Se lo veía feliz. Contento. Agradecido por tanto cariño. Lisandro Sisterna -el “Lichi” para todos- está de vuelta en casa. Después de haber sido parte de la competencia más difícil y riesgosa del deporte motor: El Rally Dakar. En la que, además de finalizarla, logró quedarse con la medalla de bronce en la categoría Challenger. Junto a Pau Navarro, su compañero de aventura. El español como piloto del Taurus, “Lichi” como su navegante.

El bronce. Lisandro Sisterna muestra orgulloso el trofeo ganado en el Rally Dakar en su carácter de navegante. El primer sanjuanino en lograrlo.

Una historia que da para una charla extensa. “Sí, fue difícil, no lo niego -dijo Lichi en un principio en la charla exclusiva con DIARIO DE CUYO- pero es un placer poder contar los detalles. Y también sentirse orgulloso por lo logrado. Los Sisterna somos cinco. Mi papá Lino, y mis hermanos Lino, Fede y Juan Pablo. Ellos cuatro ya habían corrido el Dakar. Faltaba solo yo. Y bueno, ya está. Completamos el cuadro (risas)”.

En la autobomba. Feliz, así llegó “Lichi” a San Juan”. Junto a su novia Martina, saludados por todos.

Y siguió: “Todos tienen su premio por haber terminado el Dakar. Eso es un trofeo único para cualquier competidor. Que yo haya ganado la medalla de bronce es sólo un detalle. Raro, porque fuí el último en correrlo y me traje un trofeo extra”.

Ayer cuando Lisandro llegó a San Juan tuvo un cálido recibimiento. Bajó del avión, saludó a todos y se subió a una autobomba que lo terminó paseando por la plaza de Santa Lucía, luego por la céntrica 25 de Mayo para terminar en el Centro Cívico. En todo momento acompañado por su orgullosa novia Martina Enrique.

En acción. El Taurus del equipo BBR de la dupla Navarro-Sisterna en el terreno agreste de Arabia Saudita

“Una cosa hasta diría risueña -cuenta- me cansé más en el viaje de avión desde Arabia hasta acá que en alguna etapa del Rally. Fueron más de 50 horas, con sus escalas. Pero es estresante. En el de ida no lo noté mucho porque iba ilusionado. Recién a dos días del inicio del Dakar conocí a Pau. Nos llevamos bien desde ese entonces. Convivir con alguien tantos días y en situaciones raras no es fácil”.

 “Lichi” (29 años) tiene un taller mecánico y ama los fierros. “Estoy expectante. Al equipo (BBR) le fue muy bien. Consiguió los tres primeros lugares en la categoría. Si me llaman, ahí estoy. El Dakar es una sola vez al año pero también está el Mundial de Rally Raid y se puede ir”.

Los Sisterna. Lichi entrega el casco a su papá Lino, observado por sus hermanos Fede y Juan Pablo

Y terminó: “¿Que imágenes se me vienen del Dakar? Esas noches de dormir en el desierto. Es una experiencia única, inolvidable. La repetiría sin dudar. Me gusta correr o ser navegante. Son cosas distintas pero las dos apasionantes”.