En el año 1745 se comenzó a construir la Iglesia Matriz como nuevo templo para la imagen de la Virgen del Valle. La obra quedó concluida en el año 1875, durante el vicariato de José Facundo Segura.

 

La devoción por la Virgen Morenita del Valle de Catamarca es multitudinaria y traspasa las fronteras de esa provincia para llegar a distintas latitudes. En San Juan, incluso, son miles los fieles que suelen peregrinar a esa provincia para rendirle culto en abril y diciembre, cuando se levan a cabo las celebraciones. Este año se cumplen 400 años de su hallazgo. Se estima que fue alrededor del año 1620 en una gruta del Pueblo de Choya, en el Norte del Departamento Capital. Un aborigen, que pertenecía al encomendero Manuel de Salazar, descubrió el sendero que recorrían periódicamente mujeres nativas que subiendo la quebrada, llevaban un nicho de piedra a unos siete metros de altura. En él encontró la imagen pequeña de la Virgen María, de rostro moreno y las manos juntas. Cuando Manuel de Salazar toma conocimiento del hallazgo, la traslada a su casa, en San Isidro, Valle Viejo, donde se dedicó íntegramente hasta su muerte (1638) al cuidado, culto y veneración de la Madre del Valle. Luego de 10 años, desde su descubrimiento, se le construye, lo que fue, su primera capilla. A partir de allí, comienza el culto y veneración a la imagen de la Virgen. La aceptación y fe comenzó a aumentar, a tal punto que los fieles llegaban, cada vez más en peregrinación, para contemplar a María. Desde ese momento, se convirtió en un ícono nacional y religioso.

Por el año 1657 fue jurada Patrona bajo la prerrogativa y la advocación de la "Pura y Limpia Concepción”. En 1688, se resuelve jurar de nuevo a la Virgen del Valle, no solo en el orden parroquial, sino en toda la provincia de Catamarca. Los primeros y modestos santuarios de la imagen estuvieron en San Isidro, hasta su traslado en procesión a la Iglesia Parroquial de la ciudad en 1965 por gestión de Bartolomé de Castro. Este templo se localizó donde hoy se emplaza la Catedral Basílica, cuyo camarín actualmente abriga a la sagrada imagen.

En poco tiempo, la imagen de la Virgen del Valle ganó la veneración, no solo de los vecinos del Valle, sino también de los radicados de otras ciudades. En ese sentido, las fiestas de celebración datan, desde la construcción de la primera capilla de San Isidro. Se las conocía como "las fiestas de Diciembre”. Comenzaban el 8 del mismo mes y terminaban el 16. En el año 1782 se las prolongó un día para que se pudiera rezar un novenario, y en 1891 fecha de la coronación, se resolvió realizarlas dos veces al año: abril y diciembre. En esos meses Catamarca adquiere una fisonomía de adoración a la Virgen que trasciende a todas las latitudes y a la que los fieles creyentes adhieren con devoción.

Las fiestas comienzan con el tradicional acto de la Bajada de la Virgen del Camarín al atrio principal.

Durante las festividades se dice una misa diaconada desde la cinco de la mañana. Por las tardes se reza la novena, en las fiestas de diciembre, y las maravillas, en abril. Los ritos culminan con una solemne misa pontifical. Por la tarde se realiza la gran procesión alrededor de la plaza principal, pero luego de unos años cambió su recorrido. Se extendió a barrios periféricos a fin de llegar a todos los fieles de la provincia. A la celebración suelen llegar miles de fieles en vehículos particulares como en contingentes. Desde San Juan suelen asistir cientos de personas. Muchas agradeciendo por milagros, otros para pedir favores y muchos también como parte de su devoción de fe.

(Fuentes: comunidadmariana.com; atlascatamarca).

 

Por José Correa
DIARIO DE CUYO