Claro que otras noticias como el reciente anuncio del presidente Barack Obama de que normalizará las relaciones con Cuba y la reelección de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, tendrán un impacto. Pero nada sacudirá tanto al mapa político regional como la caída de los precios del petróleo, que se han desmoronado en un casi 50% desde junio hasta llegar al nivel actual de US$ 55 por barril.

Según un nuevo estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), se trata de una tendencia que probablemente no será pasajera. De acuerdo con el estudio, elaborado por los economistas del FMI Rabah Arezki y Olivier Blanchard, los mercados de futuros sugieren que los precios del petróleo se recuperarán ligeramente y llegarán a unos US$ 73 por barril en el 2019.

Sin embargo, los precios petroleros seguirán deprimidos en comparación con sus niveles de los últimos años, cuando registraron a un récord de US$ 145 por barril en el 2008, señala el informe.

Entre las principales razones de la caída de los precios está la revolución energética que está ocurriendo en EEUU, gracias a la nueva tecnología de producción de petróleo conocida como "fracking", o fracturación hidráulica, y la disminución de la demanda mundial de petróleo.

Los países importadores de petróleo serán los grandes ganadores, y los exportadores de petróleo -como Rusia, Venezuela y Ecuador- los grandes perdedores.

En América Latina, el país más afectado será Venezuela, donde el petróleo constituye el 95% de las exportaciones totales del país, indica el estudio. Desde la revolución socialista de 1999 del fallecido presidente Hugo Chávez, Venezuela prácticamente ha acabado con su sector privado, y ahora depende más que nunca del petróleo. Este país también ha pasado de ser un importante protagonista de la diplomacia regional a convertirse en un jugador cada vez más débil. La influencia de Venezuela en la región ha sido directamente proporcional a los precios mundiales del petróleo: cuando los precios estaban llegando a un récord histórico a mitad de los 2000, Chávez pretendía convertirse en líder del Tercer Mundo. Ahora, Venezuela ni siquiera puede evitar que su aliado más cercano, Cuba, se acerque a Estados Unidos.

Brasil, México y Argentina, también serán perjudicados por la caída de los precios del petróleo, pero muy poco comparado con Venezuela o Ecuador.

Sin embargo, otros factores van a compensar estas potenciales pérdidas de inversión para estos tres países. Por ejemplo, se espera que China y Estados Unidos, los dos principales importadores de petróleo que se beneficiarán de la disminución de los precios, aumentarán sus compras de productos latinoamericanos.

Mi opinión: Es cierto que el deshielo entre EEUU y Cuba y la reelección de Rousseff tendrán un impacto político en toda la región, pero tal vez no tanto como muchos piensan.

La apertura de Obama hacia Cuba será debilitada por el Congreso, controlado por los republicanos, y el régimen de los hermanos Castro en Cuba torpedeará cada tanto su acuerdo con Washington. Y Rousseff iniciará su segundo mandato como uno de los presidentes brasileños más débiles de la historia reciente.

Ninguna de estas noticias afectará a la región tanto como el colapso de los precios del petróleo. De pronto, los países petro-populistas se han vuelto débiles, y los que tienen gobiernos que han mantenido políticas económicas responsables se ven cada vez más firmes en la escena regional. Las cosas están cambiando.

¡Feliz Año Nuevo!