La inquietud sobre el uso indebido de la inteligencia artificial (IA) y la ausencia de regulaciones efectivas para controlar sistemas autónomos avanzados ha cobrado protagonismo en el debate tecnológico, desplazando el temor a una supuesta “apocalipsis laboral” causada por la automatización. Según informó CNN, Demis Hassabis, director ejecutivo de DeepMind, la división de investigación en IA de Google y laureado con el Premio Nobel, expresó que su principal preocupación no radica en la pérdida masiva de empleos, sino en el riesgo de que la IA caiga en manos equivocadas y se utilice con fines perjudiciales.
Durante una entrevista con la periodista Anna Stewart de CNN en el festival SXSW de Londres, Hassabis abordó los desafíos que plantea el desarrollo de sistemas de IA cada vez más sofisticados. El directivo subrayó la importancia de establecer límites claros para evitar que actores malintencionados accedan a tecnologías capaces de igualar la inteligencia humana, conocidas en el sector como “inteligencia artificial general”.
“Un actor malicioso podría reutilizar esas mismas tecnologías con fines dañinos”, advirtió Hassabis.
Planteó la necesidad de restringir el acceso a estos sistemas potentes, permitiendo al mismo tiempo que quienes actúan de buena fe puedan aprovecharlos para fines constructivos.
Hassabis reconoció que la IA transformará el mercado laboral, aunque no comparte la visión de que provocará la desaparición total de los empleos. Coincide con otros expertos en que la tecnología podría dar lugar a nuevas profesiones y aumentar la productividad.
Discusión sobre el impacto de la IA
El debate sobre el impacto de la IA en el empleo se intensificó cuando Dario Amodei, director ejecutivo de Anthropic, advirtió que la IA podría eliminar la mitad de los puestos de trabajo de nivel inicial en el sector de oficina. No obstante, Hassabis insistió en que el mayor peligro reside en el posible uso indebido de la tecnología, más que en la destrucción de empleos.
La preocupación por la seguridad nacional también ha crecido: el Federal Bureau of Investigation (FBI) alertó en mayo sobre el uso de IA para crear mensajes de voz que suplantan a funcionarios del gobierno estadounidense, mientras que un informe encargado por el Departamento de Estado de Estados Unidos el año pasado concluyó que la IA podría representar riesgos “catastróficos” para la seguridad nacional.
La IA ha facilitado la creación de pornografía “deepfake”, lo que llevó a la promulgación de la Take It Down Act el mes pasado, firmada por el entonces presidente Donald Trump. Esta ley prohíbe la difusión en línea de imágenes explícitas no consentidas, en un intento de frenar la proliferación de este tipo de contenidos generados por IA.
Tecnología y actores maliciosos
La inquietud de Hassabis no es aislada. Sus declaraciones refuerzan la dualidad que rodea a la IA: mientras se la considera uno de los avances tecnológicos más significativos desde la llegada de internet, también se reconoce que ofrece a estafadores y otros actores maliciosos herramientas sin precedentes. El desarrollo de la IA avanza a gran velocidad, sin que existan regulaciones sólidas, en un contexto de competencia entre Estados Unidos y China por el liderazgo en este campo.
Recientemente, Google eliminó de su sitio web de políticas éticas de IA el compromiso de no utilizar la tecnología para fines bélicos o de vigilancia, lo que generó interrogantes sobre la dirección que tomará la industria en materia de responsabilidad y control.
Hassabis propuso la creación de un acuerdo internacional que establezca principios básicos sobre el uso de la IA y garantice que la tecnología se emplee únicamente para fines positivos. “Obviamente, parece difícil en la actualidad, dadas las circunstancias geopolíticas”, reconoció el directivo. Sin embargo, manifestó su esperanza de que, a medida que la IA se vuelva más avanzada, la necesidad de un consenso global resulte más evidente.
El CEO de DeepMind también anticipó un futuro en el que las personas delegarán tareas a “agentes” de IA, una visión que Google ya explora mediante la integración de IA en su motor de búsqueda y el desarrollo de gafas inteligentes potenciadas por esta tecnología.
“A veces lo llamamos un asistente universal de IA que te acompañará a todas partes, te ayudará en tu vida diaria, realizará tareas administrativas rutinarias por ti, pero también enriquecerá tu vida recomendándote cosas increíbles, desde libros y películas hasta, tal vez, amigos para conocer”, explicó Hassabis.
Temor por los empleos
El avance de los modelos de IA en áreas como la generación de video y la programación ha alimentado el temor a la desaparición de empleos. “La IA está empezando a superar a los humanos en casi todas las tareas intelectuales, y como sociedad tendremos que enfrentarlo”, declaró Dario Amodei tras advertir a Axios sobre el posible recorte de empleos de entrada. Hace unos meses, el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, anticipó que la IA podría escribir la mitad del código de la empresa para 2026.
Por Anna Stewart
CNN

