“Muy entusiasmado’. Así se siente Gustavo Grobocopatel de cara a su llegada a San Juan con un espectáculo que será de mucho interés para los sanjuaninos… y para los cuyanos en general. ’10 Tonadas’, es el nombre del recital que propone el ingeniero agrónomo y empresario, pero también músico y cantante (Cruz del Sur y proyectos solistas), que pese a no ser oriundo de la región, fue cautivado por este género que investigó e hizo propio. Un recorrido que compartirá con el público el domingo próximo en el Teatro del Bicentenario (ver aparte) y que antes dejó plasmado en un disco, disponible en plataformas.
“Es un homenaje a la tonada, obviamente, con algunas particularidades que tienen que ver con los arreglos, porque son cuatro jóvenes guitarristas cuyanos que revisitan los arreglos tradicionales con una impronta más de estos tiempos’, comentó a DIARIO DE CUYO el artista, que subirá a escena junto a Joaquín Guevara, Sebastián Narváez, Exequiel Sandoval y Paulo Amaya. “Los chicos hicieron una especie de “cooperativa de arreglos” y las empezamos a construir una por una, pero son arreglos muy respetuosos’, resaltó. Y como para muestra basta un botón, relató lo sucedido en Mendoza: “Fueron muchos viejos tonaderos, inquietos con que un extranjero se hubiera metido a cantar tonadas; y la verdad es que a la salida tuve una de las satisfacciones más grandes como artista, que fue el apoyo, el entendimiento, el reconocimiento… todas cosas muy lindas’, declaró.
Respecto del espectáculo, adelantó que “las diez tonadas funcionan como un conjunto, porque hay como una especie de obertura’. “Abre con la de un sanjuanino, Ernesto “El Negro”‘ Villavicencio: Me pides tonadas… Y nosotros entregamos tonadas’, hizo un guiño antes de entrar en detalle. “Hay tonadas de todo tipo, de distintos compositores, algunos muy jóvenes, que hablan del amor, de la amistad, del paisaje. Son diez, pero la verdad es que podrían ser cien, no fue fácil la selección. De hecho sigo escuchando y sigo diciendo “¡Uy, mirá ésta!”… vamos a tener que hacer otro disco’, bromeó, aun inmerso en la difusión de esta apuesta.
En esta selección aborda “material de Lisandro Bertín, puntano que vive en Mendoza, muy talentoso; de Jorge Viñas, de Tejada Gómez, de Fabiano Navarro, con quien se podrían hacer diez discos porque es increíble. También está Yo quisiera ser cogollo, de Jorge Sosa, primera vez que se graba. Y hay dos tonadas muy particulares: Una es Cogollo de nostalgia, de Perla Argentina Aguirre, que vivió mucho tiempo en Mendoza y luego se fue, justamente habla de quien se va de Cuyo. Y otra, de un tucumano a quien también admiro, Pepe Nuñez, es la Tonada de los compañeros, que es una mirada desde afuera. Y hay una antigua, anónima, Tonada del arbolito, que leyendo a Draghi Lucero descubrí que la versión que se hace actualmente no es la original, así que me jugué por la original, casi una provocación’, describió.
“Sí, hubo una intención de mostrar alguna diversidad y traer tonadas que se escuchan poco, salvo la de Villavicencio. Esa es más tradicional y muy común en todos los repertorios, pero la incluí porque me gusta mucho su obra, creo que tiene una mezcla de emotividad, complicidad. Creo que la gente que vaya va a disfrutar. Los que son expertos encontrarán algo diferente y los que no son tan cercanos al folclore, van a poder valorar la tonada y encontrar algo que los representa, que los emociona y los estimula’, expresó, antes de volver a un concepto, “valorar’, que siempre aparece cuando se habla de su escasa presencia en las grandes vidrieras nacionales.
“Es así y como no soy cuyano, o soy un nuevo cuyano podría decir, me siento libre de opinar. Yo tengo una hipótesis más emotiva al respecto: Creo que el cuyano cuida mucho a la tonada, no quiere que la desvirtúen y de hecho debe ser el género folclórico menos intervenido, que más se parece al origen actualmente. Entonces yo cargo a mis amigos tonaderos y les digo que en realidad la tonada no se conoce afuera porque los cuyanos no quieren que se conozca, quieren que sea de ellos, para que nadie se las cambie (risas). No sé si me lo creen, yo tampoco me lo creo, pero es hacer un chiste con algo que realmente sucede, que es que la tonada se conoce muy poco fuera de Cuyo’, asintió.
¿Y cómo llegó y caló tan profundo en él? No está de más recordar que, además de su propio amor por el folclore, que cultiva hace tiempo, su pareja es la cantante lírica mendocina Verónica Cangemi (junto a quien grabó el disco Entre dos mundos, el primero juntos, donde vuelcan su pasión por la música clásica y popular); y su cuñada Patricia es cantante de folclore y tango. Ambas son hijas de la también cantante lírica “La Pepa’ Cangemi (Fenicia Malgioglio Cuadros), sanjuanina, y sobrinas nietas de Hilario Cuadros.
“Yo conocía las tonadas más clásicas, pero desde que soy parte de la familia Cangemi y de sus amigos guitarreros, poetas e intelectuales, que yo llamo “el ecosistema Cangemi”, empecé a conocer mucho de las tonadas, en las reuniones, en las farras. La realidad es que un día Patricia me dijo “Vos tenés una voz bárbara para hacer tonadas” y entonces empecé a trabajar y a estudiar más. Ella me ayudó mucho a seleccionar repertorio y luego seguí investigando’, relató el vocalista, que terminó enamorándose de ellas.
“Desde el punto de vista estético es muy parecida a lo lírico. Yo me dediqué durante mucho tiempo a la música de cámara, lírica; así que es algo que no está del todo alejado de la estética que yo tenía. Es un género que se adapta mucho para el decir, para el poema. En la tonada hay un lucimiento de la palabra y eso me gusta mucho, se lucen los poetas. Y bueno, tiene la particularidad de las guitarras cuyanas, que son algo único en el mundo. Además está el cogollo, la dedicatoria, que emociona porque tiene que ver con esto de la amistad, con el compadre, la comadre…. En suma, todas esas cosas me cautivaron’, se explayó. Y subrayó: “Es un género que no es bailable, que se presta mucho para la escucha activa’.
Sobre si este requerimiento de “escucha’ que implica la tonada podría hacerla menos funcional para los grandes festivales de folclore, donde suele primar la arenga, Grobocopatel opinó que “no sé si la tonada es tan amiga de ese ambiente, pero no reniego para nada de los festivales y creo que tiene que estar en todos lados’. Y aunque reconoció que, en general, son los artistas de la región quienes la cultivan -‘No la cantan los de afuera’, acotó-, destacó la buena recepción que han experimentado con 10 Tonadas también fuera de Cuyo.
“Sí, la gente la disfruta, pregunta qué es la tonada, se interesa y sale muy feliz. Pero sí, es un género para escuchar, para darle ese espacio’, valoró.
DATO
10 tonadas. Domingo 11 de mayo, a las 20 hs, Teatro del Bicentenario. Entradas $12.000, en venta en boletería del teatro (de lunes a viernes de 9:30 a 14 y de 16 a 20 hs; y sábados de 10 a 14 hs) y en TuEntrada.com