FOTOS DANIEL ARIAS
Cada vez que la celebrada Camerata San Juan ofrece un espectáculo con o de música popular -su rasgo distintivo-, se agotan las entradas y llueven los aplausos desde la platea. Y ha ocurrido con folclore, tango, rock, cumbia y más, desde Historia de un amor hasta Cerati, pasando por Sur y Ya sé que estoy piantao, entre tantos otros. Pero para que esos repertorios lleguen a deleitar al público hace falta que alguien haga las adaptaciones necesarias y así puedan ser interpretados por una formación clásica: El arreglador. “Es hacer como una traducción de la música popular, a través de los arreglos, para llevarla al idioma de una orquesta de cámara’, definió su oficio Enzo Pérez. Integrante de la Camerata desde sus orígenes, empezó haciendo arreglos parciales para luego abocarse a esta importante labor en el grupo donde también se desempeña como músico. Satisfecho con lo desplegado esta temporada (que cerró con Noche de Navidad, en el Teatro del Bicentenario, la semana pasada), habló con DIARIO DE CUYO acerca de su métier, cómo llegó y de qué forma lo transita.
“Ha sido un lindo año, mucha acción, lindos proyectos, distintos géneros musicales y muy variados. Y muy buena respuesta de la gente que confía en nuestra propuesta y nos acompaña siempre. Es muy reconfortante para nosotros, porque ponemos mucho amor’, expresó Pérez, para quien su trabajo “es un aprendizaje que no termina nunca, no hay una orilla a la que llegar’. “Seguir navegando, mantener la curiosidad y la “porosidad” es parte del desafío’, continuó el arreglador, que no tiene prohibidos a la hora de encarar géneros musicales. “No nos ponemos límites, al menos no como algo dogmático. Obviamente uno tiene su corazoncito, pero como premisa todo es válido si es genuino. Además nos gusta mucho lo que hacemos’, confesó el enamorado del rock, que siente que el equipo está siempre por encima de cualquier individualidad.
Egresado de la Normal San Martín, Enzo ya sabía qué quería desde adolescente. Un poco para probarse y para complacer a sus padres -Enzo Antonio, médico; y Luz Alfonsina- fue a estudiar medicina a Córdoba. Hizo el esfuerzo casi un año, pero terminó cursando estudios de guitarrista clásico en la Escuela de Música de la UNSJ. Todavía era alumno cuando formó Nuevo Trío, su primer grupo con dos “grandes músicos’ santiagueños -eran tres guitarras clásicas haciendo folclore, algo muy importante por lo que significó para él-, y luego continuó formándose de manera autodidacta.
“En mi casa se escuchaba mucha música. Hoy me doy cuenta que me marcó, recuerdo discos que sonaban muchísimo y reconozco de dónde vienen algunas cosas que tengo’, contó Enzo, cuyos papás -que fallecieron en pandemia- se fueron amigando con la idea del hijo músico, al punto de convertirse en asiduos asistentes a los espectáculos de La Camerata. “Por suerte me vieron bien, eran amantes de cada cosa que hacía; y felices, porque básicamente me veían bien, haciendo lo que quería’, recordó conmovido el guitarrista, que también pasó por distintas formaciones.
“Tengo la tranquilidad de haber elegido un camino del que estoy seguro, que me proporciona felicidad en el sentido profundo.’
“He tenido proyectos de muy variada calaña -sonrió-. Estuve en el grupo de rock La Percha, que lideraba el gran Tito Oliva, con quien además hice algo de jazz; otros de folclore con Rody Beatrice y algunos más. Y antes de la Camerata, en Pie de Palo con mi socio y amigo Pablo Grosman (NdeR, director de Camerata). Lo armamos en 2005, cuando Pablo volvió del exterior y nos hicimos amigos. Es música fusión de mi autoría, instrumental y canciones; ahora está hibernando, pero ya volverá’, reseñó. “Todas fueron experiencias muy formativas, cada una de ellas. Tengo formación clásica, pero he estado en bandas de folclore, con grupos de rock, cuarteto, cumbia, tango… Y dar clases en escuelas secundarias me mantiene en contacto con los gustos de los adolescentes y eso también es enriquecedor’, remarcó quien ingresó “con un buen kilometraje recorrido’ a la prestigiosa orquesta de cámara local que se creó bajo el ala del ministerio de Turismo, Cultura y Deporte, en la que siguió cultivando su crisol y a la que ha sabido darle su toque.
“Sí, puede ser que haya como un sello en lo que uno hace, pero más por una cuestión natural. Quieras o no, cada uno tiene su impronta, como cada uno tiene su letra y podés distinguir a quién pertenece. En un punto está bueno encontrar tu propia voz’, acotó Enzo, que todavía recuerda el concierto temático en el que debutó como “arreglador oficial’ de los proyectos de música popular: uno dedicado a María Elena Walsh, en 2011, cuando también debutó como músico de La Camerata.
“Lo más complejo de este oficio quizás sea lograr traducir eso que uno tiene en la cabeza y bajarlo de la manera más clara para los compañeros que lo harán sonar. Cuando hay un equipo sabés con quién contás, pensás en sus fortalezas y debilidades para lograr mejores resultados, es parte del oficio’, señaló. Pero los colegas de La Camerata no son lo único que tiene en mente Enzo a la hora de sentarse frente al papel. La obra en sí es otra variable en juego, para adaptarla sin desvirtuar su naturaleza; y también el público, “pero no por una cuestión demagógica, eso sería limitante y pobre en ambición artística; sino para poder establecer una conexión con él’, explicó.
La “conexión’ de todas esas variables es uno de los momentos más satisfactorios para el arreglador y músico, que no pocas veces pelea con el “monstruo insaciable’ de la autoexigencia, al que -recomendó- hay que saber controlar para que no impida el disfrute. Pero aseguró que hay otro; y es el día a día con sus compañeros. “Compartir con el grupo y tener un socio como Pablo con el que aprendo mucho es muy satisfactorio también’, destacó Pérez, lejos de cualquier deseo de reconocimiento o popularidad.
“No pienso en eso, la verdad… Tengo la tranquilidad de haber elegido un camino del que estoy seguro, que me proporciona felicidad en el sentido profundo. No es que uno está con una sonrisa de oreja a oreja todo el tiempo, pero sí con la tranquilidad de hacer lo que querés hacer. En ese sentido sí, me siento realizado. Después, todo lo que sea genuino, que venga’, reflexionó el respetado especialista.