La facilidad con la que los dispositivos tecnológicos basados en pantallas ingresan en los hogares no está dejando ver el pernicioso impacto que su prolongada exposición provoca, especialmente, en los niños de corta edad.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) los niños no deberían estar expuestos a las pantallas antes de los dos años. De la misma forma Unicef y una plataforma de expertos creada recientemente han dado el toque de alerta al señalar que urge a los padres ser conscientes y poner límites en el uso de las pantallas, porque de ello depende el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

En las guarderías y escuelas infantiles ya hay niños que manifiestan signos de afectación como retrasos en el lenguaje, falta de atención, baja frustración, irritabilidad, dificultad para relacionarse y establecer vínculos, presumiblemente provocados por la excesiva permanencia frente a las pantallas.

En relación a este fenómeno se ha establecido que en los primeros niveles de enseñanza de la escuela ya hay niños que utilizan habitualmente dispositivos que se muestran irritados, se quejan o lloran como expresión natural a un malestar. Estos son síntomas que debieran preocuparnos ya que el tema debería vigilarse en los controles pediátricos.

Entre las medidas sugeridas para evitar que el problema se agrave se sugiere la necesidad de promover que en las universidades se investigue más profundamente sobre los efectos nocivos de la sobreexposición y las consecuencias a largo plazo del uso de pantallas. También promover una mayor concienciación social para dejar de normalizar el uso de las pantallas en niños antes de los 3 años y sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades de los primeros años de vida y de cómo satisfacerlas a fin de que los pequeños puedan crecer de forma sana y equilibrada, desarrollando al máximo sus potencialidades.

También se señala como muy conveniente promover campañas de concienciación que incluyan alternativas al juego con pantallas o el retiro paulatino de las mismas a cambio de fomentar actividades lúdicas y manipulativas.

En otros casos se recomienda directamente a las familias que bajo ningún término se faciliten a los niños de determinada edad no faciliten ni teléfonos ni tabletas en ningún momento del día y limiten el consumo de la televisión a niveles razonables y que no sean perniciosos.

Todo lo que se busca con estas propuestas es que los padres tomen conciencia de que evitar la adicción de los pequeños a las pantallas es una buena medida que en futuro redundará en beneficio de los propios niños, que en estos momento se ven invadidos por las tecnologías y fundamentalmente por las pantallas que se introducen en todos los ámbitos sin excepción.