Por Celeste Roco Navea
Todo inicio en 2024. Lilian Báez ya sentía por aquel entonces una cierta atracción y admiración por las bondades de la harina de algarroba, considerado alimento ancestral que suele presentarse en abundancia en ciertas regiones de San Juan. Incursionando y aventurándose un poco más, logró un producto que no solo destaca por su delicioso sabor y por ser un producto saludable, sino porque además en cada bocado invita a un viaje por los maravillosos paisajes de Valle Fértil.
Oriunda de Villa San Agustín, comenzó el emprendimiento con su familia. Sus hijas y su nieto son quienes la acompañan en el desafío de comercializar un producto que destaca por sus particularidades. Al respecto, Lilian comenta: “El algarroba es un producto de la naturaleza, en esta zona hay abundancia, y muchas veces se desperdiciaba. No se utilizaba, siendo que ha sido alimento de los pueblos originarios”.
Y continúa: “Con la celiaquía y diabetes, la harina de algarroba es una alternativa muy buena para incorporar, pese a que no se encuentra en cualquier lado, pero es muy buena para cualquier organismo. Tiene un alto índice de antioxidante, vitaminas, fibras. Si hablamos de la parte medicinal sirve para muchas enfermedades”.
Precisamente la algarroba llegó a su vida de una manera inesperada. Recuerda que sucedió hace años, cuando uno de sus hermanos se infectó de un virus estomacal que lo llevó a pasar un mes internado. Lilian recuerda que fue una amiga de la madre, que se encontraba estudiando en Córdoba, quien llegó con el “producto milagro”. La incorporación de la algarroba en la alimentación del pequeño ayudó a que mejorara su estado significativamente y desde ese entonces, la vallista comenzó a estudiar y leer más sobre las propiedades y beneficios de este alimentos ideal para utilizar como materia prima.
Hace poco más de un año, se topó con un paquete de harina en una góndola y decidió comprarla y probar qué tal era para hacer unos alfajores. En ese entonces jamás imaginó que terminaría desarrollando un emprendimiento alrededor de la delicia.
Fue una de sus hijas quien le sembró la idea de comenzar a comercializar la primera variedad que había hecho. Se trataba de un alfajor relleno de dulce de leche y bañado en chocolate semiamargo. Así nació “Tumanas”, la línea que inspirada en el emblemático paraje y en las raíces vallistas.
“Me pareció una buena oportunidad para ofrecerlo como un producto nuestro, autóctono, regional. Lo ofrecí en Hilar Valle Fértil, donde hay productos de varios emprendedores y les encantó. Gracias a Dios tiene muy buena salida y aceptación”, comenta Lilian.
A su primera creación se sumó una variedad con pasta de maní y otra con dulce de leche y un corazón de mermelada de naranja, los cuales no solo vende en Valle Fértil sino también en distintas ferias que se realizan en la provincia, como la Feria Agroproductiva, donde logró un lugar este año, lo cual le llena de orgullo por lo alcanzado en tan poco tiempo.
“Cuando uno decreta, se cumple. Yo me vi venciendo alfajores. El alfajor es un producto netamente argentino, cada lugar tiene su alfajor y se me ocurrió que el valle también tuviera uno que lo caracterice”, reflexionó Lilian.