Los últimos registros de informalidad laboral del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) revelaron que hay aproximadamente 9 millones de trabajadores en esas condiciones, lo que representa casi el 42% de la población ocupada en todo el país.

Se trata de valores muy elevados cuyo origen tiene diversas causas, entre ellas factores económicos, sociales, institucionales y estructurales como por ejemplo la falta de oportunidades de empleo formal, altos costos laborales y cargas impositivas, regulaciones laborales complejas, falta de protección social, y factores culturales y sociales que favorecen el trabajo informal.

Actualmente, de un total de 21,1 millones de personas ocupadas, es decir con trabajo en blanco, 8,8 millones trabajan sin estar registradas. De ese grupo, hay 5,5 millones de asalariados sin aportes y 3,3 millones independientes no inscriptos en monotributo o autónomos.

En Argentina, la informalidad laboral se ha mantenido en niveles elevados, con una ligera disminución en la tasa de desocupación pero con un aumento en la creación de empleos informales. En el último año, se ha observado un incremento en la informalidad laboral en detrimento de la creación de empleos formales.

Es un hecho que la informalidad laboral afecta negativamente tanto a los trabajadores como a la economía en general. Los trabajadores informales suelen tener bajos ingresos, falta de seguridad social, y están más expuestos a la pobreza y la vulnerabilidad. Además, la informalidad reduce la productividad, limita el crecimiento económico y dificulta la recaudación fiscal, afectando en cierta forma algunas cuestiones derivadas de esta tendencia como es el nivel de las jubilaciones y pensiones a cargo del Anses.

Hay otros factores que inciden en las condiciones de los trabajadores informales y es que suelen recibir salarios más bajos que los trabajadores formales, y tienen menos oportunidades de aumentar sus ingresos.

Tampoco tiene acceso a servicios de salud, seguro de desempleo, jubilaciones y otros beneficios sociales que brinda la seguridad social.También son más susceptibles a la pobreza a la explotación laboral y a ser despedidos sin indemnización.

Abordar cada uno de estos asuntos y darle solución sería el camino indicado para revertir el índice de informalidad laboral y reducirlo a valores lógicos y más sensatos. Pero mientras no se implemente una reforma laboral y se reduzcan las cargas patronales, entre otros impuestos que se aplican en el ámbito laboral, los generadores de trabajo seguirán sin poder revertir esta situación que muchas veces es generada por los mismos trabajadores que prefieren estar en la informalidad y contar con un trabajo para subsistir.