Golpeó a su expareja y la amenazó. Entonces le prohibieron acercársele o molestarla, personalmente, a través de otros, por teléfono o redes sociales. Pero Carlos Leonardo Flores Riveros (24 años, obrero en la fabricación de ladrillos) abrió de una patada la puerta de la casa de la que había sido excluido por orden judicial, le dijo a su expareja que él volvería a vivir en ese domicilio, que no le importaba la policía y que la iba a matar. En medio de su furia, también le dio un cabezazo en la frente a la joven, que otra vez se vio obligada a denunciarlo, el pasado 29 de julio.

Ayer, el joven admitió que golpeó de una patada y amenazó a su expareja, cuando volvían de la casa de los padres de él a la que aún comparten a pesar de estar separados, indicaron fuentes judiciales. Ese episodio fue denunciado por la joven el 17 de julio pasado. También reconoció que el 29 de julio volvió a agredirla y amenazarla.

Y el juez del caso, Diego Manuel Sanz, ratificó el acuerdo de juicio abreviado al que arribó el acusado a través de su defensor oficial, Alejandro Martín García, con la fiscal de la UFI CAVIG, Florencia Pons.

Así, el magistrado terminó por condenar a Flores Riveros a 6 meses de prisión en suspenso (sin encierro) por los dos hechos de lesiones leves agravadas por el vínculo y por ser cometidas en un contexto de violencia de género, otros dos hechos de amenazas, desobediencia a una orden judicial y violación de domicilio.

Además, le impuso al condenado hacer un curso sobre ‘Violencia Familiar y Nuevas Masculinidades’, como parte de las reglas de conducta a cumplir por 2 años, entre las que se incluyen no consumir alcohol, drogas, no cometer nuevos delitos y no acercarse ni molestar a la víctima.

La condena para el joven (no tenía antecedentes) no es un problema menor, pues si no cumple con las exigencias que le dictaron ayer, la condicionalidad de su castigo será revocada y pasará a cumplir la condena en la cárcel de Chimbas.