El Banco Central Europeo (BCE) se comprometió a reaccionar con el mismo vigor cuando la inflación sea demasiado alta que cuando sea demasiado baja, por lo que modifica su estrategia general tras verse sorprendido por el aumento de los precios en los últimos años.

La nueva estrategia quinquenal del BCE sigue a una montaña rusa en la que ha pasado de preocuparse por la deflación durante la pandemia a una crisis del coste de la vida exacerbada por la invasión rusa de Ucrania y, más recientemente, por las perturbaciones derivadas de una guerra comercial latente.

En su nueva declaración de estrategia, el banco central de la zona euro mantuvo su promesa “discutida internamente” de desplegar “medidas de política monetaria especialmente enérgicas o persistentes”, pero dijo que lo haría cuando la inflación se alejara de su objetivo del 2% en cualquier dirección.

La anterior declaración de estrategia del BCE, publicada en 2021, cuando la inflación acababa de empezar a subir, se centraba sobre todo en el riesgo de que el crecimiento de los precios se estancara en niveles bajos, algo que ahora algunos banqueros centrales consideran un error.

“Para mantener la simetría del objetivo, es importante una acción de política monetaria adecuadamente enérgica o persistente en respuesta a desviaciones amplias y sostenidas de la inflación respecto al objetivo en cualquier dirección”, señaló el BCE.

En el nuevo documento, el BCE también subraya que la economía mundial se enfrenta a una serie de “cambios estructurales”, desde la fragmentación geopolítica y económica hasta la demografía y el cambio climático, que harán que la inflación sea más propensa a sufrir grandes desviaciones respecto a su nivel objetivo.

“El entorno inflacionista seguirá siendo incierto y potencialmente más volátil, con mayores desviaciones del objetivo simétrico de inflación del 2%”, dijo.

Lucha enérgica

Algunos de los 25 miembros del Consejo de Gobierno del BCE querían cambiar la referencia a las medidas “especialmente enérgicas” que anteriormente se consideraban sinónimo de compras masivas de bonos y tipos de interés ultrabajos y hacer un examen de conciencia más profundo sobre la política ultraexpansiva del banco central de la última década.

Sin embargo, la nueva declaración de estrategia no contenía críticas a la política anterior, tal y como habían indicado algunas fuentes en mayo pasado.

“Todos los instrumentos de política monetaria de los que dispone actualmente el Consejo de Gobierno seguirán estando a su disposición”, dijo el BCE. “Su utilización en cualquier momento seguirá estando sujeta a una evaluación exhaustiva de la proporcionalidad.”

En las últimas semanas, un número cada vez mayor de responsables de la política monetaria del BCE “los partidarios de una política monetaria más restrictiva” han señalado que el listón para una mayor compra de bonos, o flexibilización cuantitativa en el lenguaje económico, sería más alto en el futuro. En una entrevista concedida a Reuters, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, afirmó que el banco central de la zona euro ha aprendido más sobre los efectos secundarios de la flexibilización cuantitativa.

Se ha culpado al programa de crear una burbuja en los mercados financieros e inmobiliarios por provocar pérdidas masivas en el BCE y sus bancos centrales accionistas una vez que subieron los tipos de interés.

 

Por Francesco Canepa 
Agencia Reuters