Este es el tiempo de la caras de póker. De decir que de ninguna manera es momento de hablar de candidaturas porque en el 2010 no hay ninguna elección, pero al mismo tiempo mover cielo y tierra para abrirse camino a los codazos.

Ese es el contexto en que José Luis Gioja fue agarrado de la solapa y metido de prepo en las agitaciones de un año que será movido, aún sin definiciones tajantes. Y le ocurrió en el territorio que él mejor explora, el de los gobernadores del PJ destinados al banco de los relevos por las dudas de se manque alguno de los caballos de punta, si es que así se puede llamar a Duhalde o a Kirchner.

Son los gobernadores la reserva espiritual de la futura interna del PJ. Que por ahora promete un choque frontal de locomotoras pero que incluye la chance de que sólo se trate de pantallas. Y allí, habrá que buscar a los que gestionan.

En esa dimensión, Gioja comenzó a anotar a San Juan entre los distritos de mejor perfomance y eso lo convierte en una posible referencia hacia el 2011 aún sin pronunciar palabra. Pero hay otros: el chubutense Mario Das Neves, lanzado desde el mismísimo día después de las parlamentarias de junio a empapelar Buenos Aires con su foto y al mando de una provincia generosa en recursos como todas las petroleras, excepto Mendoza.

Esta semana, Das Neves metió a la fuerza a Gioja en un juego en el que el sanjuanino todavía no quiere jugar, el de los aprontes manifiestos para una candidatura del peronismo. No abrevan en los mismos espacios políticos: Das Neves se anota entre los críticos -cada vez más críticos- de la gestión nacional y se enrola sin disimulos en el peronismo anti-k, mientras Gioja mantiene los dos pies firmes en el oficialismo y no disimula profesión de fe. Sí ocupan el mismo pelotón: el de los hombres de reserva, para el caso en que se quemen los papeles de los autoproclamados que traen la enorme mochila de una imagen negativa irremontable. Bienvenidos al mano a mano.

El primero en mojar la oreja fue el chubutense: habló de la minería y dijo que en su provincia no permitirá ninguna explotación que aporte por debajo del 10% de regalías, y no se privó de criticar a las que cobran el 3% como es el caso de San Juan.

Das Neves comanda una provincia que funciona a fuerza de regalías petroleras. Recibe mensualmente un aporte en ese concepto casi equivalente a lo que recibe como coparticipación federal. En consecuencia, dispone de una ventaja incomparable en ingresos con respecto a las provincias no petroleras. Surge de allí una fuente inagotable de recursos que complementa el presupuesto provincial.

Para tener una idea de la gravitación de las regalías petroleras, valen los números de la propia provincia que comanda Das Neves. Entre enero y mayo del año pasado, los ingresos de la provincia por coparticipación fueron de 465 millones de pesos mientras los de las regalías petroleras y gasíferas alcanzaron los 136 millones de dólares (112 por petróleo y 24 por gas) equivalentes a 516 millones de pesos al cambio del momento.

En el presupuesto del año pasado, el cálculo de ingresos fue de 1.160 provenientes de la coparticipación de impuestos federales, y de 1.193 de las regalías. Nuevamente, más recursos de la explotación petrolera que de lo que toca por los impuestos que recauda la Nación. Una diferencia del doble respecto de las que no las tienen. Entre ellas, San Juan.

Las regalías petroleras son de el 12% que se les retienen a las empresas por la venta del crudo. Si es en el mercado internacional, el precio es el que establece el mercado y si la venta se produce en el mercado interno, el precio de referencia es de 42 dólares el barril. El año pasado, Chubut protestó porque las retenciones hicieron que las empresas que extraen petróleo vendan más en el mercado local que en el exterior, y entonces el precio al que le aplican las regalías es menor.

La provincia que comanda Gioja está signada por el desarrollo de la minería del oro, aún con grandes diferencias de ingresos respecto de las petroleras. Primero, las regalías mineras son del 3%, y ni siquiera eso. Porque se considera en las liquidaciones el valor a boca de mina, lo que implica el descuento de los gastos operativos. O sea que se aplican regalías sobre el monto con descuento. Pero tal vez la diferencia de fondo en este punto sea la naturaleza de cada explotación: mientras los hidrocarburos siguen siendo el motor que moviliza el mundo, el oro es apenas una inversión de resguardo en ascenso y ligada a los bienes suntuosos. Uno indispensable, otro secundario. Uno, entonces, que debe aceptar las condiciones que le fijan en los lugares donde lo encuentran. El otro, que puede elegir invertir o no las sumas importantes que demanda la explotación (3.000 millones de dólares en Pascua-Lama) en los lugares donde encuentra mejores condiciones no sólo naturales -los yacimientos- sino legales, impositivos. La mejor fórmula para aplicar en estos casos es la siguiente: mejor el 3% de 10, que el 10% de nada.

Otra diferencia importante es el destino de esas regalías. Das Neves -y todas las provincias petroleras- aplican el total de lo que cobran a gastos corrientes: se destinan al presupuesto de gastos para el funcionamiento del Estado. Las regalías mineras son destinadas sólo en un 33% a esa cuenta, rentas generales. El resto va en partes iguales al IPEEM para invertir en infraestructura (financió la nueva fuente de agua potable para Jáchal y hay un pedido opositor para que lo haga con las Pymes mineras) y al municipio donde se radica el proyecto. Iglesia, este es el caso, dispone al igual que Chubut de una suma equivalente por regalías que por coparticipación. La diferencia con la provincia de Das Neves es que no puede destinalo al pago de gastos corrientes como empleados. Que lo cumpla o no, es otra cosa.

Pero más allá de estas discordias, el petróleo y el oro tienen más similitudes que diferencias. Se anotan:

– Son ambos recursos naturales no renovables, que están debajo de la tierra, hay que extraerlos, y no son reemplazados.

– Ambos son commodities de fuerte cotización internacional, que varía de acuerdo a la situación política. El petróleo superó los U$S 100 con la crisis en Irak y Afganistán y hoy vuelve a subir a los U$S 87, mientras este es el momento del oro: cerró la semana en U$S 1.125 luego de superar los U$S 1.200, en una escalada motivada por la crisis financiera que lo ubica como inversión de resguardo. Fue la mejor inversión de la década.

– Son emprendimientos de grandes corporaciones privadas. Como YPF, la empresa petrolera más importante del país, o la minera Barrick. Aunque ambos sectores tienen ejemplos regionales del Estado, corporaciones al fin: Petrobras en Brasil, Codelco en Chile.

– El petróleo y la minería son los sectores que mejores sueldos pagan en el sector privado en el país, de acuerdo a estudios públicos y privados.

– Ambas dejan importantes pasivos ambientales que el Estado tiene la obligación de controlar de manera eficiente. Tanto un pozo de petróleo como una mina a cielo abierto.

No es real, entonces, la pulseada entre petróleo y oro. Y el manejo político de la regalías merece comparar melones con melones y sandías con sandías. En ese plano, del mismo modo en que Das Neves aludió a las regalías mineras Gioja pudo asegurar que si la provincia encuentra petróleo cerca de Jáchal -donde hay muchas chances- o Tamberías no dejará de reclamar el 12% como paga el petróleo en todo el país. No creyó que fuera el momento.