FOTOS DANIEL ARIAS

Cuenta 44 años al frente del Coro Vocacional de la UNSJ, que fundó su padre, Juan Argentino Petracchini -entrañable referente de la actividad coral en la provincia- como paso previo para ingresar al Universitario, ambos dependientes de la UNSJ. Pero mañana, de cara a su retiro, José Domingo Petracchini se despedirá de esta agrupación a la que ha dedicado su vida. Será con un concierto en la Iglesia Catedral, con la obra Oración cantada por la paz -Gloria RV 589-, de Antonio Vivaldi, junto a la soprano Monika Skowron, quien quedará al mando de la formación a partir de ese momento; y acompañados por la mezzosoprano Romina Pedrozo y los jóvenes de la Orquesta Escuela. Esta presentación representará una noche especial en la que cientos de recuerdos y aventuras vividas junto a sus cantantes atravesarán su corazón.

José Domingo tenía 21 años cuando comenzó a dirigir este coro, en marzo del “81, lo que -confesó- en cierta forma representó una gran presión para él.

Ensayando. En una de sus últimas actividades con la formación que dirigió durante 44 años.

“El primer concierto del Vocacional fue en noviembre del “76 a cargo de mi padre. Después quedó en el puesto Ricardo Ochoa, que al concursar en el Teatro Colón en el “80, se fue en febrero del “81 y mi padre me lo ofreció a mí. En ese entonces yo tenía el título de maestro de música y me estaba por recibir de profesor de Educacion Musical. El coro estaba pensado como un semillero, pero yo le aclaré que si lo tomaba, no iba a ser ningún semillero’, evocó el director que recientemente cumplió 65 años, resaltando que “se llama Vocacional porque nadie cobra, salvo mi asistente y yo’, pero que “no es amateur’ porque tiene “una exigencia profesional en su régimen de ensayos’.

A lo largo de las décadas, el Vocacional fue creciendo en cantidad de integrantes y en calidad. De este modo, ya en los “90 era un coro con su propia identidad, que comenzaba a construir su camino. “El que entraba ya no lo hacía para ingresar al Universitario, ya era un conjunto invitado a festivales dentro y fuera del país. Es por eso que en la actualidad, aparte de saber afinar hay que tener una linda voz, hay muchos requerimientos’, evaluó Petracchini.

“Primero’. El debut. En 1981, José Domingo se presentó como director del Vocacional.

“¿Cómo me encontró a mí el Vocacional? Mi viejo era bravo, era duro y yo había tenido esa escuela. Entonces al principio se produjo un cimbronazo y de los que estaban antes, unos se fueron y otros tantos se quedaron conmigo’, recordó el maestro acerca de esa historia compartida con muchos de sus coreutas, algunos de los cuales lo siguen desde sus inicios en la década del “80, como Ángela Heredia, desde 1984, y Walter Flores, un enólogo y excombatiente de Malvinas que se sumó en 1987; y una camada que se está desde 2002.

“El que no pudo seguirme se quedó en el camino. Al ritmo se lo imprimí yo. Hace varios años venimos haciendo un promedio de 7 shows por año, lo que es una locura. Incluso hemos llegado a ser parte de óperas como Aída, cuando hicimos el coro de los esclavos en 2019 en el Teatro del Bicentenario. Hace mucho que organizamos un concierto con la Sinfónica de la UNSJ, participamos de las funciones de Música para Volar, hacemos los ciclos de las Iglesias, los ciclos de Navidad y Semana Santa…’, comentó sobre el calendario anual de shows en el que se encuentran programadas otras fechas.

“Eslovaquia’. En su presentación con la Misa Criolla en Eslovaquia, en 2011.

“¿Anécdotas? Tengo una que no puedo contar -risas-. Otra de cuando fuimos invitados a un festival en Paraguay, en Encarnación. Nos alojaron en un hotel de la cadena Hilton, donde estábamos 5 coros argentinos, además de otros grupos. La primera noche anduvo todo bien, pero en la segunda, cuando nos vieron bajar del colectivo, todos salieron volando a llenarse los platos, porque siempre cantamos bonito y nos alimentamos bien. Pero en el escenario no tuve grandes accidentes’, destacó quien llevó al conjunto interpretar la Misa Criolla en un certamen en Eslovaquia en 2011, donde por un inconveniente quedaron demorados y el avión no despegó hasta que ellos pudieron hacer el embarque: “Yo creo que no fue casualidad. Desde el cielo lo hicieron demorar’, añadió un Petracchini muy creyente, que sintió a su padre acompañándolo en todas las oportunidades que ofreció conciertos en iglesias.

“Aida’. En 2019, en la ópera Aida donde actuó como una de las voces de su grupo.

“¿Qué emociones me cruzan previo a mi último recital con el Vocacional? Es toda una vida lo que viví. Estuve desde que era un mocoso de 21 años hasta ahora que ya soy abuelo. Por un lado, me da mucha nostalgia, pero también soy un convencido que hay que saber retirarse a tiempo’, reflexionó. “Lo mismo seguiré levantándome temprano para llevar y retirar a uno de mis nietos de la escuela, tres veces por semana. Pero voy a tener otros objetivos, es una cosa que me imagino que le pasa a todos los que dirigen grupos humanos, sea director de coro, de orquesta o de lo que fuera. Para dirigir tuve que aprender a ser muy organizado y a tener todo controlado, todo esquematizado. Entonces, en las noches previas a una función, me pasaba de no poder dormir, por ejemplo. Ahora aprovecharé para compartir más momentos con mi familia y para volver a jugar al ajedrez, algo que no hago desde que era niño. Pero a la música no la voy a dejar nunca, casi he vivido para este arte’, expresó el conductor, que ejerció su actividad en paralelo a su función de padre de 3 hijas, fruto de su primer matrimonio: Ariadna (42) que lo hizo abuelo de Santino (17) y Luca (3); Antonella (39); y Romanela (35), mamá de Gael (6), de las cuales ninguna heredó su pasión, lo que “puede deberse, entre otros factores, al peso del apellido’, pensó en voz alta recalcando que ya tiene en mente la creación de un coro con tiempos más relajados, “no de menor calidad, pero sí con menos voces’. Eso sí, después de un merecido descanso.

DATO
El concierto despedida será este domingo a las 21 hs. en la Iglesia Catedral, posterior a la misa. Ingreso libre y gratuito.