Visiblemente emocionado y haciendo un gran esfuerzo para contener las lágrimas. Así se presentó al mundo Robert Prevost de 69 años, el cardenal estadounidense, que echó raíces en Perú donde vivió por 20 años, y que ayer se convirtió en el papa 267 de historia y que liderará a la Iglesia Católica bajo el nombre de León XIV. El flamante pontífice fue nombrado cardenal por su antecesor el papa Francisco en 2023 y lo llevó al Vaticano para que se desempeñara como el poderoso jefe de la oficina que examina las nominaciones de obispos de todo el mundo, uno de los cargos más importantes de la Iglesia Católica. Es decir, era el encargado de elegir a los sacerdotes que deben servir como obispos en todo el mundo y futuros cardenales.
Sus partidarios afirman que el agustiniano es una alternativa equilibrada entre los papables, capaz de manejarse entre las alas progresistas y conservadoras que generaron profundas divisiones y luchas internas.
Está alineado con los ideales de Francisco, es decir, un pastor con fuerte impronta social y compromiso con los pobres e inmigrantes. Fue prior general de los Agustinianos y obispo de Chiclayo, en el noroeste de Perú, donde fue designado en 2014 por el pontífice argentino.
León XIV, el primer papa estadounidense en 2000 años de historia de la iglesia Católica, apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro unos 70 minutos después de que salió humo blanco de una chimenea en lo alto de la Capilla Sixtina, lo que anunciaba que los 133 cardenales electores habían escogido un nuevo líder.
Era la cuarta votación desde que comenzó el cónclave y la tercera del día jueves.
“Que la paz sea con vosotros”, dijo el papa León XIV desde el balcón de la Basílica de San Pedro en sus primeras palabras públicas, en un discurso de varios minutos en el que también saludó en español a “mi querida Diócesis de Chiclayo en Perú”.
En su discurso nombró tres veces al fallecido papa Francisco y expresó su preocupación por una “paz desarmada y duradera” para el mundo.
La elección de Prevost fue anunciada por el cardenal francés Dominique Mamberti con las palabras en latín ‘Habemus Papam’ (Tenemos Papa) ante decenas de miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro para vivir este momento histórico.
Prevost, de 69 años y originario de Chicago pero ha vivido más de cuatro décadas en Perú, donde se nacionalizó. Obtuvo su primer documento de identidad local en 2015, divulgó el registro civil del país sudamericano.
“Si me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”‘, señaló en un perfecto español ante la sorpresa de los miles de fieles presentes en el Vaticano.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rápidamente felicitó a León y dijo que “es un gran honor”‘ saber que es el primer papa estadounidense.
León se convierte en el 267 papa católico tras la muerte el mes pasado de Francisco, quien fue el primer pontífice latinoamericano y estuvo al frente de la Iglesia durante 12 años en los que buscó abrir la anquilosada institución al mundo moderno.
Francisco promulgó una serie de reformas y permitió el debate sobre cuestiones controvertidas como la ordenación de mujeres y una mayor inclusión de los católicos LGBT.
León dio las gracias a Francisco en su discurso y repitió el llamamiento de su predecesor por una Iglesia comprometida con el mundo moderno y que ‘busque siempre la paz, la caridad y la cercanía a las personas, especialmente a las que sufren’.
Antes del cónclave, algunos cardenales abogaron por la continuidad de la visión de Francisco de una mayor apertura y reforma, mientras que otros querían dar marcha atrás y abrazar las viejas tradiciones. A diferencia de Francisco, que renunció a gran parte de los atuendos del papado, Prevost vistió una tradicional prenda papal roja sobre su sotana blanca.
Se cree que Prevost llega para ocupar la silla de San Pedro para cerrar la grieta que divide a la Curia en el Vaticano.
Euforia en Chiclayo
En Chiclayo, donde el ahora papa León XIV fue obispo, los fieles se reunieron frente a la catedral de la calurosa ciudad dando muestras de júbilo. “Estamos emocionados por esta bendición de Dios”, dijo Jesús León Angeles, coordinadora de un grupo católico.
> El legado que dejó León XIII
La elección del estadounidense Robert Francis Prevost Martínez como nuevo Sumo Pontífice bajo el nombre de León XIV trajo de inmediato la memoria de León XIII, conocido como “el papa del trabajo” por su histórica encíclica Rerum Novarum, publicada en 1891. El texto fue el primer documento pontificio en abordar de forma integral la cuestión social y obrera en un contexto marcado por la industrialización, la pobreza y la explotación laboral.
Según se supo, la elección del nombre León XIV no fue casual: es un gesto simbólico que conecta al nuevo papa con la herencia doctrinal de León XIII, cuya encíclica sentó las bases de lo que más tarde sería conocido como la Doctrina Social de la Iglesia.
La encíclica Rerum Novarum planteó principios que siguen siendo centrales para el pensamiento social católico: Defensa del derecho de propiedad privada, frente a los postulados del socialismo. Reivindicación de un salario justo como derecho natural del trabajador. Reconocimiento de los sindicatos y asociaciones obreras como herramientas legítimas de organización. Crítica a la explotación laboral y a la usura, y condena a la injusticia social. Llamado a los gobiernos a proteger a los pobres, como deber moral del Estado. Prioridad de la familia y de la justicia distributiva como pilares de la sociedad, entre otros.

