Las casas estilo californiano de la Villa América, llamada en sus comienzos Barrio Eva Perón.

Leyendo la nota de Susana Navarro, publicada hace unos días en esta misma columna, en la que hacía referencia al San Juan actual tras la reconstrucción de la que fue objeto después del fatídico 15 de enero de 1944, me trajo a la memoria lo vivido en aquella fecha que guardo entre mis recuerdos como una lección de historia que nos tocó vivir.


Una de las cosas que siempre voy a recordar es lo que me contaba mi padre. El día del terremoto estaba trabajando en las oficinas de la fábrica de jabón "Fábrega". Cuando se produjo el sismo volvió desesperado hasta casa pero no podía ubicarla. La ciudad estaba irreconocible y no se podía dar con precisión con las viviendas ni con las familias.


Comento esto para demostrar la destrucción que se produjo y lo que nos ha costado recuperar todo lo perdido. Ahora podemos seguir construyendo, modernizando o haciendo crecer la ciudad, pero sin la necesidad de destruir nada, porque no es necesario.


Tenemos un San Juan que se proyecta después de algo tan grande como fue el terremoto del '44 y que ahora podemos mostrar, orgullosos, como una ciudad moderna de mediados del siglo XX.


El tiempo ha pasado pero no se van de nuestra memoria algunas imágenes tristes y todo lo que hubo que hacer para retomar el rumbo. En esto hubo mucha colaboración de mucha gente y en este sentido no puedo dejar de evocar aquella tripulación que viajó en avión desde Chile con damajuanas de leche, remedios y otras mercaderías y que cayó antes de llegar a destino falleciendo todos los pasajeros. Fueron los que dieron origen al nombre de varios barrios de emergencia que ahora se han convertido en caracterizadas barriadas. Ello son el Capitán Lazo, jefe de la expedición, cuyo nombre fue impuesto a un barrio de Rawson; Dr. Bardiani, a un barrio de Trinidad y Enfermera Medina, a un barrio de la zona de Desamparados.


También me surge el recuerdo del barrio Eva Perón, hoy Villa América, el primero en construirse en estilo "Californiano" en 1951. Para su inauguración vino Eva Perón a quien pude ver desde muy cerca porque era muy chica y me colocaron en primera fila a su paso.


Todos conocen el vínculo que hay entre Eva Duarte y el terremoto, ya que fue en un acto en beneficio de los damnificados que conoció a Perón con quien posteriormente se casaría, y daría lugar a uno de los movimientos políticos más grandes de Argentina.


Los niños de la época nos criamos jugando en los descampados o entre los escombros, de la misma forma que muchos crecimos en viviendas de emergencia hasta que se comenzaron a construir los barrios con casas sismorresistentes.


Actualmente en la Facultad de Ingeniería hay ejemplos de cómo eran esas viviendas precarias que se deberían conservar como un tesoro, porque nos recuerdan lo que costó reconstruir la ciudad. Que no nos pase como con los andenes de la estación San Martín, que fue una de las pocas cosas que resistieron los embates de la naturaleza y que ahora no están, siendo que de este lugar muchos partieron después del terremoto y se forjaron hechos históricos como el inicio del viaje de nuestros jóvenes hacia las Malvinas.
 


Por María Teresa Forradellas   Licenciada en Turismo.