El mayor obstáculo de la investigación fue la supuesta víctima, una joven de 19 años que sufre un grave retraso mental, hipoacúsica (no puede hablar ni escuchar) y otra gravísima limitación: parálisis cerebral. Por eso, cuando su mamá denunció que una vez sorprendió a su expareja obligándola a practicarle sexo oral y un año más tarde exhibiéndole sus genitales, la investigación que se disparó en la UFI ANIVI dirigida por el fiscal, Mariano Juárez Prieto, con sus ayudantes Natalia Villavicencio y Candelaria Terusi, no pudo avanzar hacia la comprobación de los dichos de esa mujer con una declaración de la jovencita. En medio de esa investigación, sin embargo, se toparon con otro dato que les sirvió para incrementar sus sospechas: una psicóloga de uno de los centros de salud a los que la llevaban, les dijo que un día de diciembre de 2023, había visto el momento en que el por entonces padrastro de la joven, la besaba en la boca en Mendoza y Córdoba, Capital. Ayer, en sus alegatos, el fiscal aseguró que durante el juicio se probaron los delitos de abuso sexual con acceso carnal, exhibiciones obscenas y abuso simple contra Esteban Gabriel Aguilera (42) y le pidió al juez, Mariano Carrera, que lo condenara a 10 años de cárcel, enviándolo al Penal de Chimbas hasta que el fallo quedara firme (el acusado afrontó todo el proceso en libertad).

Sin embargo, la decisión del juez pareció más a tono con el planteo del defensor oficial, Alejandro Martín García, y su ayudante, Agostina Gerarduzzi, porque absolvió por el beneficio de la duda a ese hombre que dijo ser albañil y mecánico.

El hecho había sido denunciado por la madre de la chica el 24 de junio del año pasado, dos días después de contárselo a su familia. Para entonces hacía cuatro meses que estaba separada de ese hombre con el que había mantenido una relación de unos 11 años.

En su denuncia, la mujer dijo que no había dicho nada antes porque Aguilera la tenía amenazada.

El defensor oficial, en su alegato, aseguró que el delito nunca existió, que la denuncia obedecía a los celos que la mujer tenía de la nueva relación que había iniciado Aguilera. Que su relato estuvo cargado de ‘contradicciones e inconsistencias’, al punto de que llegó a tachar sus dichos de ‘mentiras o inventos’. Así, por ejemplo, remarcó que dijera que la primera vez que sorprendió a su ex agrediendo sexualmente a su hija, ‘fue en 2019, para la pandemia’, cuando esta última situación se había producido en 2020. También cuestionó la declaración de la psicóloga que dijo haber visto al sospechoso dándole un beso en la boca a la chica, pues aseguró que la propia madre de la jovencita había declarado que darse besos en la boca era parte de un ritual familiar.

En los próximos días, el juez dará a conocer los fundamentos de su decisión. Luego, Fiscalía deberá definir si reclama o no ante un tribunal superior la revisión de la sentencia.