En estos tiempos se comenta mucho acerca de este término en redes sociales, especialistas de la salud lo marcan como algo que sufren varias personas en el mundo actual. Por ello buscamos estas recomendaciones, para que descubras y luego consultes con tu profesional. La procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. Atendiendo a esta definición, podemos entender que aquellas tareas que son más susceptibles de ser postergadas son aquellas que no nos divierten. Y que, además, no es obligatorio realizarlas ahora mismo. La procrastinación es por tanto uno de los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día. Para algunas personas, la procrastinación (y los pensamientos negativos respecto de uno mismo que la acompañan) se vuelve recurrente. Por esta razón, su impacto en nuestra salud mental como adultos puede ser importante. Diversos estudios han reportado que la procrastinación está asociada con estrés, ansiedad, dificultades para dormir y problemas de salud. Pero además, la procrastinación impacta sobre nuestra percepción de nosotros mismos. Los sentimientos de culpa, frustración, e incompetencia pueden perjudicar nuestra autoestima.

>Cómo actúa la Procastinación
Imagínate que tienes que ponerte a estudiar o tienes que realizar un informe que te han pedido pero para el que aún no tienes fecha de entrega. En ese momento te viene a la cabeza un pensamiento que te dice “antes de ponerte sería mejor que te cambies de ropa para estar más cómodo”. Entonces, dejas lo que estás haciendo y te vas a cambiar de ropa. Cuando lo estás haciendo pasas por la cocina y se te ocurre picar algo antes de ponerte, para luego no tener que levantarte. Coges algo de comer. Y mientras estás comiendo, miras por la ventana, ves el día tan bonito que hace y decides salir a dar un paseo para hacer algo de ejercicio antes de sentarte.

Cuando te quieres dar cuenta, han pasado dos horas. Y el tiempo que tenías dedicado a esa tarea se ha agotado. Entonces, empiezas a ponerte nervioso, te estresas y entra en juego el sentimiento de culpa. Empiezas a preocuparte y agobiarte por el tiempo, lo que te hace aún menos productivo y eficiente.

En esencia, la procrastinación ocurre cuando aplazamos o postergamos la realización de una tarea a un momento futuro. La palabra en sí misma lo dice: en latín, “Pro” significa adelante y “Crastinus”, que significa “mañana”, hace referencia al futuro. Entonces, procrastinamos cuando nos demoramos en comenzar o completar una tarea (responsabilidad, deber, etc.) que teníamos la intención de realizar.

A esta definición, se suma un componente “irracional”, porque muchas veces procrastinamos a pesar de que procrastinar tiene consecuencias negativas (ya sea estrés o falta de tiempo para completar la tarea adecuadamente). Es decir, cuando procrastinamos, sabemos que nos podemos estar creando un “problema” a futuro, pero aún así lo hacemos.

>El rol de la regulación emocional
Algunas tareas pueden generar emociones negativas como ansiedad, preocupación, miedo al fracaso, frustración, o incluso aburrimiento. Procrastinar nos permite regular estas emociones desagradables al evadirlas temporalmente. Posponer la tarea a un momento futuro ofrece un alivio momentáneo. Recuerda que esto tiene que ver con un aspecto básico de la condición humana: todos hacemos intentos por evadir cosas displacenteras. Para entender esto, primero es necesario considerar de qué se trata la regulación emocional. En simple, la regulación emocional se refiere a la capacidad de manejar nuestras emociones de tal forma que no interfieran negativamente con nuestras vidas y relaciones. Algunos aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de regulación emocional son:

  • Poder identificar y nombrar nuestras emociones es importante para gestionarlas.
  • Para regular las emociones es importante aprender a entender de dónde vienen; en otras palabras, ¿qué provocó una respuesta emocional particular?
  • Necesitamos la capacidad de aceptar y tolerar las emociones difíciles.
    Como puedes ver, la regulación emocional es un proceso complejo. Si nos cuesta regular nuestras emociones, es posible que, sin saberlo y de manera automática, utilicemos la procrastinación como una manera de regularlas. Al procrastinar, logramos evitar experimentar una emoción difícil como el miedo a fracasar, aunque a largo plazo empeore la situación.

>Claves para vencer la Procastinación
La primera clave, la más importante y la más eficaz: suprimir las tentaciones. Identifica todos aquellos elementos que en un momento determinado puedan suponer una tentación y aléjalos o ponlos fuera de tu vista. Recuerda que, en el tema de aprovechar el tiempo, el que evita la tentación evita el peligro. Y, además, divide la tarea en pequeñas subtareas que sean manejables. Márcate pequeños hitos que respondan a preguntas del tipo: ¿qué es lo primero que tengo que hacer para abordar este tema? ¿Y, después? ¿Y, después?. Poco a poco, y de forma cómoda, te irás acercando al objetivo final.

>Rompe la barrera del primer minuto
Lo realmente complicado es vencer el momento anterior a ponerte. Si logras vencerlo tendrás la mitad de trabajo hecho, Y, a partir de los 5 primeros minutos, será tu cerebro el que te ayude. Ya que creará la ansiedad necesaria para terminar la tarea que has comenzado.

Evita los argumentos autoabsolutorios o autopermisivos. Si decimos “no pasa nada por un día que me retrase, tengo tiempo”; “miro Facebook, pero solo cinco minutos”; “ya empezaré mañana, que es lunes”, estaremos dando de comer a la procrastinación. Deja de lado cualquier tipo de excusas. Y, simplemente, hazlo ya.

>Recompénsate por haber hecho la tarea
Asociar una tarea que nos resulta aburrida o tediosa con algo agradable como una recompensa, eleva la motivación. Ponte premios. Y comprobarás como funciona a modo de motivación. Date un pequeño descanso al concluir cada una de las tareas parciales. Si cada vez que finalizas alguna de las subtareas que te has planteado haces un pequeño descanso, verás como “recuperas” fuerzas tanto físicas como mentales. El cansancio es un factor que multiplica el desinterés y reduce la capacidad de esfuerzo. Por lo que es importantísimo establecer pequeños periodos de desconexión y descanso de la actividad.

>Cuando tomes una decisión, comunícala
El compromiso es más difícil de incumplir si hay una resolución publica. Haz saber a las personas implicadas que has decidido actuar de un determinado modo. O establecer unos plazos de tiempo. Una vez comunicada, harás todo lo posible por cumplir tu palabra. Estas son solo algunas formas eficaces para vencer la procrastinación. Sin embargo, no siempre son sencillas de implementar. Porque, en muchas ocasiones, detrás de esa postergación de las tareas se esconde el miedo al fracaso y el exceso de perfección.

Si has detectado que este puede ser tu caso, solicita la ayuda de un profesional que te ayude a gestionar tu tiempo de forma óptima. Desarrollando las habilidades adecuadas y adquiriendo los recursos necesarios, es posible eliminar la procastinación. Para dejar de evitar y atreverte a experimentar la vida que realmente te mereces vivir.

* CONCLUSIÓN

– Establecer metas claras y específicas: Procura definir objetivos concretos y alcanzables.

– Practica la regulación emocional: Reconocer las emociones negativas que surgen al enfrentar una tarea y aprender a gestionarlas es un desafío que puede llevar tiempo.

– Apoyate en otros: Compartir tus metas con amigos, familiares o colegas que puedan ayudarte a mantener la responsabilidad y motivarte a seguir adelante puede ser una manera de reducir la procrastinación.

– Practica la auto-compasión: Todos procrastinamos en mayor o menor medida. Es importante aceptar que ocasionalmente procrastinarás sin castigarte por ello. La auto-compasión nos permite despertar nuestra curiosidad para observar nuestra conducta sin juicios. Ello nos permite entender las razones detrás de la procrastinación para buscar maneras constructivas de abordarla.

– Busca ayuda: Si la procrastinación se ha vuelto recurrente, e interfiere con tu bienestar emocional y académico o laboral, puedes pedir ayuda a un familiar, amigo, o profesional. La procrastinación está asociada con ansiedad y estrés, lo cual puede impactar en tu rendimiento. Recuerda que no estas solo.