Estado actual de la Feria Municipal o Mercado de Abasto en Capital.


En esta ocasión deseo poner a consideración de las autoridades de la Municipalidad de la Capital y de la ciudadanía en general, un antiguo proyecto de remodelación y refuncionalización del Mercado o Feria de Abasto de la Ciudad de San Juan. Con casi 64 años de vida, este espacio histórico e ícono del comercio frutihortícola local, merece ser dignificado y puesto en valor en beneficio del desarrollo turístico provincial tal como lo propusiera el recordado dirigente vitícola y ex director de "La Feria", Alberto Gómez durante la gestión del ex intendente Enrique Conti.


A principios de este siglo, Gómez, un apasionado por el marketing frutihortícola y de las buenas prácticas de manipulación de los alimentos, propuso modernizar y transformar este lugar en "shopping" de frutas y verduras.


Entre sus fundamentos esgrimía la realidad de la localización demasiado céntrica de este predio que, sin dejar de cumplir con las mismas funciones, podría transformarse en un polo del turismo gastronómico sanjuanino, ayudando así a difundir también su oferta.


Este interesante proyecto, en aquel entonces, se presentó en tres estamentos del estado: municipal, provincial y nacional, pero sin resultados.


"Las ideas no se matan", sostenía Domingo Faustino Sarmiento. Por ello hoy sería importante reflotar la iniciativa del viñatero Gómez, quien soñó a la entonces y hasta hoy devaluada Feria de la Capital de San Juan, en centro de atracciones.


En sus conversaciones traía a la mesa del café, el ejemplo del Mercado San Miguel de Madrid, inaugurado en mayo de 1916 como mercado de abastos, Este establecimiento centenario desde hace dos años experimenta un período de consolidación de gran parte de su contenido gastronómico, contando con reconocidos chefs a nivel nacional e internacional. Localizado en el centro de Madrid y con más de 10 millones de visitantes al año, es hoy el "templo gastronómico de la ciudad''. Allí el turista encuentra el mejor jamón y el mejor vino ibérico hasta el marisco más fresco llegado a diario desde Galicia, los quesos y arroces más deliciosos típicos de todas la regiones españolas, repartidos en unos 30 puestos fijos más 3 en formato soporte movible.


Pero, así como los ejemplos propuestos por Alberto Gómez de su añorada España, también me vienen a la memoria ejemplos como los del Mercado Central de Santiago en el vecino país de Chile, Patrimonio histórico donde se concentra la mayor cantidad y diversidad de locales del país, ofreciendo servicios y productos de la marisquería, frutería, yerbería, pescadería, restaurante, carnicería, botillería, centro de llamadas, fiambrería, panadería, venta de empanadas, farmacia, quesería, joyería e incluso guía de turismo.


Gómez soñaba con un Mercado de Abasto con espacios y comercios modernos climatizados y vidriados, espectáculos y modernos patios de comidas, restaurantes exclusivos y centros de expresión de la cultura y de espectáculos. 


Salvando las distancias, también podemos citar lo realizado oportunamente con el histórico Mercado de Abasto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde tal vez el glamour de la gran urbe le ganó a lo folclórico, pero no por ello no dejó de recuperar un espacio histórico nacional.

Por el Lic. Adrián Alonso
DIARIO DE CUYO