De acuerdo a la Resolución 37/2025, publicada hoy en el Boletín Oficial, se derogaron 973 normas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), lo que impactará en los controles que hasta la fecha realizaba el organismo. Aseguran que apunta a reducir la burocracia en el sector y que fue celebrada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien dijo que “se deja atrás un régimen en el que el Estado pretendía controlar cada paso del proceso productivo para pasar a un modelo enfocado exclusivamente en garantizar la aptitud para consumo del vino”.

La medida impactará fuerte en el sector y, si bien en general la mayoría coincide que es “buena”, algunos actores de la industria creen que hay tareas que dejerá de hacer el INV que son clave.

Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitivínicola de San Juan y vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), dio su visión de la medida y le puso algunos reparos

“La verdad que el Instituto tiene un rol demasiado grande y gigante, pero también tiene algunos roles que son bastante interesantes e importantes tal vez de conservar. Una parte de la estadística, una parte de qué se hace con el vino, cómo lo podemos llevar con las añadas sobre todo, y algunos pequeños controles que son los que se hacían antes, en realidad, que después el Instituto se volvió voraz y realmente se hizo gigante, pero creo que desestimar todo el trabajo del Instituto no es bueno”, explicó Samper en Radio Light.

El empresario también avisó que “tendríamos que ver también ahora la Organización Internacional de Agricultura de la Viña y de la Bodega, no sé cómo lo tomará, porque eso garantizaba una genuinidad y una forma de elaboración y todo lo demás, pero bueno, son desregulaciones creo que en buena medida también bajar un poco la burocracia que hay en todos los aspectos en la Argentina realmente, eso también implica costos, que hoy en día hablar de costos es fundamental más que sobre el precio de venta”.

Y agregó, “en un primer momento no es grave, para nada, al revés, diría que es un poco esperanzador tratar de empezar a hacer cosas nuevas, dejar un poquito a la imaginación de los enólogos también que hagan cosas que la gente quiera consumir y despiertes curiosidades en el consumo, hay otra parte de la estadística y otras cantidades de datos que tiene el Instituto que no sería malo perderlo, veremos cómo se lleva para adelante y cómo se termina de implementar, porque esto también ya hemos pasado idas y vueltas, entonces ahora no sabemos si realmente va a quedar así o no o cómo se irá a terminar en definitiva”.

El dirigente planteó que “teníamos un control excesivo, pero pasar a la nada, no sé si es la mejor forma”.