En estos últimos años estamos experimentando los efectos del avance tecnológico sobre muchas actividades que históricamente eran realizadas por humanos. El desarrollo de la automatización y la robótica ya han transformado sustancialmente aquellos trabajos que suponen actividades repetitivas. Por otra parte, los últimos desarrollos sobre Inteligencia Artificial (IA), Aprendizaje profundo y Aprendizaje automático, avanzan también sobre tareas intelectuales, obligando a muchos trabajadores a volver a capacitarse si no quieren quedarse sin trabajo.


Hace unos días leí un artículo que afirmaba que los humanos vamos a tener que obligadamente reinventarnos, pero no sólo para adaptarnos a los evidentes cambios epocales y tecnológicos, sino que tendremos que hacerlo varias veces a lo largo de nuestra vida.


A pesar de que aún no hemos terminado de sorprendernos por la cantidad de cambios producidos en la última década, seguramente todavía tendremos que enfrentar una sucesión de revoluciones de impacto tecnológico en el mundo laboral, en la economía, la política y en casi en todos los ámbitos de la vida en sociedad.


De hecho los "millennials'' (jóvenes nacidos a partir de los 80 que se definen como una generación digital, hiperconectada y con altos valores sociales y éticos), han cambiado cuatro veces de trabajo en sus primeros 30 años de vida, según un reciente informe de LinkedIn.

"Varios de los aprendizajes que hoy necesitamos adquirir para desarrollar nuestro trabajo, podrían dejar de ser relevantes en algunos pocos años. Los ciclos son cada vez más cortos.''

El desafío es grande por qué varios de los aprendizajes que hoy necesitamos adquirir para desarrollar nuestro trabajo, podrían dejar de ser relevantes en algunos pocos años. Los ciclos son cada vez más cortos. Actualmente se reconoce que, por ejemplo, muchos de los conocimientos que aprenden los estudiantes de carreras técnicas, es probable que sean ya obsoletos e innecesarios para ejercer la profesión cuando estos estudiantes terminen sus carreras dentro de pocos años.

Recuerdo que en mi juventud, convencido ya de que ingresábamos a un mundo fuertemente influenciado por las computadoras, pensé en capacitarme en algo para no quedar afuera de la transformación tecnológica y que me diera cierta continuidad a lo largo de mi vida laboral. Entonces, tomé un novedoso curso para esa época de "perfoverificador'' que me capacitó para usar una máquina que perforaba las tarjetas de cartón con las cuales se ingresaban datos e instrucciones a las primeras computadoras. ¿Se imagina, estimado lector, durante cuánto tiempo me sirvieron esas habilidades?


Ahora siento que los tiempos son más cortos y más acelerados y me preguntó ¿cuánto de lo que he aprendido servirá para mí crecimiento futuro? ¿Qué es lo que deberé aprender y en qué área me debería capacitar?


Por eso creo que la mejor inversión que podemos hacer para nuestro porvenir es aprender a desaprender muchas de las cosas que nos han enseñado, para aprender a aprender cosas nuevas que serán clave para enfrentar los cambios laborales. 


Esto es lo que nos inspiró a Diseñar la Maestría en Gestión de Nuevas Tecnologías de la UCCuyo para responder a estos tremendos desafíos.

Por Gustavo Carlos Mangisch
Director de Innovación y Calidad en Educación del Espacio Excelencia y de la Maestría en Nuevas Tecnologías (UCCuyo)