Hay certezas que se desvanecen con el tiempo. Y así como muchas cosas del pasado quedaron atrás, hoy podemos afirmar con convicción que los bancos tradicionales están destinados a desaparecer. No es un deseo, sino la constatación de una revolución tecnológica y de expectativas que barre el planeta, prometiendo un futuro financiero radicalmente distinto y superior.

Diagnóstico: un modelo obsoleto y caro

Durante demasiado tiempo hemos aceptado un sistema bancario tradicional que opera sobre una base intrínsecamente inestable: tomar dinero a corto plazo nuestros depósitos para prestarlo a largo. Esta “transformación de vencimientos” es la falla geológica que ha provocado innumerables crisis financieras. Y por este sistema frágil pagamos comisiones exorbitantes y soportamos un servicio a menudo deficiente. ¿La causa? Estructuras corporativas gigantescas y modelos de negocio caducos que financiamos cada vez que usamos nuestro propio dinero. La buena noticia es que la tecnología actual nos ofrece una salida.

Solución: hacia una Red Monetaria Universal (RMU)

Proponemos algo más simple y poderoso: una Red Monetaria Universal (RMU). Pensemos en ella como una infraestructura pública esencial. Una plataforma tecnológica segura que actúa como custodio neutral del dinero de ciudadanos y empresas.

En la RMU, tu dinero permanece íntegro, seguro, listo para ser movilizado instantáneamente. Sobre esta red fundamental, un ecosistema de billeteras digitales y aplicaciones financieras competirían por ofrecernos los mejores servicios de pago, inversión y asesoramiento, con innovación constante y costos mínimos.

Beneficios Clave: Estabilidad y Prosperidad

Este nuevo paradigma ofrece ventajas revolucionarias:

Inmunidad a las Crisis Bancarias: Al separar la custodia del dinero (en la RMU) del riesgo de inversión (en el mercado de capitales). La RMU no puede quebrar porque no presta ni especula.

Fin de la Inflación Monetaria: La creación de dinero se vincularía directamente al crecimiento real de la economía, fluyendo hacia quienes generan valor. Esto mantendría los precios estables, eliminando la inflación por emisión. Los gobiernos ya no podrían “imprimir” para financiar déficits, imponiendo una disciplina fiscal natural.

Costos Mínimos y Eficiencia Máxima

Las transacciones a través de la RMU tendrían un costo insignificante, liberando enormes recursos para la economía productiva. ¿Por qué seguir tolerando un sistema con servicios mediocres que colapsa cíclicamente y exige rescates con dinero público? Los bancos, como los conocemos, son de una era que ya culminó. El futuro de las finanzas no es de bancos modernizados. Es un futuro sin bancos. Un futuro donde el dinero sirva a la gente: siempre disponible, confiable y asequible. Ese futuro está a nuestro alcance.

 

Por Sergio Candelo 
Co-Founder de Snoop Consulting