El comienzo de las actividades escolares no siempre presupone el inicio de labores pedagógicas y didácticas. Desde hace una década, también determina con un "particular festejo" el inicio del último año de secundaria de los adolescentes.

Ese particular festejo ha hecho que sea, en numerosos casos, una odisea de docentes, profesores y autoridades escolares para poder enfrentar el primer día de clases tras la celebración.

Llegar borrachos, alcoholizados, sucios o pintados es la modalidad que impone la necesidad de detenernos en el tema.

"Es un día que tenemos para festejar, por eso nos juntamos todos y nos vamos a quedar toda la noche cantando, tomando y bailando", le dijo un alumno de sexto año de un colegio de La Plata a la profesora.

"Nosotros hacemos murga toda la noche en Parque Rivadavia y llevamos pirotecnia. Mis viejos me dejan, pero no podemos tomar alcohol", cuenta Francisco, alumno de una escuela privada de Caballito, mientras sonríe de manera cómplice.

En 2017 se viralizó un video donde se veía a la rectora de una escuela secundaria de Misiones, pedirle a los alumnos de quinto año que no entren a la escuela en mal estado.

"¡No puede ser que entren así cuando estamos haciendo el acto de comienzo del ciclo lectivo! Los padres de los alumnos de primer año se llevan a los chicos porque me piden garantías de que ustedes no entren a la escuela. ¿A ustedes les parece que esa es una situación lógica?", suplicaba la docente, intentando llamar a la cordura a los alumnos. Esa era la crónica de hace unos años y en San Juan la situación comenzaba a cobrar fuerza en virtud de que fuimos los primeros, sí señores, todo empezó aquí.

Claro está que no son todos los casos pero de a poco fue prendiendo en los adolescentes. El último primer día de clases no es otra cosa más que una gran fiesta que organizan los mismos alumnos el domingo anterior al inicio del dictado de clases.

El año pasado en una escuela de Córdoba el 15% de los alumnos de un 6to año dio positivo en un test de alcoholemia y la directora ordenó el procedimiento al advertir que un grupo "grande" de alumnos no estaba en condiciones de asistir a clases.

La moda del "UPD" comenzó en el interior del país siendo pioneras las provincias de Mendoza y San Juan, (me sorprende lo veloces que fuimos para el invento). Justamente en el primer distrito cuyano se dictó un restrictivo Código de Faltas que sanciona a las familias de los jóvenes involucrados debido a que los festejos fueron incluyendo pirotecnia, cortes de calle y consumo excesivo de alcohol. En otras localidades, cuando se descontrola la situación, directamente intervienen las fuerzas de seguridad locales para interrumpir el "último primer día".

En nuestra provincia numerosas escuelas decidieron organizar un desayuno con padres y alumnos para reflexionar sobre este día y usar ese pretexto a modo de festejo, de hecho el Ministerio de Educación entregó un instructivo para actuar. Queda claro que estamos frente a un problema social que debemos abordar como adultos, observar lo que está pasando con nuestros jóvenes y actuar. No quiero demonizar a nadie, sino atender un problema y es importante decirlo: la responsabilidad de un festejo debe empezar por los padres. Los chicos no tienen dinero para el alcohol si nadie se los facilita.

Vale la pena el festejo siempre y cuando sea sano y esto no es una quimera, un festejo responsable no requiere de requisitos especiales ni sobredimensionados, y la aclaración vale porque pareciera que festejar sin alcohol es una absurda intención de personas pacatas, vetustas y anticuadas que solo buscan destrozar la felicidad de otros. Estoy muy lejos de pertenecer a ese grupo y creo que sencillamente en el UPD perfectamente la alegría puede ir de la mano de un espacio compartido entre pares, padres y docentes para diseñar la educación que buscamos. El festejo no debe ausentarse, lo que sí está claro es que fomentar el descontrol o hacernos los distraídos no hará más que generar mayor descontrol.

La escuela de hoy renueva desafíos de manera constante, permanente y en forma dinámica. El diseño curricular dispone que sean los maestros creadores de nuevos métodos y aprovechen los acontecimientos de la realidad para transformar la educación, por lo que el UPD, bien podría dejar de significar la sigla repetida para ser usada como "Única Prioridad Didáctica": Allí seguramente encontraremos la oportunidad de construir un espacio superador que contenga el festejo, la enseñanza y el inolvidable paso por la secundaria, una de las experiencias más maravillosas y constructivas que nos haya tocado en la vida.