Donald Trump no ha conseguido que Vladimir Putin acepte un alto el fuego en su reunión del viernes en Alaska, mientras que el entrenamiento de tropas en el este de Ucrania podría ser esencial para salvar vidas en el frente. La continua preparación para la batalla sugiere que pocos en Ucrania esperan que esta guerra termine pronto.
El motivo es claro, el pueblo ucraniano está cansado de luchar, más aún en desigualdad de condiciones, ya que el cuerpo lo ponen ellos y hombres de otros países que llegaron al combate como mercenarios. En tanto Rusia no solo que tiene más armas y hombres, sino que a ellos se les unió el ejército de Corea del Norte, el aporte de armamento de Irán y Bielorusia, este último país es aliado incondicional del Kremlim. Además hay que decir que, según la ONU, unos 7 millones de ucraninanos fueron desplazados hacia otros países, donde muchos de ellos, en especial mujeres, adolescentes y niños, fueron víctimas de trata de personas, violaciones, entre otras vejámenes.
Pese a tanta adversidad, el pueblo ucraniano, devastado por la invasión rusa, continúa luchando. Todavía hay quienes entrenan a los nuevos soldados y civiles para defenderse de los ataques de las fuerzas de Putin.
Entrenar para salvar vidas
El entrenamiento no es especialmente sofisticado: los ucranianos se defienden con una escopeta para eliminar drones. Los soldados realizan ejercicios para disparar a blancos que se mueven rápidamente, primero desde el suelo y luego en movimiento.
Ihor, el experimentado instructor de una de estas formaciones del ejército, les dice a los nuevos soldados que la escopeta es en la actualidad el medio más eficaz para derribar un dron a corta distancia.
Ihor lleva luchando en el frente oriental de Ucrania desde 2014, el año en que Rusia se anexionó ilegalmente Crimea y envió tropas a la región de Donbás. También entrena a las tropas en el combate cuerpo a cuerpo.
Ihor lleva diez años intentando detener el avance ruso. Le eriza la piel cualquier sugerencia de que Ucrania tenga que ceder territorio como parte de cualquier “intercambio de tierras”.
La fe antes que rendirse
“Ni yo ni mis compañeros estamos preparados para esto”, dice. Afirma que prefieren seguir luchando hasta que “liberemos nuestros territorios”.
Esa no parece una posibilidad, ya que algunas unidades del frente ucraniano están muy por debajo del número necesario de efectivos. Un soldado dijo que los renovados esfuerzos por movilizar más tropas habían sido un “desastre”.
Saben que siguen siendo superados por los rusos en número de efectivos y en armamento.
Las tropas ucranianas también admiten que están cansadas y que están perdiendo terreno. Es un hecho innegable. Pero este entrenamiento demuestra que no se rinden.
El presidente Zelensky ya había expresado su frustración por el hecho de que la voz de Ucrania no se oyera en Alaska. También había dejado claro que no cederá territorio ucraniano
El sufrimiento de los civiles
Los puntos de vista del frente se reflejan en los pueblos y ciudades de Ucrania. La población civil también está sufriendo las consecuencias de esta guerra de forma más directa, sobre todo con la reciente intensificación de los ataques rusos con misiles y aviones no tripulados en todo el país.
El mes pasado Rusia lanzó más de 6.000 drones contra Ucrania. En julio de 2024 esa cifra era mucho menor: cerca de 400.
En las calles de la capital, Kiev, muchos quieren que se termine la guerra. “Si la guerra no para, perderemos aún más territorio y gente”, señala Oleksandr. Utiliza la analogía del juego en un casino: “Cuanto más juegas, más pierdes”.
Creía que Ucrania probablemente tendría que ceder más territorio a cambio de un alto al fuego. “No tenemos recursos”, añade. “Todos nuestros chicos están en el cielo o en el hospital”.
¿Sacrificar territorio a cambio de paz?
El presidente Zelensky ya había expresado su frustración por el hecho de que la voz de Ucrania no se oyera en Alaska. También había dejado claro que no cederá territorio ucraniano. “No es mi propiedad privada”, dijo a principios de esta semana. Pero algunas encuestas recientes sugieren que cada vez más ucranianos se resignan a tener que sacrificar territorio a cambio de paz. Lo cierto es que pocos creen que Rusia quiera realmente paz.
Oleksandr Merezhko, diputado y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de Ucrania, creía que la reunión de Alaska no era más que una maniobra de relaciones públicas del presidente Putin.
“Putin no tiene ningún deseo de llegar a un compromiso”, afirmó Merezhko. “Cree que está ganando la guerra. No va a dar marcha atrás”.
Merezhko también rechaza la sugerencia del Presidente Trump de que Ucrania tendrá que “firmar algo’. “Absolutamente no”, dijo. “No creo que pueda imponerse a Ucrania ningún acuerdo que conduzca a nuestra destrucción”. Asegura que es moral y legalmente incorrecto sacrificar los hogares de la gente por la paz. Pero muchos ucranianos ya han perdido sus hogares y sus vidas.

