Si la Nación Argentina es un solo Estado soberano e indivisible que sostiene la unidad y unión del pueblo bajo una bandera que identifica su nacionalidad ante los gobiernos del mundo entero, bajo una lógica que no admite la más mínima observación en la plenitud de criterios de ciudadanos algunos.
Si en todo el territorio argentino rige una Ley Nacional de Educación (Nº 26.026) sancionada en 2006 que impone restricciones, las habilitaciones y las excepciones a un régimen educativo.
Si los gobiernos provinciales adoptan medidas dentro del marco de una Ley republicana que van en claro detrimento de la calidad educativa de nuestros jóvenes, como es el caso de esa política educacional que intenta poner en práctica el gobierno de Mendoza, con argumentos de una falacia rayana en la incoherencia intelectual y la dolorosa complicidad de quienes tienen que evitar semejante atropello a la educación argentina.
Si los políticos miran a sus gobernados como simples números que se traducen en los votos necesarios para alcanzar el sillón de gobernantes, con total desprecio a la dignidad que como seres humanos se alcanza al ser respetados en su condición de ciudadanos.
Si esa condición se reduce a direccionarlos a aceptar mansamente que los funcionarios del gobierno son personas con capacidades y formación superior para disponer arbitrariamente de lo que puede ser nuestro futuro educativo, sin ningún tipo de cuestionamiento, críticas u observación.
Si el gobierno diseña medidas facilistas, acciones distractivas, excesivo marketing de exitosidad de su gestión, de argumentos que el ciudadano comprueba en su realidad que no son ciertos.
Si nosotros vemos como nuestros jóvenes cada día demuestran mayor desenfado y mediocricidad al expresarse con vocablos que están indicando la baja responsabilidad en sus estudios, en su formación intelectual pero que a la vez nos recriminan porque saben que solo reciben una certificación de estudios concluidos y no de un título que los haga competitivos en el campo laboral, cada vez más exigente y selectivo.
Si argumentar oficialmente desde la Cartera Educativa que una medida disciplinaria como son las amonestaciones, son las causales de la deserción escolar; reducir el comportamiento estudiantil dentro del Establecimiento a una mera escala de puntos crediticios que se pueden ir renovando; plantear la evitabilidad de la repitencia por simples medidas políticas y no por la aprobación de conocimientos y saberes; que la calidad educativa solo está en los números estadísticos que el gobierno quiere mostrar como el resultado de una gestión exitosa a los ojos del común de la gente.
Si la responsabilidad política está ausente desde el primer mandatario, hasta la de sus funcionales operarios que el poder elige como eficaces ejecutores de sus medidas de gobierno; entonces el rumbo político es en una sola dirección, la cual es convertir a la República Argentina en un pseudo Estado donde la institucionalidad, la equilibrada división de poderes, los derechos constitucionales consagrados para un sociedad mejor, para un país en franco desarrollo en todos sus frentes, sean solo retóricas de aquellas argumentaciones invocadas de y para una sola clase social imperante: "La de dominados y la de dominantes”.
(*) Escritor.