Por Celeste Roco Navea
La Argentina que viene es fundamental para quienes siguen de cerca el comportamiento macroeconómico del país. Medidas del Ejecutivo, el vaivén de las acciones y los bonos argentinos en dólares, riesgo país, préstamos internacionales, acuerdos con el FMI y política cambiaria son parte de los temas que consideran los especialistas en las proyecciones para el 2026. Un factor que tendrá una importante incidencia durante el próximo año es el Mundial de Fútbol que se jugará en Estados Unidos, donde se espera que la masa de argentinos sea mayor que en Qatar, y este no es un dato menor.
Desde Fórmula Asesores Financieros, en conjunto con Crowe Argentina, compartieron los posibles escenarios que se pueden dar durante el 2026. El contador público y magister en finanzas y economía aplicada Mariano Cáceres fue el encargado de compartir los panoramas y explicar los pormenores de cada uno.
“Los últimos cambios en la política cambiaria llevo a tener que revisar las proyecciones”, indicó el especialista. Este detalle no es menor si se tiene en cuenta que el Banco Central modificó las bandas de flotación del dólar a partir del 1 de enero del 2026, actualizándose las mismas en base a la inflación mensual y no sobre el 1%, que es el porcentaje que se maneja en la actualidad y que llevó a que el techo de la banda cayera en términos reales por estar debajo del aumento general de precios.
Para Mariano, la “pata más débil del gobierno” es precisamente el dólar, por lo que las últimas modificaciones lo que tratan es fortalecer y acumular reservas. En ese contexto, entrarán en juego importantes actividades como el agro, con el desempeño de la cosecha a fines de marzo del trigo, maíz y soja. Si hay una buena cosecha, que se augura que así será, y convence el tipo de cambio, no deberían registrarse sobresaltos en la cotización.
Si además del agro se considera la energía y minería, esta última de gran importancia por las inversiones a futuro que representan los proyectos mineros instalados en el país, sobre todo los de cobre y litio, la generación de dólares no representaría un inconveniente.
Todo parece prometedor si solo analizamos los sectores que pueden crecer y permitir la acumulación de reservas, dinero que posteriormente se utiliza para el pago de vencimiento de deudas internacionales. Sin embargo, no hay que perder de vista que con los cambios que entran en vigencia el primer día de enero se resigna la intención del Gobierno nacional de continuar con el proceso de desinflación, ya que si aumenta el dólar oficial, el incremento se trasladará a los precios, una práctica habitual en el circuito comercial del país.
Teniendo en cuenta estos factores, los escenarios que se analizan son dos.
Primer escenario: el más optimista
Las premisas que considera Mariano para el primer escenario indican, mirando el contexto internacional que el FED (Federal Reserve System – Banco Central de Estados Unidos) continúa en el sendero de tasas bajas y el FMI otorga waivers por incumplimiento de meta de Reservas Internacionales, esto quiere decir que pese a las dispensas, el país seguirá recibiendo desembolsos sin tener que reiniciar las negociaciones con el Fondo.
Si a ello le sumamos una cosecha y liquidación récord y la recuperación del acceso a los mercados de crédito internacional; un fuerte crecimiento económico en base a Energía, Minería y Agro; avances en reformas estructurales; y una inflación sostenida a la baja, el escenario es óptimo, o al menos mejor que los años anteriores.
La acumulación de reservas podría ser mayor no solo por la liquidación del agro, sino también por el RIGI, con inversiones más que millonarias. Esto de cierta manera impactaría de manera positiva en la confianza del consumidor, y no se descarta pensar en una eventual salida del cepo durante el último trimestre del 2026, siempre y cuando se den múltiples factores y se sostenga el crecimiento de la actividad económica, lo que además representaría recuperación salarial, impactando de manera directa en el bolsillo del ciudadano de a pie.
Con estas premisas, este escenario se comportaría de la siguiente manera:
- PBI: 3,7%
- Inflación anual: 23%
Segundo escenario: efecto Mundial
Mariano definió este escenario como “dos millones de argentinos en el mundial”. El evento deportivo previsto para mitad de año en Estados Unidos puede complicar el escenario económico nacional, aunque parezca no tener relación una cosa con la otra.
Las premisas consideran complicaciones financieras internacionales. Políticas arancelarias de Estados Unidos, altos costos en Brasil o restricciones en otros países pueden generar su impacto. En este escenario además se incorpora el waivers del FMI por incumplimiento de meta.
También se estiman demoras en la liquidación por deuda del nuevo régimen cambiario, más un aumento de brecha y la baja competitividad del TCRM (Tipo de Cambio Real Multilateral, indicador que mide el precio relativo de los bienes y servicios de una economía con respecto a los de un grupo de países con los cuales se realizan transacciones comerciales), lo que requiere un esfuerzo fiscal con baja de retenciones.
En este escenario no se observa el acceso a los mercados internacionales ni se acumulan reservas. Además, se ralentiza la actividad por aumento del desempleo, hay demora en reformas estructurales y la inflación escapa de la senda de la desaceleración para volver a ser un problema.
Teniendo en cuenta todos estos factores, la salida del cepo se aborta, obligando al Gobierno a realizar correcciones en el precio del dólar con saltos discretos por competitividad.
Con estas premisas, este escenario se comportaría de la siguiente manera:
- PBI: 0,5%
- Inflación: 44%
Si lo comparamos con el escenario anterior, las proyecciones son más complejas y para nada prometedoras pero, ¿dónde entra el Mundial de Fútbol? Al respecto, Mariano detalló que será clave su accesibilidad. Si hay dólares baratos y aumenta la demanda para viajar al exterior a costa de un tipo de cambio atrasado, no solo se ponen en jaque las reservas, sino que además se dará una “fuga de dólares”, ya que gran parte del dinero atesorado por los ciudadanos quedará en Estados Unidos.
“De darse un escenario como el segundo, es bastante asimétrico el partido”, remarcó el especialista.
Las expectativas estarán puestas, en parte, a la mirada que los mercados financieros tengan sobre Argentina y sus instrumentos. Si se consolida la confianza en el gobierno de Javier Milei (pensando en las elecciones del 2027) y desciende el riesgo país al mínimo que se pueda aspirar, disminuirán los niveles de volatidad de bonos y acciones, siendo instrumentos atractivos para los inversores.
Cada escenario es conforme a proyecciones tomando informes de fuentes públicas. En la práctica, la cosecha del agro y el mundial serán los momentos ideales para hacer un parate y revisar no solo las proyecciones sino el desempeño económico general.

