Se celebra hoy el "Día Nacional del Árbol”, y que mejor homenaje que plantar un árbol teniendo en cuenta que estamos en época para ello. Agosto y septiembre son los meses adecuados para intentar con éxito esta labor, pero para ello es necesario respetar algunos conceptos básicos antes de proceder a la implantación, de lo contrario es posible que el arbolito que plantamos con tanto cariño se torne en un problema:
El primer aspecto a tener en cuenta es la elección del lugar donde se va a plantar el forestal. Para ello hay que tener en cuenta la calidad del suelo donde se realizará la plantación, la provisión del riego y su calidad. Se debe evaluar si por encima del árbol pasan cables o existe una construcción, la idea es hacer una proyección hipotética de su desarrollo hasta que se convierta en un ejemplar adulto.
En segundo lugar, teniendo en cuenta el aspecto anterior es importante la elección de la especie adecuada. Es importante no dejarse llevar por las modas. Las especies autóctonas poseen características favorables, por ejemplo el menor requerimiento de riego para sobrevivir, aunque con riego adecuado su desarrollo es excepcional. Algunas de ellas presentan el inconveniente de que poseen espinas pero con una correcta conducción, siendo adultas el problema desaparece. La disposición de desarrollo de los sistemas radiculares, en la mayoría las autóctonas, en forma pivotante, es decir con un solo eje de fijación y raíces menores laterales colocan a estos árboles con mínima posibilidad de levantamiento de veredas.
Respecto de las acequias hay que evaluar si las mismas están impermeabilizada o no. Si lo están, sería muy efectivo eliminar o perforar el fondo de las mismas frente al ancho mismo de la taza del árbol.
La labor de implantación debe realizarse ubicando el "cuello del forestal”, es decir el sector límite entre el tronco y la raíz, a igual nivel de la base de la acequia. El espacio entre el tronco y la cazuela o taza no debe ser nunca rellenado con tierra, de lo contrario el forestal inmediatamente desarrollará raíces que, si bien poseen geotropismo positivo sea que se dirigen al centro de la tierra, si no tienen riego abundante buscaran el agua en cañerías, cloacas y sectores de jardín sin que nada se lo impida.
El relleno de tazas o cazuelas sumado a la falta de agua de riego en las acequias se manifiesta como un grave problema, particularmente en especies como la Morera híbrida donde se pueden observar que han destruidos veredas, cañerías y paredes.
Para loa plantación, se recomienda realizar un pozo con un volumen que no debe exceder el 40% del volumen de la maceta que porta el forestal. Se debe realizar un riego de asiento al que se le puede agregar estiércol equino, no aconsejo incorporar fertilizantes granulados o líquidos porque puede producir un daño al sistema radicular que afectará el crecimiento. Luego de ello se completa con el llenado del pozo con un buen sustrato y se apisona, por último debe realizarse un riego abundante.
El tutorado y el sistema de sujeción es también un factor decisivo en los primeros años de vida del forestal. De ello dependerá de que el forestal crezca erguido y no se dañe con vientos fuertes. Puede reforzarse con tirantes fijados al suelo con estacas, pero se debe tener precaución para no obstaculizar el paso peatonal.
Dicho esto como principios básicos de una buena labor cultural de implantación de forestales, solo queda animarse a poner en práctica lo que el gran Domingo Faustino Sarmiento nos legó hace más de un siglo: "Plantar y plantar un árboles es construir la nación”.
(*) Director de Arbolado Público. osvaldoolmogomez@gmail.com