La historia argentina del siglo pasado estuvo signada por los golpes de estado, hechos lamentables, que por fortuna desde la consolidación de la democracia con el Dr. Raúl Alfonsín, desde 1983, se arraigó el Estado de derecho. Hoy con este sistema de gobierno, un estilo de vida con sus aciertos y errores, los argentinos hemos aprendido el valor de él.


El Siglo XX estuvo marcado por seis golpes contra la institucionalidad. El primero de ellos, ocurrido en septiembre de 1930, terminó con una democracia plena, fruto de ley electoral Sáenz Peña. Pobre don Hipólito Yrigoyen, hasta algunos correligionarios lo traicionaron, impulsados por oscuros intereses económicos extranjeros y la voracidad política de los conservadores.

El probo presidente Arturo Illia derrocado en 1966. 

En junio de 1943 sucedió el segundo conato castrense, fue casi un paseo, que puso fin a un gobierno producto del fraude. Ramón Castillo, el presidente, pasó sin pena ni gloria por la historia. No obstante en este golpe surge una figura luminar del pasado inmediato: el entonces coronel Juan Domingo Perón, manejando los hilos de la famosa logia GOU (grupo de oficiales unidos).


Este militar monopolizó la historia a partir de la década del 40. Su segunda presidencia concluyó trágicamente con el tercer golpe de estado, en septiembre de 1955. Fue, a diferencia de los otros golpes, un hecho sangriento, con bombardeos, fusilamientos y lo más dañino, la desperonización, que desgraciadamente dividió a la sociedad.


Luego de la caída de Perón se inicia una etapa con el peronismo proscripto, las fuerzas armadas tenían el poder real, no obstante continuó la saga de levantamientos militares por diferentes causas, uno en 1962, que derrocó al Dr. Arturo Frondizi, y otro en 1966 al Dr. Arturo Illia, un presidente honrado y probo, que se resistió heroicamente a entregar el poder.


Se inicia allí la autodenominada Revolución Argentina, con tres presidentes de facto, el último entregó el poder al odontólogo Héctor Cámpora, quien poco tiempo ocupó el sillón de Rivadavia. Luego de un interregno con cortas presidencias, llegó por tercera vez a la presidencia el general Perón. Poco pudo hacer, a pesar de su anhelo de unir a los argentinos, longevo y manipulado por José López Rega, falleció en julio de 1974. Los argentinos lo lloraron.


Tiempos funestos, que ya habían comenzado, se hicieron moneda corriente. Isabel Martínez de Perón, fue derrotada en marzo de 1976, instaurándose la dictadura más terrible que se tenga memoria, un hecho lamentable del cual transcurrieron 42 años.