los antecedentes, el Gobernador tiene una buena relación con los gremios y ha cedido incluso más de lo que su ministro de Hacienda, Roberto Gattoni, hubiera querido.


La Fiesta Nacional del Sol 2019 empezará el 19 y terminará el 23 de febrero, exactamente un día antes de que inicie oficialmente la campaña para las PASO. Antes no puede haber propaganda en los medios. Este año la Fiesta del Sol se mudará al Predio Ferial de Chimbas, lo que ya acarreó algunas críticas. Para colmo, el presupuesto no será el mismo del año pasado y ayer la ministra de Turismo y Cultura, Claudia Grynszpan, confirmó que no habrá artista internacional de la talla que nos acostumbraron. La funcionaria convenció al Gobernador de ir cambiando de a poco la celebración máxima de los sanjuaninos y Uñac le recogió el guante, pero le lanzó otros dos desafíos: no bajar la contratación de mano de obra local ni la calidad. Es decir, quieren hacer la misma fiesta, con menos plata, conservando la cantidad de puestos de trabajo e, inclusive, manteniendo la visibilidad que tiene el evento en el país. Si todo sale bien, al final de la Fiesta habrán sumado votos, pero si no cumple con los objetivos, probablemente algo impacte en la opinión pública y, en definitiva, en el apoyo a los candidatos de Gobierno.


Uñac no es tonto y debe haber calculado estos potenciales riesgos. Lo de la Fiesta del Sol y el impacto en las elecciones es relativo y algunos piensan que no les suma ni les resta votos, salga como salga. En lo que sí coinciden todos es en el daño que puede acarrear la discusión salarial, que el gobierno confía en tener aceitada para las fechas de las PASO. Y todo esto sólo calculando sólo el impacto de la opinión pública con el Gobierno, sin tener en cuenta las posibles jugadas de la oposición. La campaña, por lo que se ve hasta ahora, rondará en dos estrategias fundamentales: el Frente Todos no dejará que sus rivales se despeguen del macrismo, incluso ante la desaparición de los carteles de Cambiemos en distintos rincones. Y la oposición tratará (otra vez) de pegar al uñaquismo con el kirchnerismo. Ninguna de las dos cosas es totalmente cierta, si es que hace falta aclarar algo.


Con estas decisiones, Uñac más que nunca, se pone al hombro la elección. Quienes más conocen al mandatario saben que se está preparando física y mentalmente para un año en el que no habrá lugar para los errores. Está en su mejor momento político, con una gran aceptación popular en San Juan y con un escenario nacional que le permite soñar (de cuando en cuando) con ganarse el derecho a la consulta, que no es poco en una convulsionada oposición. Después se verá si el escenario también da para una candidatura, pero eso será materia de análisis con diversas variantes en otro momento. Si eligió estas fechas, a pesar de la complejidad de lo que se indica aquí, seguramente habrá calculado los riesgos.


Todos los caminos conducen a Basualdo


Toda la oposición dice que Marcelo Orrego tiene que ser el candidato a gobernador de Cambiemos. Fabián Martín lo repitió ayer en un programa de radio. Lo dice Roberto Basualdo también. Pero el santaluceño sigue sin dar señales. No hay reuniones con dirigentes, no hay candidatos departamentales, no se sabe quiénes serían sus ministros ni tampoco a quién elegiría para conducir la Cámara de Diputados, no opina de política provincial ni nacional, ni mucho menos esboza una plataforma de gestión. Desde afuera se ve que no quiere. Aseguran, al menos dos fuentes en Cambiemos, que él y Martín le pidieron a Basualdo que sea candidato a gobernador, para preservar a Orrego y para taponar la posible llegada de Eduardo Cáceres a la cima de las listas. Otra fuente contó algo más extraño aún: le pidieron que financie la campaña. Orrego sabe que de Buenos Aires sólo vendrán felicitaciones y todos quieren evitar que Cáceres maneje los pocos recursos que envíe el macrismo, atento a que ya hubo polémica con el dinero que llegaba (o no) a San Juan, gestionado por el diputado nacional.


Quienes relataron algún detalle de ese pedido al senador, dijeron que Basualdo se plantó en su decisión de rechazar cualquier candidatura. El legislador y empresario pudo haber presidido la comisión de economías regionales del Senado y hasta la Comisión Mixta de Control de las Actividades de Inteligencia, cargo que le rechazó al mismísimo Marcos Peña. Sin resentimientos, aunque de manera tajante, le dijo al Jefe de Gabinete de Mauricio Macri que no. Simplemente.


Basualdo le queda cómodo a todo el frente: Orrego no sufre otra derrota ni pone en riesgo su gestión, Martín repite en su departamento, Rodolfo Colombo se queda en Capital y Cáceres no logra más poder, una posibilidad que pone los pelos de punta a todo Producción y Trabajo. Basualdo volvió a decir que no, tanto a la candidatura como al dinero que le pidieron para la campaña. Al menos eso dicen quienes están cerca de él.


En resumen, resulta increíble que a esta altura del año no hayan unificado discurso ni pactado candidaturas, porque de verdad que no lo han hecho. Todo esto pudo haber sido un teatro armado por la oposición para ganar tiempo y generar expectativa, pero la realidad indica que, lamentablemente, están estancados. Como ya se dijo en estas líneas hace algunos meses, si todo va como hasta ahora (noviembre de 2018), Uñac se encamina a hacer una elección que será histórica para el peronismo.