La educación financiera ha comenzado a ocupar un espacio en la agenda pública argentina, en gran parte gracias a la colaboración entre el Estado, entidades privadas y la sociedad civil. Se trata de un avance que, aunque incipiente, resulta imprescindible para formar ciudadanos capaces de tomar decisiones informadas sobre ahorro, inversión, crédito y consumo. El Plan Nacional de Educación Financiera (PNEF) se ha consolidado como el eje rector de esta transformación, relevando actividades y promoviendo capacitaciones en distintas provincias.

Uno de los pasos más significativos se dio en La Rioja, pionera con la sanción de la Ley 10.824, que establece la obligatoriedad de la educación financiera en todos los niveles educativos, públicos y privados. Este hecho sienta un precedente de enorme valor, porque reconoce que el conocimiento financiero debe ser un contenido transversal y no un privilegio. Formar desde temprana edad a los estudiantes en la administración de un presupuesto, la planificación de metas o la comparación de productos financieros, significa prepararlos para enfrentar con mayor seguridad los desafíos de la vida adulta.

En San Juan el Ministerio de Educación junto a la agrupación Jóvenes Empresarios de la Federación Económica y de CAME Joven están trabajando en diversas líneas de acción para fomentar la Educación Financiera en la comunidad educativa, por lo que nuestra provincia es otra de las jurisdicciones inscriptas entre las que están avanzando con este tema.

El avance no se limita a las aulas. También se despliegan estrategias de inclusión dirigidas a docentes, migrantes, beneficiarios de la seguridad social y distintos sectores de la comunidad. En ese sentido, la colaboración intersectorial resulta clave: universidades, organismos provinciales, bancos y fundaciones participan en el diseño y dictado de programas de formación. Incluso algunas entidades bancarias, como Santander Río, desarrollaron micrositios y recursos digitales para acercar contenidos financieros a los jóvenes.

A nivel federal, el Banco Central ha firmado convenios con provincias como Santa Fe, Neuquén, Chaco, Formosa, Misiones, La Pampa, Chubut, Tierra del Fuego y San Juan, con el fin de desplegar capacitaciones que permitan que la cultura financiera llegue a más rincones del país.

Sin embargo, el camino presenta desafíos evidentes. El principal es el bajo nivel de profundidad financiera de la población, lo que ubica a la Argentina por debajo de otros países de la región.

La educación financiera no es un accesorio, sino una herramienta de ciudadanía. Argentina ha dado los primeros pasos, pero el desafío es profundizar y extender este proceso para que ningún ciudadano quede al margen de la posibilidad de tomar decisiones informadas y responsables.