En el año 1846 se encontraron el 24 de mayo, el 20 de junio y el 4 de Agosto. En la primera visita, Sarmiento gastó en su viaje 5 francos y estuvo acompañado por Don Manuel Guerrico, cuando llevó una carta de presentación del General Las Heras. San Martín le hará saber que conoció a un señor llamado Clemente Sarmiento, que fue a su Capitán de Milicias en Chacabuco y que llevó los prisioneros realistas a San Juan.
En el año 1847 Sarmiento vuelve a París, donde es incorporado el 1 de Julio al Instituto de Historia de Francia como Miembro Correspondiente.
Allí disertará sobre San Martín y Bolívar, y en particular sobre la entrevista de Guayaquil. En su trabajo de incorporación, Sarmiento incluye la carta Lafond y la califica de testamento en que un hombre eminente lega la gloria. Expondrá como se llega a Grand Bourg, y el monumento que los americanos solicitan ver, describiendo físicamente al Libertador.
Según la opinión de algunos historiadores, San Martín habría estado presente en aquella conferencia de incorporación, aunque en la opinión del académico y vicepresidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, Carlos Alberto Guzmán (ya fallecido), en su libro “San Martin 1824-1825” dicho encuentro no quedó documentado y solo se conoce por la tradición oral.
Sarmiento volvió a reunirse por última vez con el Libertador en Grand Bourg el día 18 de julio de 1847.
Al Dr. Antonino Aberastain le escribía, “No lejos de la margen del Sena, vive olvidado Don José de San Martín. Hay en el corazón de este hombre una llaga profunda que oculta a las miradas extrañas, pero no se escapa a quienes la escudriñan. Ha esperado cerca de treinta años la justicia de aquella posteridad a quien apelaba en sus últimos momentos de vida pública. He pasado con él momentos sublimes que quedaran grabados en mi espíritu. Pude ver el retrato de Bolívar y lo imaginé combatiendo, y hasta lo miré como hombre viejo y con debilidades terrenales; pero él había forjado una pagina importante en la Historia.
En el periódico “El Mercurio”, de Valparaíso, Chile, Sarmiento publicó el 11 de Febrero de 1841 un artículo bajo el título “12 de Febrero de 1817”, firmada por un Teniente de Artillería, con el cual sacudió a la sociedad chilena. Como consecuencia, el presidente Don Manuel Bulnes promulgó una Ley en Otubre de 1842, en cuya virtud dispuso que el Gral. San Martín revistase en el Ejército de Chile durante toda su vida, y se le abonen los sueldos correspondientes a su clase.
En “Recuerdos de Provincias”, comenta que nunca pudo hacer a San Martín en Francia entrar en pormenores sobre sus desagrados con el clérigo Oro; pero ellos habían chocado y los Oro habían sido presos como partidarios de los Carreras, o más bien como enemigos de San Martín y de Ignacio de la Roza.
El paso a la inmortalidad
El 17 de Agosto de 1850, a las tres de la tarde (hora de Francia) falleció en compañía de su hija Mercedes, su yerno Mariano Balcarce, sus nietas María Mercedes y Josefa Dominga, su médico, Dr. Jordán y el Sr. Javier Rosales, encargado diplomático de Chile en Francia.
Ese día San Martín se levantó sereno y se trasladó a la habitación de su hija, donde pidió que le leyeran los diarios, tomó algún alimento e hizo poner rapé en una caja para invitar a su médico cuando llegase. El profesional lo visitó esa mañana. Nada de anormal descubrieron en él quienes lo acompañaban, pero a las dos de la tarde entró en crisis y sin abandonar la habitación lo colocaron en la cama de Mercedes, a quien le exclamó “es la fatiga de la muerte” y luego dirigiéndose a Balcarce, le pronunció la últimas palabras “Mariano a mi cuarto” y después de un movimiento convulsivo, expiró.
El sepelio y su legado
El sepelio se realizó el día 20 de Agosto a las 6 de la mañana, acompañando el coche fúnebre que los rodeaban 6 hombres con capas negras; el Dr. Mariano Balcarce, los Sres. J. P. Darthez, F. J. Rosales, José Guerrico, Felix Frías, A. Gérard y un vecino del mismo.
El General San Martín, de renombre inmortal, merece altamente la estima más distinguida de la República Argentina y de la América toda. Después de 30 años sus restos mortales embalsamados llegaron a Buenos Aires, donde descansan en la Catedral Metropolitana.
En la historia de la independencia americana, él representa el orden, la ética, la moral y los valores más altos que tanto necesitamos en nuestros tiempos.
Hoy como todos los años, Gobierno y Pueblo de San Juan, Regimiento de Infantería de Montaña 22 y Asociación Cultural Sanmartiniana, rendimos homenaje al Libertador, en el Monumento Histórico Nacional “Celda Histórica de San Martín” del Convento Santo Domingo, ubicado en calle Laprida 37 Oeste. Es una cita de honor, a las 14:20 horas.
> San Martín y Castilla
En el año 1848 el General San Martín le escribe al presidente del Perú, Mariscal Ramón Castilla:
He aquí, mi querido general, un corto análisis de mi vida pública seguida en América; yo hubiera tenido la más completa satisfacción habiéndola puesto fin con la terminación de la guerra de la independencia en el Perú, pero mi entrevista en Guayaquil con el general Bolívar me convenció (no obstante sus protestas) que el sólo obstáculo de su venida al Perú con el ejército de su mando, no era otro que la presencia del general San Martín, a pesar de la sinceridad con la que ofrecí ponerme bajo sus órdenes, con todas las fuerzas de que yo disponía.
Si algún servicio tiene que agradecerme la América, es el de mi retirada de Lima, paso que no sólo comprometía mi honor y reputación sino que me era tanto más sensible, cuanto que conocía que, con las fuerzas reunidas en Colombia, la guerra de la independencia hubiera sido terminada en todo el año 23. Pero este costoso sacrificio, y el no pequeño de tener que guardar silencio absoluto (tan necesario en aquellas circunstancias) de los motivos que me obligaron a dar ese paso, son esfuerzos que usted podrá calcular y que no está al alcance de todos poder apreciar-. Ahora sólo me resta, para terminar mi exposición, decir a usted las razones que motivaron el ostracismo voluntario de mi patria.- (aquí San Martín expone la guerra sostenida que el gobierno de Buenos Aires le hacía en sus papeles ministeriales, no obstante que estaba totalmente alejado de cualquier facción política, y el uso de su nombre que hacía la oposición al gobierno, sin su aprobación ni conocimiento para mostrarlo como el hombre capaz de organizar el Estado. Toda esa situación lo llevó a embarcarse para Europa).
Por Dr. Miguel Ángel Licciardi
Presidente Asociación Cultural Sanmartiniana
Académico de Número del Instituto Nacional Sanmartiniano

