El actor y director Luciano Cáceres estará solo con su humanidad en el escenario del Teatro Sarmiento, frente a los espectadores. Allí interpretará a René, un hombre abandonado en un taller funerario desde niño. Será con ‘Muerde’, el multipremiado thriller policial que está de gira por el país y por teatros internacionales. El unipersonal cosechó críticas impecables y distinciones como Estrella de Mar 2025, ACE 2025, Talia Nueva York 2025, a la mejor actuación masculina. La pieza escrita y dirigida por Francisco Lumerman (en San Juan por Team 22) hará su debut el sábado (ver aparte).

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– ¿Qué importancia está teniendo para vos esta producción, en lo humano y en lo profesional?
– Me está dejando un montón de alegrías, viajes, premios y representa el mayor desafío actoral en estos 37 años de recorrer el oficio. Hoy está dando sus frutos. Desde lo profesional y emocional me tomó por completo, tanto en lo vocal como en lo físico. Me conmueve hacerla y además hay algo extra que se genera con el público: No se trata solo de contar una historia, ni mostrar un personaje, me gusta abrir preguntas en el espectador. Es una obra que invita a ponerte a avalar o a cuestionar tu punto de vista.

– ¿Por qué René resulta un reto?
– Porque habla desde lo distinto, desde lo diferente. Todo está encuadrado dentro del thriller policial, pero hay algo más allá que invita a que el público se meta en su psicología y en esa humanidad violentada y rota. El personaje aparece, cuando empieza la obra, con las manos ensangrentadas y en el correr de la acción de a poco se sabrá qué le pasó. Es un pibe que fue abandonado por su madre y por su padre en esa carpintería de ataúdes. Él queda suspendido en esa niñez fallida, con la mirada que no puede ver la maldad del mundo, con un cuerpo de adulto, pero sin estar cargado de prejuicios. Pero es mirado socialmente como el retardado del pueblo. Es una historia muy dura, pero que tiene mucha coloratura, hay momentos de comicidad, de ternura, pero otros oscuros, patéticos y emocionales. No es un bajón pero sí una experiencia intensa.

– ¿En la vida cotidiana nos encontramos con muchos René?
– Exacto, cuando el teatro te moviliza, te hace replantearte muchas cosas y preguntarte otras. Convivimos todos los días con estos personajes. Hemos girado por pueblos, ciudades y países, hasta llegamos a Estados Unidos y cada vez que la hacemos, la gente me dice ‘Yo a René lo conozco’ ¿Viste? Es el famoso ‘loquito’ del pueblo. Por eso el teatro genera esa posibilidad de espejo, de identificación con lo que uno tuvo en su vida. ¿Quién no ha sufrido un abandono? ¿Quién no ha sentido ser tratado como distinto o discriminado en algún ámbito? Eso es lo bueno que tiene esta obra, generar puntos en común con los espectadores.

– Ser observador de experiencias ajenas y propias ¿También ayuda?
– Es una gran herramienta. Cuando mi mamá trabajó 33 años en la asistencia social, la acompañaba a las villas, a los barrios carenciados, y cuando no había clases o los fines de semana, hacía horas extras. Allí tomé contacto con pibitos de mi edad y veía que se les caían los mocos,y le decía a ella: ‘¿Por qué tienen moco y yo no?’ Entonces me dio una lección: ‘Porque vos tenés una mamá presente que está con el pañuelito limpiándote todo el tiempo’. Esos son recuerdos de mi infancia y de otros pibes que tenían otra realidad, donde el abandono es naturalizado y se manifiesta en pequeños detalles.

– ¿Sucede también con la gente en situación de calle?
– Es la vida misma y por la sociedad que tenemos, la encontramos todo el tiempo. Aunque algunos no se detienen tanto a mirar o ayudarlos, lamentablemente, es la vida real y siempre son noticia cuando son violentados por una patota y le quema las cosas o por la policía que los saca del lugar donde están, con todo este frío que pasan es muy duro así. Pero ahí está el teatro. El teatro muestra otras realidades. El teatro permite empatizar con lo diferente, con lo distinto. Eso es lo que provoca ‘Muerde’, le da voz a estos personajes que no la tienen.

– Siendo una cara reconocida en la pantalla chica ¿Cómo se siente la ausencia de ficción en la tele?
– No es un buen momento para la televisión y tampoco para el cine. La mayoría de nosotros está rodando muy poco y en la televisión no hay ficción propia. Estamos todos haciendo teatro.

– ¿Puede haber una salida para que se recupere ese espacio?
– Todo pasa por cuestión de plata, por convencer a los productores. La ficción es muy cara y son muchas las personas que laburan alrededor. Ojalá que vuelva a recuperarse la industria, en particular extraño la ficción en la tele. Es la realidad que nos toca ahora, los productores que tienen más dinero se van a las plataformas, pero con eso no alcanza para la cantidad de artistas y profesionales que hay en Argentina. Pero como decía Quique Pessoa, ‘el teatro es el lugar donde se vuelve a la fuente’. Y sí, el más maravilloso, mágico y milagroso que tiene nuestro oficio. Por eso el teatro argentino es tan potente en su mensaje.

– Te ha tocado ser héroe y también villano. ¿Cuál preferís?
– En la ficción diaria prefería los malos, porque los villanos son los que llevan la acción. Pero al final me gusta hacer todos los roles posibles e ir alternando, poder hacer una comedia, un drama, un policial, una de terror. Estoy terminando una película, arranqué otra en julio y sigo de gira hasta fin de año con ‘Muerde’. El año que viene volveré a dirigir una o dos obras y tendré un nuevo espectáculo teatral como actor.

– ¿Los problemas legales y personales con Gloria Carrá te afectaron en el plano artístico?
– No, de eso prefiero no hablar, pero acá estoy, en mi mejor momento. Como actor nunca me consideré “el tipo de la cara linda de la tele’. Tengo una formación teatral de muchos años. Aprendí mucho de la tele y el medio me dio la posibilidad de llegar a todos los públicos. Soy actor haciendo lo que me gusta, defendiendo este oficio, el más noble que uno puede tener. Y estoy atento a nuevas oportunidades y herramientas, nuevas técnicas. A esta altura de la vida, todo puede ocurrir y puede sorprenderme, pero no me veo haciendo otra cosa más que actuar y dirigir. Antes laburé de mil cosas distintas, pero ahora este es mi camino, lo que soy, y lo seguiré haciendo.

DATO
Muerde. Sábado 2 de agosto. 21 hs. Teatro Sarmiento (Av. Alem 34 norte). Entradas: Platea baja $18.000 y platea alta $20.000 en EntradaWeb y boletería.