El año que viene El Sismo cumplirá diez años desde que empezó a sonar en un rincón de Rawson, de la mano de Rolando Páez, su creador y director musical, además de tecladista y saxofonista. Fue él quien, junto a sus hermanos y a otros artistas, en 2016 armó esta banda de cuarteto que debutó en la Sala del Sol y que tres años después decidió mudar a Córdoba. Sí, era una decisión arriesgada esto de trasladarse al epicentro del cuarteto, sin embargo el sueño era más grande. Hubo cambios, porque no todos pudieron seguirlo, así que allá, en la cuna de “chingui chingui’, rearmó banda y empezó a abrirse paso en la movida. Él, sus hermanos Franco y Rodrigo, Daniel Muñoz (trompeta) y Elian Miranda (güerista) son los que quedaron de la formación original y a ellos se sumaron músicos cordobeses, hasta redondear un combo de 14 artistas en escena. En febrero de 2019 El Sismo hizo su presentación en sociedad en un boliche de Jesús María -donde se radicó Páez- y desde ahí no paró. No le fue nada mal, y aunque su mentor reconoce que todavía queda mucho por hacer, está conforme con lo alcanzado. Y agradecido también, al público, a los productores y a los colegas, con los que, subraya, mantiene un buen vínculo.

Rolando Páez, cabeza de El Sismo, dijo que le gustaría volver a tocar en San Juan con la nueva formación.

“Siempre lo soñé, era mi idea poder traer la banda a Córdoba. Vinimos a probar y nos fue bien, por suerte, porque acá levantás una piedra y hay una banda de cuarteto, pero fue una buena decisión’, dijo a DIARIO DE CUYO Rolando, quien siente que lograron recortarse entre la poblada movida. “Hay muchas bandas acá, pero casi todas salen con pistas, con secuencias. La diferencia que tenemos nosotros es que salimos en vivo’, destacó, sumando como otras fortalezas la particular voz del cantante -Kevin Romero, oriundo de Jesús María- y la cantidad de artistas que reúne el grupo (que supo tener cantantes mujeres). “Tenemos de todo, trompetas, trombones, está bien armada’, acotó sobre su creación, que interpreta canciones de puño y letra y algunas de otros autores, pero con sello propio. Muchas se pueden escuchar en sus redes y en plataformas (Instagram, You Tube, etc), Su buena performance y el boca en boca los habilitó para hacer colaboraciones con pares y les permitió alcanzar un gran sueño: Actuar en el Pre Cosquín Cuarteto, en febrero pasado.

“Eso fue tremendo. Me llamaron de Día y Noche, que es la productora que organiza y trabaja con bandas de Córdoba. Me dijeron que habían visto la banda en redes, que les había gustado y me pidieron material. Después me mandaron un correo: Habíamos quedado seleccionados para tocar en el escenario mayor… Fue una emoción muy grande para todos, porque lo veníamos deseando un montón. Y la verdad es que nos fue rebién, una adrenalina hermosa… No esperábamos estar ahí, ni el cantante… Unos nervios teníamos’, recordó con tonadita cordobesa ya adquirida aquella jornada que abrió otras tantas puertas y que podría abrir algunas más. “Estamos viendo, si Dios quiere, para tocar en el Festival de la Doma, en Jesús María, el próximo año, ojalá’, suspiró esperanzado el líder de El Sismo, que paso a paso sigue avanzando en un camino que inició hace ya tiempo.

Parte del grupo, antes de presentarse en el Pre Cosquín Cuarteto, el verano pasado.

Siendo niño estudió un par de años en la Escuela de Música, después hizo piano y acordeón y continuó su formación en Córdoba, donde le queda un año para recibirse de profe de Música; pero a los 12 años ya estaba en una banda, de la que se convirtió en director musical a los 14. “Se llamaba El Reto, ya no existe. Luego estuve en otras bandas y dije: “Algún día quiero tener la mía”. Así fue, busqué un nombre que tuviera que ver con San Juan y nació El Sismo’, relató el artista de 29 años, muy amigo de comprovincianos como Omega y La Jodda. Y aunque también ha pasado por la bachata y el merengue, confiesa que siempre fue y será un sanjuanino enamorado del cuarteto.

“Me gusta el tradicional, pero también me gusta cómo está armado musicalmente ahora. Si bien antes eran cuatro -acordeón, piano, bajo y cantante- me gusta como se ha reelaborado al punto de meter muchos instrumentos, muchos músicos en escena. Yo soy muy de eso. Es difícil sostener una banda así, pero trato de mantenerla’, apuntó quien cuenta entre sus referentes a Banda XXI y Sabroso. “Sí, soy muy de la fila de los caños, de las trompetas. Y también me gusta meter percusión, que es más actual’, acotó quien además escribe las partituras y arreglos de las trompetas. “Ahora se consume más este cuarteto más moderno, pero hay que decir que acá en Córdoba, La Mona Jiménez es un Dios. Cuando toca La Mona, se llena’, reconoció con admiración el sanjuanino, que si bien dice que pueden vivir de la música, asume que “cuesta’.

“Es difícil Córdoba. Si no tenés entrada con los productores que manejan los boliches…. Hay que hablar mucho, mandar material, hasta que te conocen y te dan una fecha, por ahí con la condición de que llevés un mínimo de 150 personas por ejemplo. Y ahí empezamos a movernos y a invitar. Por suerte vamos teniendo nuestra gente y muchos conocidos que nos hacen el aguante; además hay mucha gente de San Juan y de Mendoza… También pasa por ahí que si tocás en un lugar, en el otro te hacen la cruz… Pero bueno, la llevamos bien y hacemos todo lo posible para que esto siga y crezca. No voy a decir que es fácil porque no lo es. Alguna vez quise bajar los brazos, pero acá seguimos los sanjuaninos, luchando por nuestro sueño’, se explayó Páez, quien poco a poco fue comprando todos los instrumentos y armó la sala de ensayos en su casa.

Latente la idea de proyectarse fuera del país a futuro, por ahora el objetivo de El Sismo es sacudir bien fuerte a los cordobeses. “Somos una de las bandas más grandes en el norte, Dean Funes, Salsipuedes, Colonia Caroya, La Granja… allá vamos siempre, a cada festival’, celebró, sin sacar los ojos de la figurita difícil: “Aunque hemos estado, todavía falta llegar más al corazón de Córdoba, a la capital; pero vamos a luchar, hay mucho trabajo en equipo’.