Transcurrieron 463 años que los conquistadores españoles llevaron a cabo el acto fundacional de San Juan, y un cúmulo de acontecimientos sucedieron en esos siglos, protagonizados por héroes, no tan héroes y sobre todo por gente común, que forjaron esta sociedad sanjuanina tan particular, cuyos rasgos contienen varios aportes o facetas disímiles, pero que terminaron prácticamente sintetizándose.
Bien se ha expresado que esta sociedad de la cual formamos parte tiene como particularidad su conservadurismo, es decir que no obstante los grandes cambios que hubieron y que hay, continua sujeta a ciertos paradigmas o modelos culturales, cuyos orígenes o matriz cultural son predominantemente hispánicos-católicos, heredados de la conquista y potenciados a lo largo del tiempo por las diferentes oleadas migratorias, en general provenientes de los países de la cuenca del mediterráneo, que se asentaron en esta tierra.
Igualmente hay que considerar en esta conformación las particularidades culturales chilenas, cuya presencia por su cercanía y por motivos organizativos-políticos es importante. En cuanto a lo local o autóctono-criollo, también está presente.
Retomando el tema de la sociedad local, observamos en el devenir histórico, que esta posee ciertas particularidades que mucho tienen que ver con los rasgos -como expresamos- de la familia ibérica.
Una de estas peculiaridades la podemos llamar “cultura cortijera”. Esta cultura se conformó con aquellos grupos que, en diferentes épocas, provenían de los llamados cortijos.
Estas posesiones de tierra fueron típicas en la región española de Andalucía, provincia de Granada. Esta apreciación se fundamenta en el modo de vida de ellos, los cuales inicialmente reprodujeron su sistema de subsistencia, aportando merced al trabajo constante impulso al sistema económico provincial.
Mucha de esta gente, junto a otros emigrantes, fue la que hizo “cabeza de playa”, en la tierra de Sarmiento, pues -en el caso de los “cortijeros”- diversas semejanzas del paisaje local se asemejaron al terruño originario. Este conjunto social reprodujo una serie de pautas culturales que les permitió sobrellevar el desarraigo y a su vez inició un proceso de inclusión social-económico lento que les posibilitó “cuyanizarse”.
Simultáneamente esta sociedad pudo soportar con ímpetu la dureza geográfica, sufriendo los violentos terremotos, las arremetidas de nuestro caprichoso río, y el paisaje desértico y pedregoso, que en algunos lugares por su extremada inhabitabilidad tomó el nombre de travesía.
En general, si estudiamos la historia de vida de las familias sanjuaninas, advertimos que el hilo conductor o las cualidades que hicieron posible su ascenso o su bienestar fue la tenacidad y la perseverancia.
Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia

