A medida que el nuevo régimen arancelario del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se comenzó a poner en marcha desde ayer, los productores de toda Europa han ido sintiendo el impacto, algunos frenando los envíos, otros subiendo los precios o reduciendo sus márgenes. Y otros con el temor de no sobrevivir.
Estados Unidos ha impuesto un arancel del 15% a la mayoría de las exportaciones europeas a partir de ayer viernes, como parte de una serie de gravámenes más amplios que redefinirán el comercio mundial. Aunque inferiores a las tasas con las que amenazó, los aranceles son los más elevados desde la década de 1930.
“Las empresas se están dando cuenta de que nos enfrentamos a un tipo arancelario históricamente más alto”, dijo el vicesecretario general de la Cámara de Comercio Internacional, Andrew Wilson. “Es difícil ver que se modifiquen a menos que haya consecuencias catastróficas de la economía estadounidense.”
Dificultades comerciales
Añadió que la Cámara estaba observando retrasos en los envíos y que las empresas estaban reevaluando las estrategias de la cadena de suministro. Comerciar con Estados Unidos era ahora “insufriblemente más difícil”.
“La complejidad de hacer negocios con Estados Unidos ha alcanzado niveles que nadie podía imaginar”, afirmó. En el valle alemán del Mosela, el viticultor Johannes Selbach afirmó que los aranceles perjudican al sector a ambos lados del Atlántico. Esperaban que los aranceles fueran cero a cero, pero por ahora se enfrentan a un 15%, y ya hay conversaciones sectoriales en curso.
“Los aranceles perjudican a los estadounidenses y nos perjudican a nosotros”, dijo Selbach en una bodega rodeada de cajas de vino con la palabra “USA” escrita en letras negras.
“Miles de familias que producen vino en Europa y miles de familias que se dedican a la importación, venta al por mayor, venta al por menor y restauración en Estados Unidos dependen del flujo de ambas partes”, dijo, y añadió que los puestos de trabajo y los beneficios se verían afectados.
Impacto de los aranceles
Los diferentes sectores se enfrentan a distintos grados de dolor. Las marcas de lujo de gama alta tienen más poder de fijación de precios para adaptarse a los aranceles. Las grandes empresas pueden digerir algunas pérdidas de margen o trasladar parte de la producción a Estados Unidos, aunque a menudo no toda. Incluso grandes empresas de consumo como Procter & Gamble han anunciado subidas de precios en Estados Unidos para hacer frente al impacto de los aranceles. Adidas dijo que podría aumentar los precios. El rastreador global de aranceles de Reuters muestra que al menos 99 de las casi 300 empresas monitorizadas han anunciado subidas de precios en respuesta a la guerra comercial, la mayoría de Europa.
Trump ha dicho que los aranceles son una respuesta a los persistentes desequilibrios comerciales de Estados Unidos y al declive de su poder manufacturero, y que las medidas traerán empleo e inversión al país.
Por Josephine Mason, Adam Jourdan y Manon Cruz
Agencia Reuters

