Pocos analistas militares creen que el presidente Donald Trump ordenará una invasión militar a Venezuela para derrocar al dictador Nicolás Maduro. Sin embargo, cada vez más expertos creen que podría haber un ataque aéreo de Estados Unidos contra una pista de aterrizaje militar o un laboratorio de drogas en Venezuela.

Tras el ataque estadounidense del 2 de septiembre contra una supuesta lancha de narcotraficantes en aguas internacionales cerca de las costas de Venezuela, el gobierno de Trump ha aumentado los ejercicios militares de Estados Unidos cerca de Venezuela.

“Trump debería procurar que Maduro reconozca su derrota electoral del 2024 y deje el poder”.

Los marines de Estados Unidos están practicando maniobras anfibias en Puerto Rico, y unidades de operaciones especiales de la Fuerza Aérea están realizando ejercicios de toma de control de aeropuertos en la isla de St. Croix.

“No se equivoquen, lo que están haciendo ahora mismo no es entrenamiento”, declaró el secretario de Defensa Pete Hegseth durante una visita a Puerto Rico el 8 de septiembre. “Este es un ejercicio real en nombre del interés nacional vital de Estados Unidos”.

Además de una fuerza naval de al menos siete buques de guerra estadounidenses, un submarino y 4.000 soldados enviados a las aguas internacionales cerca de Venezuela, el gobierno de Trump está enviando 10 aviones de combate F-35 a Puerto Rico para operaciones contra los cárteles de la droga.

Trump dice estar librando una guerra contra los cárteles de la droga venezolanos y ha descrito a Maduro como un líder “narcoterrorista”. El mes pasado, aumentó a $50 millones su recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro.

Sin embargo, los escépticos argumentan que las amenazas de Trump contra Venezuela son poco más que teatro político para apaciguar a sus partidarios venezolanoamericanos y cubanoamericanos en el sur de la Florida.

Muchos votantes venezolanos y cubanos de Trump resienten las recientes órdenes de deportación contra unos 600.000 venezolanos que hasta ahora disfrutaban de residencia legal temporal bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS). Asimismo, a muchos exiliados venezolanos les molestó la decisión de Trump de renovar la licencia de Chevron para operar en Venezuela.

¿Qué va a pasar ahora? A pesar de la reciente declaración de que Maduro no es el presidente legítimo de Venezuela, la mayoría de los analistas militares coinciden en que una invasión terrestre para derrocar al régimen es improbable.

Frank Mora, exfuncionario del Pentágono, me dijo que para invadir un país del tamaño de Venezuela “se necesitarían entre 200.000 y 250.000 soldados”.

Evan Ellis, profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de EEUU, me dijo que solo ve un 30% de probabilidades de una invasión terrestre. Sin embargo, señaló que hay mayores posibilidades de una operación relámpago para capturar a Maduro o un ataque aéreo contra un objetivo venezolano, similar al reciente ataque estadounidense contra la planta nuclear en Irán.

En lugar de actuar solo y arriesgarse a convertir a Maduro en una víctima, Trump debería procurar que Maduro reconozca su derrota electoral del 2024 y deje el poder. Eso tendría mucho más sentido, y sería más eficaz, que un ataque aéreo que haría mucho ruido, pero pasaría al olvido al poco rato.

Por Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald