Valle Fértil es el departamento con mayor régimen de lluvias de la provincia, pero a pesar de esto, tiene problemas por la sequía. Esto, asociado a problemas económicos, afectó las dos principales zonas productoras de alimentos: Baldes de las Chilcas y Colonia de los Valencianos. Ambos están cerca de San Agustín y ahí hubo cultivos de todo tipo, desde hojas, tomates y melones e incluso algodón, a forraje y ganadería. Desde Gobierno aseguraron que están trabajando debido a que está cambiando el perfil productivo del departamento, para conservar los cultivos y crianzas históricas.
El departamento ubicado en el límite este de San Juan tiene un régimen hídrico distinto al del resto de la provincia. No depende de las nevadas en la Cordillera de los Andes, si no de las lluvias que llegan desde la región pampeana del país. A pesar de esto, también transita desde hace años una sequía que afecta sus principales motores económicos: la agricultura y la ganadería. Gracias a sus condiciones naturales, había partes que no necesitaban infraestructura como canales para poder regar, pero esto fue cambiando. A su vez, como los ciclos de lluvias han cambiado y tienen desde temporadas secas más largas a crecientes abruptas, las obras que sí existen se dañan más seguido.
Miguel Moreno, secretario de Agricultura de la provincia, que depende del Ministerio de Producción, contó que están trabajando especialmente con este departamento porque les preocupa que “se está perdiendo su matriz productiva” y citó como un ejemplo que la ganadería se ha reducido en la última década. “Queremos darle un empuje a Valle Fértil”, dijo. Y contó que están trabajando a través de consenso con los productores de distintas zonas para hacer las mejoras que necesitan.
Además de las perforaciones, Hidráulica hizo mejoras en el Dique San Agustín tras las crecientes, que le permiten conservar mejor el agua.
El Gobierno intervino en el sector de Baldes de las Chilcas, que es donde existe infraestructura hídrica y por lo tanto podían hacer mejoras, además de que los canales permiten que siga la producción. Con apoyo de Infraestructura, hicieron dos perforaciones en un acuífero cercano, en el Callejón Belgrano. Una de estas fue entubada y hasta le sumaron cañería de impulsión. Son bombas de 20 HP y con tableros de protección eléctrica, para asegurar que hay suficiente agua.
El recurso irá por los canales hacia las fincas ubicadas en esta localidad. Antes esa zona contaba con riego desde el río, pero en la actualidad la irregularidad hídrica hizo que fuera necesario hacer un refuerzo con perforaciones. El cálculo de las autoridades es que los nuevos pozos servirán para reactivar el riego de unas 300 hectáreas que estaban sufriendo por la sequía. En estas se producía en especial ganadería y alfalfa, esta última que sirve también para alimentar animales, una producción que desde el departamento venían a otras zonas. Moreno remarcó que este trabajo que hicieron lo presentaron hace algunas semanas. “Aprovechando el día de la enseñanza agropecuaria, los acompañamos a ver las obras por la necesidad de reconvertir la matriz productiva que se estaba perdiendo en el departamento”, recordó.
Esta zona requirió de perforaciones muy profundas, ya que tienen un acuífero que tiene cerca de 200 metros de profundidad y por eso no había infraestructura previa. Una situación diferente es la de la Colonia de los Valencianos, también una localidad cercana a San Agustín, que hace algunas décadas era un centro productivo muy importante. Ahí el riego siempre fue en su mayoría por lluvia pero también cuentan con un acuífero de buena calidad y al que se puede acceder fácil: a unos 20 metros ya se puede encontrar agua de buena calidad.
Gracias a esto, los productores tenían sus bombas privadas. A pesar de que nunca se construyeron canales hasta ahí, el productor Miguel Ángel Vera recordó que había “pimientos, verduras de hoja, olivos y hasta un algodón que se vendía a Córdoba, que era de los que tenían mejor calidad del país”. Hasta hace unos 20 años en el lugar había cerca de 20 finqueros con distintas variedades, recordó, pero desde que hace una década implementaron el costo fijo en la facturación, han desaparecido prácticamente todos. En la actualidad sólo quedan él y otros dos productores en la zona, que resisten al impacto del costo de la energía.
En la Colonia de los Valencianos la única forma de regar, además de la lluvia escasa, es extrayendo agua. Pero esto es caro. Vega explicó que él paga 650.000 pesos de la boleta de la luz para regar su campo, que adquirió hace poco. Además, decidió secar la mitad del mismo, que antes era de olivos, para concentrarse en la producción de forraje. En cambio otros que están en el lugar pagan más de un millón de pesos al mes. A esto se suma que “la energía es muy mala, hemos hecho reclamos a Naturgy porque tenemos subas y bajas de tensión y se queman las bombas”. Miguel Moreno, de Agricultura, dijo que están al tanto y que están a disposición los créditos para instalar paneles de energía solar, lo que no sólo solucionará los costos, sino también la inestabilidad de la red.

