El invierno trae consigo heladas que pueden ser muy perjudiciales para el jardín si no protegemos con cuidado nuestras plantas. Es lo que está ocurriendo en estos días en la provincia. El frío puede romper las membranas celulares y deshidratar los tejidos. Si esto sucede, debemos actuar con rapidez y así, evitar daños que puedan ser irreparables. Los síntomas que veremos son hojas ennegrecidas o marrones.

En este sentido, las bajas temperaturas y heladas se vuelven desafíos para los amantes de la jardinería, pero, aunque sea una situación difícil, hay diversos trucos y técnicas para evitar que tus plantas mueran por la ola polar.

En primer lugar, te recomendamos regar la planta. El hielo absorbe la humedad de las hojas y es probable que ésta se encuentre deshidratada.Según su grado de rusticidad, es decir, su resistencia a las bajas temperaturas, y su momento de desarrollo, las plantas pueden verse afectadas en menor o mayor medida por las heladas. Estas se producen en invierno, en otoño e incluso en primavera, esas heladas tardías especialmente perniciosas porque afectan las yemas y brotes nuevos, las flores y los frutos en desarrollo.

No conviene podar hasta que el riesgo de heladas haya pasado, ya que las partes secas protegen al resto de la planta del frío. Además, podar podría causar más daño aún, no todas las especies se podan en invierno. Hay algunas que sí se deben podar en julio, como por ejemplo los rosales. A medida que las temperaturas descienden respecto al umbral de sensibilidad de la planta, empieza a debilitarse su actividad funcional, sus equilibrios biológicos se alteran y finalmente se produce la muerte celular y la destrucción de los tejidos vegetales. Hay plantas, como las coníferas en general, que pueden resistir fríos fuertes, en cambio otras, como las especies que proceden de las regiones tropicales, empiezan a sufrir apenas las temperaturas bajan de 5º. Por eso es tan importante escoger para el jardín, plantas con la rusticidad adecuada para la zona, caso contrario sufrirán las heladas e incluso podrán morir por su causa.

> TIPOS DE HELADAS

Las heladas suelen producirse cuando la mayoría de las plantas están en reposo o parada invernal y, por lo tanto, en mejores condiciones para soportar el frío. Sin embargo, aunque la especie esté preparada para tolerarlo, la planta puede verse seriamente dañada si aún no se ha endurecido lo suficiente porque es joven, o una helada tardía la sorprende en plena brotación de primavera. Los tejidos jóvenes y los órganos ricos en agua son particularmente sensibles al frío, de ahí el efecto pernicioso sobre el follaje nuevo, la floración y el cuajado de los frutos.

Según las características visibles del fenómeno se suele hablar de heladas blancas y heladas negras. En las primeras, las plantas y el suelo se ven cubiertos por una capa blanca de escarcha, que se produce cuando hay humedad en la atmósfera. Al contrario de lo que podría parecer, la escarcha no es perjudicial, sino al revés, al congelarse el agua las plantas se benefician de una cesión de calor que reduce el efecto pernicioso del frío. En las heladas negras se detectan daños en las plantas sin que se observe escarcha, lo que indica que el fenómeno se ha producido en condiciones de baja humedad relativa y falta de agua en el suelo.

  • Si cae una helada de repente

Si tus plantas viven dentro de casa, el miedo a que “se quemen’ por el frío es menor. Pero las plantas que tienes en tu jardín, patio o balcón, la temperatura es un factor limitante. En este caso debes comprobar que la planta que tienes o que quieres comprar resiste ciertas condiciones climatológicas. Infórmate sobre qué temperaturas mínimas soporta y si hay riesgo de que puedan pasarlo mal en este aspecto. ¿Qué le ocurriría si sufriera una helada? Las heladas pueden causar diversos tipos de daño a las plantas dependiendo de la duración, la intensidad y otros factores. Aquí te explico algunas de las consecuencias comunes que sufren las plantas tras una helada:

Quemaduras por congelación: las heladas pueden congelar el agua dentro de las células de las plantas, lo que provoca la ruptura de las membranas celulares. Esto resulta en un tejido vegetal dañado y deshidratado, lo que puede hacer que las hojas se vuelvan negras o marrones.

Daño en tejidos blandos: las partes más tiernas de las plantas, como brotes, flores y hojas nuevas, son las más susceptibles a este problema. Al ser más blandos son más propensos a congelarse y sufrir daños, lo que puede llevar a que se marchiten o pasen a mejor vida.

Desprendimiento de frutos: lo habrás visto mil veces en televisión, con las heladas muchos cultivos (o tu pequeño limonero) quedan dañados, sobre todo en los frutos en desarrollo, lo que conduce a su caída antes de que maduren completamente.

Parada del crecimiento: tras una helada, es común que las plantas experimenten una desaceleración en su crecimiento o incluso detengan temporalmente su desarrollo hasta que se recuperen de los efectos del frío.

Muerte de la planta: en casos severos de heladas extremas y prolongadas, especialmente en plantas sensibles al frío, el daño puede ser tan extenso que la planta no logre recuperarse y pueda morir.

Cubrir las plantas con telas especiales como un geotextil durante las noches frías es un método de emergencia bastante eficaz para retener el calor emitido por el suelo y protegerlas del frío.

> SOLUCIONES

Si te salta la alarma de que este fin de semana va a hacer frío de verdad, podes meterlas en casa a modo de emergencia. Eso sí, si no tienes suficiente espacio para todas, hace lo siguiente:

Mulching o cubierta del suelo: si proteges el suelo aplicando, por ejemplo, una capa de hojas secas o acolchado con corteza de pino, paja o similar alrededor de las plantas, ayudarás de forma significativa a retener el calor en el suelo y proteger las raíces del frío.
Cubiertas protectoras: cubrir las plantas con telas especiales como un geotextil durante las noches frías es un método de emergencia bastante eficaz para retener el calor emitido por el suelo y protegerlas del frío.
Invernaderos temporales: construí estructuras temporales de plástico o malla alrededor de las plantas, creando un ambiente más cálido y protegido.

¿Regar las plantas antes?
Puede parecer contraproducente, pero si la temperatura no baja del punto de congelación, en cuyo caso sería desastroso (los tejidos de la planta pueden congelarse), el agua es capaz de liberar una pequeña cantidad de calor (conocido como calor latente de congelación), el cual puede mantener las temperaturas alrededor de la planta ligeramente más altas temporalmente.

  • Ayuda de un bioestimulante

Los bioestimulantes son compuestos orgánicos o sustancias naturales que aplicadas a las plantas estimulan procesos fisiológicos, mejoran su desarrollo, resistencia al estrés y rendimiento. Por ejemplo, la glicina betaína, comúnmente conocida como betaína, es un compuesto orgánico derivado del aminoácido glicina y que es capaz de ayudar a las plantas a mantener el equilibrio osmótico en condiciones estresantes. Si tras un episodio prolongado de frío tu planta sufrió algún daño, eliminá las partes afectadas y dale los cuidados que merece, una vez que sepas que no habrá más heladas. En un tiempo volverá a ser la de antes.

Recordá que estas medidas pueden ser útiles para proteger las plantas de heladas leves a moderadas, pero las heladas severas pueden ser más difíciles de prevenir. Si cuidaste de tus plantas y están sanas, tendrán menos riesgo de desenlace dramático que si llegan pidiendo auxilio.

  • ¿Cómo actuar con cada tipo de planta?

La marchitez y la coloración marrón o negra de los tallos, hojas o flores indican que los tejidos han sido destruidos por el frío. Visto el daño y su triste impacto en el jardín, tienta coger las herramientas de poda y eliminar de inmediato las partes afectadas. Lo sensato, sin embargo, es tomárselo con calma, ya que para empezar esos brotes estropeados pueden actuar como abrigo del tejido vivo ante el frío y nuevas heladas. Por otra parte, que se vean hojas secas no significa necesariamente que las ramas estén muertas.
– Plantas anuales: Estas plantas herbáceas en general no suelen sobrevivir a las heladas medias y fuertes. No queda más remedio que retirarlas de las macetas y canteros.
– Vivaces o herbáceas perennes: Muchas de estas especies pierden la parte aérea por efecto del frío, pero si son rústicas o la raíz o el bulbo están suficientemente protegidos rebrotarán sin dificultad en primavera. Si se ven demasiado antiestéticas se pueden recortar al ras. Ten en cuenta que incluso secas algunas ejercen un papel ornamental en el jardín de invierno, con lo cual puedes postergar la poda hasta finales de julio.
– Leñosas: Los arbustos y árboles de origen tropical y subtropical sufren notablemente con las heladas medias y fuertes. Los tropicales puede que no se recuperen. Los segundos, y los que aún no se han aclimatado lo suficiente, suelen sufrir daños severos. Las demás especies se verán afectadas según su grado de rusticidad. Eliminar mediante poda las partes afectadas es el único remedio, aunque en el momento apropiado.

  • Cuándo y cómo podar las plantas que se han helado

No conviene podar hasta que el riesgo de heladas haya pasado, ya que las partes secas protegen al resto de la planta del frío. Además, podar en invierno podría causarle mayor daño aún al ejemplar, ya que produciría brotes que serían todavía más sensibles a nuevas heladas, de cuyo efecto le sería difícil recuperarse. Solo algunas especies pueden podarse en pleno invierno, como el rosal. Por lo tanto, siempre conviene esperar antes de la primavera, momento en que se podrá observar qué parte de la planta está viva para potenciar mediante la poda esa zona. Hacerlo antes sería podar a ciegas y tal vez cortar más de lo necesario. Únicamente así la poda será proporcional al daño real causado por la helada: ligera si solo ha afectado parte del follaje; severa o de renovación total si solo ha sobrevivido la raíz, como ocurre con algunos arbustos.