Por Alejandra Villagra – Lic. en Educación

Cada 10 de noviembre se celebra el Día de la Tradición, una fecha que invita a mirar hacia adentro, reconocer nuestras raíces y valorar las costumbres que aún laten en el corazón de San Juan.

En cada rincón de la provincia, las costumbres heredadas siguen marcando la identidad sanjuanina. El Día de la Tradición, instituido en homenaje a José Hernández, autor del Martín Fierro, nos recuerda el valor de las raíces y el legado cultural que define nuestra historia. Su obra retrata como pocas el perfil del gaucho argentino, sus costumbres, su lenguaje y sus valores más profundos.

Reflexionar sobre loque nos identifica

Más allá del calendario, esta fecha nos invita a Reflexionar sobre aquello que nos identifica como pueblo y a preguntarnos: ¿Cuántas de nuestras tradiciones seguimos conservando como propias dentro de la provincia?
Tal vez la respuesta se encuentre en esos gestos sencillos que se repiten cada día: el mate compartido a toda hora, las reuniones familiares de fin de semana o las fiestas patronales que llenan los departamentos de música, fe y encuentro. Son expresiones humildes, pero cargadas de un profundo significado.

Porque aunque los tiempos cambien y las nuevas tecnologías transformen los hábitos, las tradiciones sanjuaninas continúan vivas, sostenidas por quienes entienden que la identidad también se construye en lo cotidiano y del vínculo profundo con la tierra.

Tradicionales carneos durante el invierno

En los meses fríos, todavía en algunas zonas rurales se mantienen los tradicionales carneos. Las familias se reúnen en los patios o galpones, en jornadas que combinan esfuerzo, camaradería y tradición. Entre el humo y el chisporrotear del fuego, se comparte el trabajo y la experiencia.

En el campo, nada se desperdicia: cada parte del animal tiene un destino y una receta que la acompaña. Más que una tarea, el carneo es un ritual de encuentro y transmisión de saberes.

Verano artesanal

Con la llegada del verano, los hogares vuelven a convertirse en centros de producción artesanal. Las ollas grandes regresan al fuego para preparar salsas y conservas, aprovechando la abundancia de tomates, pimientos y berenjenas.

Las manos curtidas de las abuelas son la guía perfecta en el arte de envasar, sellar y guardar, asegurando provisiones para todo el año. En muchos hogares, los frascos alineados sobre los estantes son motivo de orgullo y testigos silenciosos del trabajo familiar, de la continuidad de una tradición que se niega a desaparecer.

Dulce de membrillo y las cabalgatas

Y cómo olvidar el aroma inconfundible del dulce de membrillo, una de las postales más dulces y representativas de la provincia. La fruta, cocida lentamente hasta alcanzar ese tono rojizo o ambarino característico, al gusto de quien la prepare, se deja secar sobre el entrañable aparador.

Y si hablamos de cabalgatas, está de más decir que las tropas se reúnen cada año para acompañarse en el camino que lleva a la Difunta Correa, familias venidas de todas partes se preparan para ‘cumplirle a la difuntita‘ la promesa, hacerle llegar un pedido o simplemente continuar como decíamos, con la tradición de la familia.

Sobran los motivos para celebrar el Día de la Tradición, especialmente aquello que nos define como sanjuaninos: la memoria viva de quienes nos precedieron y la firme voluntad de mantener encendida la llama de nuestras costumbres.