El comité evaluador del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), aprobó la solicitud de ingreso de Gualcamayo. San Juan se convierte en la primera provincia del país con dos proyectos metalíferos de gran escala que calificaron para el sistema de beneficios, ya que en octubre recibió el aprobado Los Azules.

La mina de oro fue el primer proyecto minero en presentarse en el régimen, a finales de 2024, cuando apenas entró en vigencia. La autoridad nacional le dio el OK a una inversión por 665 millones de dólares para poner en marcha el Depósito Carbonatos Profundos (DCP), el área nueva ubicada cerca de donde la mina continúa explotando. La puesta en marcha de la construcción, aseguraron, generará “entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo”. Este proceso durará tres años, ya que tienen previsto el inicio de la producción para fines de 2029, cuando “se consolidarán alrededor de 600 empleos directos permanentes”.

La mina, que antes estuvo en manos de Yamana y Mineros, había presentado una propuesta para ingresar al régimen que superaba los 1.000 millones de dólares e incluía la planta para empezar a trabajar Carbonatos Profundos, un nuevo yacimiento en la propiedad, un proyecto fotovoltaico, una mina de cal y la inversión en el actual valle de lixiviación. Después de meses en manos de las autoridades nacionales sin recibir el aprobado, decidieron dividir la propuesta dejando sólo las dos primeras etapas, por el monto que finalmente fue aprobado.

De todos los RIGI mineros que han visto luz verde en el país, los únicos dos de producción metalífera tradicional son de San Juan. El resto de los aprobados están vinculados a la producción de litio. A su vez, la provincia cuenta con la mayor cantidad de inversión proyectada dentro del sistema, tanto con los dos aprobados como los pendientes.

El monto total incluye los 665 millones de dólares de Gualcamayo, 2.700 millones de dólares para la construcción de los Azules, 400 millones de dólares para la ampliación de Veladero, 9,500 millones de dólares para la puesta en marcha de El Pachón y al menos 2.000 millones de dólares del RIGI PEELP que solicitó Vicuña, que podría alcanzar más de 15.000 millones en una segunda etapa.

La inversión que se viene en Gualcamayo 

Tras el comunicado del Ministro de Economía de la Nación, la empresa AISA Group, a cargo de la mina de oro jachallera, se refirió a la aprobación y sus planes de inversión. Según dijeron, “el plan aprobado contempla una inversión superior a los USD 660 millones, de los cuales USD 50 millones estarán destinados a exploración geológica”. El grueso del monto se destinará al “desarrollo y explotación del Proyecto Carbonatos Profundos (DCP), un yacimiento que contiene, al día de hoy, más de 3,5 millones de onzas de oro en recursos, certificados bajo norma NI 43-101 y el código JORC, de las cuales 2,45 millones de onzas ya se encuentran categorizadas como reservas”.

Gualcamayo es una mina de oro que agotó las reservas de sus yacimientos iniciales pero cuenta con una gran riqueza en DPC. Pero para extraer este valor requieren de la construcción de una planta de tratamiento totalmente distinta, ya que el sistema de lixiviación con el que avanzaron desde 2007 hasta ahora no es útil para el tipo de mineral de este nuevo yacimiento.

Por eso, explicaron, “el proyecto incluye el desarrollo de una mina subterránea de última generación, una nueva planta de procesamiento y, fundamentalmente, la incorporación de una planta de oxidación a presión (POX) de tecnología moderna que permitirá procesar minerales complejos, liberando el oro contenido en el mineral y posibilitando una recuperación eficiente”. La nueva infraestructura, aclararon, es una de las primeras de Sudamérica y una de las pocas de su tipo a nivel mundial, lo que pone “a San Juan y a la Argentina a la vanguardia del desarrollo tecnológico e industrial en minería”.

La inversión en exploración para la que destinarán los 50 millones de dólares es clave. Es que en el comunicado de la minera detallaron que “solo alrededor del 4% de la propiedad ha sido explorada en profundidad, lo que evidencia que una parte sustantiva del potencial geológico de Gualcamayo aún está por descubrir”. Aseguraron que con esta riqueza tienen planes de trabajo “para varias décadas de desarrollo minero, con una mirada técnica, responsable y de largo plazo”.

Otro punto central de la nueva vida de la mina es que plantea la construcción de un parque fotovoltaico de 50 MW, destinado a abastecer la demanda eléctrica de la planta. En una segunda etapa, habían adelantado, buscan que Gualcamayo avance con la construcción de más paneles para convertirse también en un polo energético en el norte provincial.