A mediados de octubre último pudimos comprobar sobre el terreno, la existencia del ramal del camino inca que unía Ullún (sic) con las minas de oro de Hualilán y, con toda probabilidad, proseguía hacia el actual departamento Iglesia.
Resulta sorprendente que aún se puedan ver y hasta seguir -tanto a pie como a caballo- unos breves tramos de dicho camino, por cierto mal conservado y en varios puntos hasta borrado por las escorrentías pluviales.
En otras ocasiones hablé del famoso tampu inca de Ullún, distante una jornada a pie desde la Villa Ibáñez, conocido por los lugareños con el topónimo de "La Toldería”. Siguiendo rumbo al Norte -hacia los baños de Talacasto- hace seis años también señalé a través de la Revista dominical Oh! la existencia de un segundo tampu, de características y dimensiones semejantes a las de la citada "Toldería”.
Este segundo conjunto habitacional, (que provisoriamente llamaremos tambo de Matagusanos a falta de mejor nombre), permanece escondido entre una maraña de cactáceas y monte nativo, por cuya causa no ha sido "huaqueado” hasta el presente. Aún conserva en superficie varias "callanas” o sea fragmentos de tinajas, que testimonian -junto con las ruinas pircadas- su origen indígena.
Aún nos quedaba sin embargo demostrar la presencia del camino inca que unía el tambo de Matagusanos con los baños de Talacasto. Quien lo descubrió consultando imágenes satelitales en Google Earth, fue mi hijo afectivo Ciro Delgado, cuya paciencia en esta clase de búsquedas es casi legendaria.
De ahí a querer comprobar el hecho sobre el terreno fue solo cuestión de días.
Respecto del nombre "Ullún" deseo comentar que éste es a mi entender el nombre correcto de ese departamento. Los habitantes del mismo se dicen en efecto a sí mismos "ulluneros”, de Ullún y no "ullumeros”, de Ullum. Horacio Videla en Historia de San Juan, Vol. 1º, pag. 58 escribe: "Ullún: nombre fálico”.
Como ya apunté, a mediados de octubre último descargamos nuestros caballos en un río seco que desemboca sobre la ruta 436, a unos tres kilómetros antes de alcanzar los baños de Talacasto. Siguiendo dicho río -a pie los más jóvenes, a caballo los veteranos- con dos horas de marcha alcanzamos el primer punto donde se puede aún distinguir, con un poco de buena voluntad, la traza del camino inca.
Sigue éste una línea recta -característica de la mayoría de los caminos incaicos- con dirección casi Norte-Sur (185 grados), presentando un ancho promedio visible de uno a dos metros.
Reitero que los tramos visibles son pocos y, en su mayoría, cubiertos de arbustos que los disimulan.
El joven Matías A. Larreta con su novia María Clara Delgado -ellos con Ismael Delgado hicieron la jornada a pie- descubrieron con asombrada alegría trozos de cerámica rústica ubicados en dos sitios a la vera del mismo camino. Es cerámica sin decoraciones ni engobe, pero de muy buena cocción.
El tramo que mejor se consigue visualizar en Google Earth se ubica entre las coordenadas de 31º 04′ 47.80" S – 68º 43′ 49.10" W y 31º 04′ 55.40"S – 68º 43′ 51.60"W, con un recorrido apenas perceptible de unos 250 metros, a una altura media s.m. de 1.190 metros.
Estos restos del camino si bien no tienen valor desde el punto de vista turístico, corresponde sin embargo considerarlos importantes desde la óptica de la arqueología local.
