China tomó rápidamente represalias en las últimas horas contra los nuevos aranceles de Estados Unidos anunciando subidas de entre el 10% y el 15% en los gravámenes a la importación que afectan a una serie de productos agrícolas y alimentarios estadounidenses, lo que acerca a las dos principales economías del mundo a una guerra comercial total.

Pekín también puso a veinticinco empresas estadounidenses bajo restricciones de exportación e inversión por motivos de seguridad nacional, pero se abstuvo de castigar a ningún nombre conocido.

En una conferencia de prensa, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que el país nunca ha sucumbido a la intimidación o la coerción, y que “tratar de ejercer una presión extrema sobre China es un error de cálculo y un error (en general)”.

Las últimas medidas de represalia de China se produjeron cuando el arancel adicional del 10% con el que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó la semana pasada a la segunda economía mundial entró en vigor ayer, lo que supone un arancel acumulado del 20% en respuesta a lo que la Casa Blanca considera inacción china sobre los flujos de drogas.

China acusó a la Casa Blanca de “chantaje” por su subida de aranceles alegando que tiene una de las políticas antidroga más duras del mundo.

Incremento adicional
Los nuevos aranceles estadounidenses representan un incremento adicional a los gravámenes preexistentes sobre miles de productos chinos.

Algunos productos sufrieron el año pasado los efectos de la elevación de los aranceles que impuso el expresidente Joe Biden, como la duplicación de los gravámenes sobre los semiconductores chinos hasta el 50% y la cuadruplicación de los existentes sobre los vehículos eléctricos chinos hasta más del 100%.

El arancel del 20% se aplicará a varias de las principales importaciones estadounidenses de electrónica de consumo procedentes de China que hasta ahora no se habían visto afectadas, como teléfonos inteligentes, computadores portátiles, consolas de videojuegos, relojes inteligentes y altavoces y dispositivos Bluetooth.

Pekín impondrá un arancel adicional del 15% a las importaciones estadounidenses de pollo, trigo, maíz y algodón y un gravamen extra del 10% a las importaciones estadounidenses de soja, sorgo, carne de cerdo, carne de vacuno, productos acuáticos, frutas, verduras y productos lácteos a partir del 10 de marzo, según anunció el Ministerio de Hacienda.

Pekín también incluyó a 15 empresas estadounidenses en su Lista de Control de Exportaciones, que prohíbe a las empresas chinas suministrar a las estadounidenses tecnologías de doble uso, y a 10 empresas estadounidenses en su registro de Entidades
“No Fiables”, por vender armas a Taiwán, que China reclama como territorio propio.

Los mercados de futuros chinos se mantenían estables tras el anuncio. Los futuros de harina de soja y de colza , los más negociados del mayor importador agrícola del mundo, registraron un aumento del 2,5% el lunes después de que el Global Times informara de que Pekín planeaba atacar las exportaciones agrícolas estadounidenses.

Por Agencia Reuters