Ya sea que se trate de pavimentos recientemente realizados o con varios años de antigüedad, tarde o temprano todos ellos llevarán la indeleble marca de OSSE (Obras Sanitarias Sociedad del Estado). Los motivos pueden ir desde una pinchadura en una cañería del servicio de agua potable, problemas con las tapas de las bocas de inspección del sistema cloacal o la rotura de la propia cañería del sistema de saneamiento.

En los casos que las instalaciones son muy antiguas puede que con los años las cañerías, tanto de agua como de cloacas, se vean resentida y ante los permanentes movimientos sísmicos sufran un deterioro y comiencen a perder líquidos. Pero qué ocurre con obras e instalaciones recientemente realizadas que deben ser nuevamente descubiertas para encontrar el lugar de la fuga de líquidos destruyendo, en cada ocasión, los pavimentos de las inmediaciones, muchos de ellos con muy poca antigüedad. El problema es que una vez zanjeado el sector y reparado el desperfecto, por más que se lo intente nunca se logra que el pavimento vuelva a su estado original, quedando marcas en la carpeta asfáltica que luego dan lugar a baches y otras irregularidades que terminan con calles en mal estado para la circulación.

Casos como los señalados se han podido observar en los últimos tiempos en varios sectores de la ciudad Capital y también en las zonas y departamentos circundantes como Desamparados, Concepción, Rivadavia, Rawson y Santa Lucía, que figuran como las jurisdicciones más afectadas en relación a la denuncia de los vecinos.

Donde la situación es muy grave y OSSE no ha salido a aclarar que es lo que está sucediendo es en la ciudad de Caucete. En este centro urbano hace muy poco fue renovada la red cloacal y se aprovechó para hacer el cambio de toda la cañería del servicio de agua potable, entre otras mejoras. Sucede que a pocos meses de estas grandes obras, cada tanto las cañerías se rompen y hay pérdidas frecuentes de agua o efluentes cloacales.

Se han llegado a contabilizar más de diez roturas por día, con el consecuente hundimiento de pavimentos recientemente realizados.

La gente considera que es el municipio el responsable de la situación, por no haber controlado efectivamente la forma en que se realizaron estos trabajos, y si bien hay algo de razón en ello, OSSE no se ha expresado para dar a conocer a la ciudadanía los reales motivos que dan lugar a estas reiteradas roturas o desperfectos.

Debe haber una explicación clara y concisa de qué está pasando en toda la provincia y si la rotura de caños va a ser una constante que impedirá, por siempre, contar con calles en buen estado, que no presenten baches por perforaciones, zanjas u otras obras que periódicamente se ejecutan con un menosprecio total al costo que implica cada obra de pavimentación o asfaltado de calle que asciende a varios miles de millones de pesos.