La decisión del gobierno de Estados Unidos de haber impuesto aranceles del 25 % a los productos mexicanos y canadienses desde el pasado 4 de marzo, junto con la aplicación de medidas recíprocas a productos agrícolas que entrarán en vigencia a partir del 2 de abril, representa un retroceso en la relación comercial entre estos países y una acción que vulnera la competitividad de Norteamérica, además de generar incertidumbre en los sectores productivos y contradecir los principios del T-MEC, aseguró la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
En consonancia, la American Chamber Mexico (Amcham) indicó que durante los últimos 30 años, especialmente desde la negociación del T-MEC, Estados Unidos, México y Canadá han construido una economía regional fuerte y competitiva. Esta alianza ha impulsado el crecimiento y la creación de empleo en los tres países.
Indicó que el comercio total de bienes y servicios entre los socios del T-MEC aumentó más de 50 % entre 2021 y 2023. Y resaltó que más allá del comercio existe coproducción, “un sistema en el que producimos y competimos juntos, aprovechando nuestras fortalezas mutuas”.
La Amcham resaltó que las importaciones en Estados Unidos desde México contienen más del doble de valor agregado estadounidense en comparación con las importaciones del resto del mundo, y casi 10 veces más que las importaciones de China. Además, México es el mayor comprador de productos estadounidenses fabricados por pequeñas y medianas empresas; adquiriendo 2.2 veces más de lo que compra China y más que Japón, Corea del Sur, India, Suiza, Países Bajos y Alemania juntos. Estos no son solo números; representan empleos estadounidenses, fábricas estadounidenses y salarios estadounidenses.
El organismo empresarial consideró que el imponer los aranceles a un sistema de coproducción sería contraproducente, lo que ya se vio en la reacción inmediata de los mercados, en la preocupación de los pequeños y medianos productores, y en el aumento previsto de los precios de los automóviles y de la inflación. Además de que enfatizó que “los únicos ganadores reales serían nuestros competidores globales, especialmente China”.
En este sentido, la Amcham afirmó que “debilitar esta asociación nos afecta a todos, y otorga ventajas estratégicas a competidores que no comparten nuestros valores ni nuestra visión económica”.
> Golpe bajo a México
En tanto, Coparmex estimó que la aplicación de estos aranceles podría llevar a México a una recesión, incrementando costos para las empresas y afectando el poder adquisitivo de las familias. Además, esto generaría presiones inflacionarias en Estados Unidos, dañando principalmente a los consumidores.
La Coparmex reprochó al gobierno de Donald Trump su cerrazón, pues a pesar de que el gobierno mexicano ha realizado esfuerzos para mantener un diálogo constructivo con su contraparte estadounidense pues a pesar de demostrar voluntad para encontrar soluciones en temas de seguridad y migración los aranceles fueron impuestos, lo que evidencia una falta de compromiso con la cooperación y el respeto a los acuerdos comerciales por parte del gobierno de Estados Unidos.
Consideró que la posibilidad de que el gobierno de México responda con medidas arancelarias en represalia sigue latente. Es fundamental que cualquier decisión en este sentido se tome con base en un análisis riguroso, evitando daños colaterales a la industria y a los consumidores de los tres países.
La estabilidad de la relación económica con nuestros principales socios comerciales debe ser una prioridad, pero siempre bajo condiciones justas y recíprocas, agregó.
Ante el contexto tan adverso que enfrentamos hacia el exterior, el sindicato empresarial hizo un llamado al gobierno federal para fortalecer la diversificación de mercados y reducir la dependencia de un solo país, con estrategias que fomenten la competitividad y el crecimiento de las empresas mexicanas en los mercados internacionales.
Por Sonia Domínguez Ramírez
Panorama Global