La saga de películas El Conjuro suma hoy un nuevo y aterrador capítulo, el cuarto, que a su vez es el broche de oro para este universo que le hizo pasar más de una noche en vela a varios. Han transcurrido cuatro años desde la última entrega, suficientes para ya haber recuperado el sueño y estar en condiciones de volverlo a perder con “Últimos Ritos”. Es, según dicen, el caso más escalofriante que enfrentaron los investigadores paranormales Ed y Loraine Warren: el poltergeist Smurl. Ocurrió en 1986, cuando ya estaban retirados por la enfermedad de Ed, pero los demonios que atormentaban física y psicológicamente a la familia Smurl, de Pensilvania, los hicieron volver. Fue un caso muy famoso en Estados Unidos, que quedó documentado en un libro (The Haunted: The True Story of One Family”s Nightmare) y en una película de televisión (The Haunted).

Vera Farmiga y Patrick Wilson se ponen nuevamente en los zapatos de los Warren, dirigidos por Michael Chaves (El Conjuro 3 y La maldición de la Llorona).

Fenómeno global, la clave del éxito de esta franquicia radica justamente en que las pelis principales -El Conjuro (2013), El Conjuro 2 (2016) y El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo (2021)- están basadas en casos paranormales que fueron investigados los Warren. Ambos ya fallecidos, él se presentaba como demonólogo y ella, clarividente y médium. No exentos de críticas y cuestionamientos a su veracidad, ambos fundaron en 1952 la New England Society for Psychic Research e investigaron sucesos paranormales ocurridos en Estados Unidos durante los años “70 y “80.

Luego, aprovechando el éxito que esas películas tuvieron, surgieron otras centradas en distintas entidades que ellos enfrentaron, a modo de spin-offs, como la muñeca Annabelle o La Monja.